Durante el trayecto del aeropuerto a casa, Rafi quiso sacar el tema de Natalia, pero pronto se le olvidó cuando el dinamismo y alegría de su hija al hablar, monopolizó toda la conversación tratando de ponerse al día de todo lo que se habían perdido. Se alegraba tanto de tenerla por fin allí, que no podía dejar de tocarla, de sonreír y de mirarla a pesar de ir conduciendo. Alba parecía la misma, pero ella tenía la sensación mientras escuchaba a su hija contarle dónde había estado, a quienes había conocido y todo lo que había hecho, de que la niña que ella había criado se trasformaba a pasos agigantados en una mujer a la que le encantaría conocer realmente. Algo que sin duda, estaba dispuesta a intentar solucionar lo antes posible.
- ¡Mamá! ¿Hay espuma para el pelo? No me he acordado de traer la mía... -le gritó desde el hueco de la escalera-.
Rafi sonrió porque aquellos despistes si eran típicos de su hija y dejó a un lado sus pensamientos para centrarse en el presente.
- En mi cuarto de baño hay –le contestó-.
- ¡Genial! –la escuchó exclamar mientras sus zancadas se oían en el piso de abajo cuando iba de un cuarto de baño a otro-.
"Definitivamente,está en casa", suspiró alegrándose en el acto de aquellos trotes suyos,sus despistes y aquellos inesperados gritos que hacían que el silencio y la soledad se alejara de aquellas cuatro paredes.
...
Alba puso espuma en sus manos, tiró la cabeza hacia delante y lo aplicó sobre su pelo húmedo. Iba a secárselo, pero el tiempo se le había echado encima hablando con su madre por lo que ahora no tenía más remedio que dejárselo rizado. Se miró en el espejo tras sacudir un poco el pelo, y arrugó la nariz, la verdad es que le había crecido bastante desde el verano y por un segundo pensó que debería cortárselo antes de marcharse, aquella idea de estar sólo de visita aun le gustó menos y decidió desecharla de su cabeza por completo. Abrió la maleta, y empezó a seleccionar que ponerse. Primero se decantó por un vaquero y un suéter, pero en cuanto se probó tres o cuatro, desistió de la idea. "Mierda... me va a ver como siempre", pensó. Entonces se acordó de uno de los vestidos de punto que se había comprado en Francia, lo encontró y se miró en el espejo colocándolo delante suyo... "Perfecto pero.... Tendré que llevar medias", de repente Alba se dio cuenta de porqué aquello le suponía un problema, y se acaloró en un segundo. Aún albergaba la esperanza de tener sexo con Natalia, pero aquella noche no sería posible. "¡Diosss... en qué estoy pensando! Es una cena con mi madre y las chicas... no con ella a solas..." se dijo, y se quitó los vaqueros para terminar colocándose las medias, el vestido y unas botas que sacó de su armario. Al mirarse frente al espejo y contemplar el resultado, una sonrisa traviesa afloró en su cara.
...
- Como no te tranquilices un poco te va a dar algo –le aconsejó Laura a Natalia, que estaba sentada junto a ella en el coche-.
- Eso mismo le he dicho yo, pero no hay manera, está como un flan –intervino Africa-.
- No es tan fácil, ¿vale? Ir a cenar a casa de Rafi es una idea horrible, y vosotras me habéis metido en esto... podríais haber mentido y haber dicho que si teníamos planes, o algo –les espetó, no podía dejar las manos quietas, y las frotaba contra sus vaqueros para secarlas-
Laura sonrió abiertamente y ella se le quedó mirando con cara de pocos amigos.
- ¿Qué? ¿te hace gracia?... –le preguntó con los ojos entornados, amenazantes-.
- jajaja... pues sí, un poco –reconoció Laura, que se tuvo que morder la lengua para no decir que creía que Rafi ya sabía lo de su hija y ella para no aterrarla aún más -. Venga, Lacunza... sólo vamos a cenar,Alba y tú al menos podréis estar juntas, y Africa y yo echaremos una mano para que no pierdas los papeles, no tiene por qué ser tan grave. O ¿qué? ¿preferías estar en tu casa mordiéndote las uñas pensando que Alba estaba en Madrid y que no la podías ver hasta mañana?
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That was then... // Albalia
FanfictionNuevo Fanfic Albalia, espero que os guste, nos leemos!! Alba quedó inmediatamente hipnotizada por la belleza de la silueta... sus piernas largas y delgadas, descansaban una en semiflexión sobre el taburete y la otra apoyada en vertical en el suelo...