Llegó finales de marzo. Los exámenes de Alba se sumaron a sus compromisos con varias galerías universitarias donde debía exponer parte de lo que había estado creando durante aquel viaje tan intenso y fugaz, como eterno en cuanto a su vida privada se refería. Los plazos, la multitud de trabajos prácticos a entregar y las pruebas escritas,la envolvieron en una espiral de sueño retrasado, estado de alerta permanente e incapacidad de pensar más allá de su día a día. Natalia dejó de llamarla a diario, pues la veía agobiada y falta de tiempo, además ella misma estaba inmersa en sus próximos exámenes, aunque a diferencia de su novia, aun le quedaban un par de semanas de momentánea tranquilidad. Momentánea porque Noemi la había hecho oficialmente su ayudante en descubrimiento de talentos musicales y ya no podía escapar de ninguna de sus reuniones. Según Noe, era hora de que su potencial no se desviara más allá de la produccion musical, y vigilaba tanto su descanso como su trabajo en pro de que rindiera al máximo. Natalia estaba preocupada, le daba la sensación de que le preparaba para algo importante y sus actos le hacían pensar cada vez más en la beca de desarrollo a la que le había inscrito a escondidas. Por fin se sentía realizada con lo que hacia, por fin los años de estudio, tanta práctica y sacrificios merecían la pena, la luz, después de todos aquellos años de días emborronados, aparecía claramente sobre ella.
Amsterdam
Julia silenció un poco más la televisión en cuanto salieron los créditos de la película. Laura hacía ya dos horas que se había ido a la cama, porque al día siguiente tenía reuniones de trabajo temprano, y con los últimos preparativos de las exposiciones de Alba había tenido un día muy movidito. Las dos se estaban volcando con la rubia, tratando de quitarle trabajo de encima, porque la veían cansada y dando todo lo mejor de sí. Por las mañanas madrugaba y se la encontraban pintando en el estudio, acudía a clases, a prácticas y luego a la biblioteca entre examen y examen. Apenas paraba para comer, y solían encontrársela mordisqueando cualquier cosa mientras terminaba trabajos prácticos que tenía que entregar, para colmo su perfeccionismo había retrasado hasta el último día de plazo una de las obras que expondría en abril. Por eso Julia se había sorprendido cuando en lugar de irse a la cama, había dicho que se quedaba a ver la película con ella.
- Por hoy ya es suficiente... como no desconecte un rato voy a estallar. Además me encanta esta película...
Había dicho cerrando de un manotazo los apuntes, y se sentó en el sofá con ella. Laura las abandonó al poco tiempo, y en su retirada les apagó la luz viendo que a Alba empezaban a cerrársele los ojos. Julia estaba tranquila, la preocupación por el estrés de su amiga la mantenía alejada de su deseo e inquietudes, hasta que al cabo de media hora más, el cuerpo de Alba, que parecía tan lejos de ella, se le cayó encima. Se había dormido.
Dudó, pero finalmente trató de despertarla e indicarle que se fuera a la cama. Alba renegó como toda respuesta, susurró... "solo un poquito más..." y al segundo intento de Julia, un "... ahora voy"... y luego lo dejó por imposible, porque cada vez que la despertaba para que se fuera, Alba más se amoldaba y abrazaba a su regazo. Finalmente optó por echarle una manta por encima para que no se enfriara y siguió viendo la película. Al principio lo llevó bastante bien, la película era movida y le mantuvo a salvo, pero poco a poco el calor de la cabeza de la rubia sobre su regazo, su mano ya caliente apoyada en su muslo, y aquel perfume de champú que ya tan bien conocía, se fueron agudizando hasta terminar de taladrarla.
"Dios mío, ¿por qué me tiene que estar pasando esto a mí ahora?... Ni que tuviera quince años". Tuvo una clara visión de su nerviosismo la primera vez que fue al cine con una chica que le gustaba y se pasó toda la película temblando pensando en cogerle de la mano. Miró a Alba, parecía tan a gusto y serena, que era imposible no contagiarse de ella, de su belleza casi infantil, de su nariz, su ojos cerrados y su boca entreabierta... de sus manos cálidas y pequeñas que le estaban destrozando las entrañas. ¡Qué fácil sería mandarlo todo a la mierda! Por momentos se sentía tentada a hacerlo, cogerla, besarla y olvidarse por fin de aquello. A veces era tal la desesperación que sentía, que incluso deseaba que Alba lo supiera todo, que la rechazara y la apartara de su lado, al menos así podría hacerse a la idea de aquel imposible que le tenía maniatada de pies y manos.
Sus dedos se movieron por inercia para apartar un cabello de su cara, y al hacerlo acariciaron su mejilla con miedo pero decididos. Bajo su caricia Alba tiritó apenas una milésima de segundo y se reacomodó sobre sus piernas. Las manos de la andaluza no se detuvieron y siguieron el recorrido de su hombro y su brazo, que aún debajo de aquella manta eran reconocidos. Volvió a moverse sobre ella, y todas susterminaciones se encendieron al segundo.
"¡Es una locura!... tengo que salir de aquí", se alarmó por lo que su mente ya pensaba y decidida empezó a despertar a Alba.
- Reche... Reche... -la llamó suavemente al principio, luego moviéndola un poco más fuerte-.
- mmmm.... –apenas articuló un murmullo-.
- Ha terminado la película... nos tenemos que ir a la cama –continuó insistiendo, estaba muy nerviosa... necesitaba salir de allí, sino....-
- Si... si... -Alba no se enteraba de nada, sus palabras salían por inercia pero ni abría los ojos ni se movía de su regazo-.
Julia se levantó, tenía que hacerlo, sentía que iba a perder la compostura si volvía a abrazar su muslo y su regazo una vez más para que no se marchara su almohada, que era en lo que se había convertido para ella.
- Ehh... ¿qué...?... –Alba abrió un poco los ojos aturdida-.
- Ha terminado la película, tenemos que irnos a la cama... te estás enfriando –le dijo con dulzura sintiéndose culpable por haberla despertado a traición finalmente-
- Sí... - no rechistó, se enrolló en la manta y empezó a incorporarse buscando a tientas las zapatilla. Estaba tan cansada que le costaba abrir los ojos-.
Julia se agachó y le puso amablemente las zapatillas viendo que ella tanteaba a ciegas con el pie en el suelo. Aquel gesto le hizo sonreír, Alba siempre le había despertado una gran ternura.
- Venga, te acompaño o acabarás dándote contra las puertas –se le prestó un poco más-.
Y ayudándola a incorporarse, fue guiando a la rubia hacia su cuarto, ya que no podía abrir ni los ojos y luchaba aún por no desvelarse. Le quitó las zapatillas, la metió en la cama y la arropó en completo silencio. Alba no dijo nada, y pareció caer dormida casi al instante. En realidad Julia tenía la sensación de que ni siquiera se había despertado en su traslado, como si fuera un sonámbulo. Aquel pensamiento le hizo sonreír de nuevo, y sin querer se quedó un rato contemplándola. Las ganas de volver a tocarla se hicieron patentes, era tan jodidamente atrayente para ella que su cabeza empezó a crear los matices de su frente, sus mejillas y su boca sobre marmol en su cabeza. Que difícil representar tanta calidez en un material frío. Sus dedos se detuvieron a unos centímetros de los labios de Alba. Sus pensamientos le habían llevado a arrodillarse frente a su cama y casi hasta tocarla, sin apenas darse cuenta. El corazón le dio un vuelco... no podía hacer lo que estaba sintiendo... ¿o sí? Las pulsaciones se desbocaron en su garganta, su respiración se entrecortó a diferencia de la regularidad en la de su compañera, y casi sin pensarlo, sin más... sus labios rozaron los de aquella bella durmiente, mientras eran arropadas por la oscuridad.
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That was then... // Albalia
Hayran KurguNuevo Fanfic Albalia, espero que os guste, nos leemos!! Alba quedó inmediatamente hipnotizada por la belleza de la silueta... sus piernas largas y delgadas, descansaban una en semiflexión sobre el taburete y la otra apoyada en vertical en el suelo...