Una semana después.
Alba terminó de estirar antes de entrar por la puerta de su garaje. Se encaminó a la nevera que había en la parte del estudio, y bebió un poco de agua fría a pequeños sorbos mientras seguía bajando revoluciones con sus auriculares puestos. Tras aquello, subió las escaleras hacia su apartamento disfrutando de la calma que había conseguido acumular en aquellos días. Practicar sus ejercicios, y despejarse entre la galería y alguna visita a casa de su madre, había poco a poco dado sus frutos, por no hablar de que Laura parecía tan ocupada con el tema de la universidad, que se había desvanecido concediéndole una tregua. Casi sonreía pensando en la chica con la que había tonteando los dos últimos días en su circuito de footing, cuando al abrir la puerta se encontró con Laura tirada en uno de los sillones esperándola. Al verla allí, algo le dijo que sus días de aparente calma habían finalizado.
- Laura, ¿qué haces aquí? –preguntó quitándose los auriculares y dejando el ipod junto a las llaves-.
Esta alzó una ceja.
- Mmm... parece como si no te alegraras de verme –le dijo-.
- No digas tonterías, claro que me alegro –le contestó, y para demostrárselo se agachó para darle un beso-. No te esperaba, eso es todo. ¿Qué, cómo estás? ¿Cómo va el tema de la facultad?
Alba iba a sentarse en el brazo del sillón donde estaba, pero decidió finalmente quedarse de pie, lejos de ella. Laura la miró con una media sonrisa, sabía que la estaba esquivando y no podía reprochárselo después de haberla retenido junto a Natalia y Bea hasta las tres de la mañana el último fin de semana.
- Bien, muy bien. Aún no me he incorporado, pero ya he estado poniéndome al día con el director y la jefa de estudios de mi departamento. La verdad es que tengo ganas de empezar, y los chicos parecen que se están interesando en el postgrado. Así que bien... ¿y tú? –quiso saber la mujer que no apartaba sus ojos de ella-.
- Tranquila, la verdad. He estado visitando la galería, pintando un poco...
- ¿Has estado pintando? –se interesó-.
- Poco... algo... en realidad nada importante –puntualizó-. La verdad es que no he sacado nada en claro, así que...
- Ya... - podía imaginarse por qué no había podido concentrarse en su arte-.
El timbre del portal sonó en aquel instante.
- Yo voy –dijo Laura levantándose de un salto del sillón-.
Alba miró la hora en su reloj de pared, era viernes y ya pasaban de las ocho de la tarde. Se extrañó porque no esperaba a nadie.
- Sí, gracias. El primer piso –contestó y abrió la puerta-. Alba, ¿me pasas mi cartera?
- Sí, claro –cada vez estaba más intrigada, pero accedió a su petición-. Toma, ¿has encargado algo? –preguntó-.
- Sí, la cena –le contestó-. La he pillado de "Rufinos", ¿te apetece italiano?
- Claro, ¡me encanta! –se entusiasmó ella al segundo. La comida italiana era sin duda su favorita, y aquel restaurante en concreto le gustaba visitarlo-.
- Sabía que te gustaría, espera a ver lo que he pedido –le dijo con una sonrisa y haciéndole un guiño-.
- Vale, me voy a la ducha. No lo saques de los tapers, dame al menos veinte minutos –le dijo perdiéndose ya por el pasillo-.
- Tranquila, no hay prisa –le dijo Laura y recibió al muchacho con el pedido-.
Alba se desvistió de camino al baño, su humor había mejorado tras imaginar el menú que por sorpresa la mujer había encargado. Una cena tranquila entre las dos, sin lugar a dudas era el colofón perfecto a una semana que había ido mejorando conforme pasaban los días. De pronto, volvió a escuchar el timbre de abajo, se extrañó pero con el agua corriendo pensó que lo había imaginado. Terminó de ducharse, y ya se estaba peinando cuando Laura apareció en el quicio de la puerta.
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That was then... // Albalia
FanfictionNuevo Fanfic Albalia, espero que os guste, nos leemos!! Alba quedó inmediatamente hipnotizada por la belleza de la silueta... sus piernas largas y delgadas, descansaban una en semiflexión sobre el taburete y la otra apoyada en vertical en el suelo...