13- Tinta y placer

9.9K 445 61
                                    

Esa misma noche, la desazón no se despegaba de las espaldas de Alba. Acababa de despertarse bruscamente, con un sueño inacabado aun en el recuerdo, y algo igualmente inacabado entre las piernas. Eran las 5 de la mañana, pero no creía que pudiera volver a dormir más. Demasiado calor...

La sala de dibujo permanecía en silencio. Estaba sola detrás del lienzo, y notaba la mirada penetrante que se le clavaba desde el otro extremo del aula.

Esos ojos negros le estaban poniendo nerviosa. Cruzo su mirada con la modelo, y trago saliva al comprobar el deseo en aquellos ojos.

- Te has movido, antes no tenias así la mano- dijo intentando no balbucear-.

- Si? Ven a colocarme entonces.

Esa mano...esa mano y el tatuaje que la cubría hasta el antebrazo, le estaban poniendo... pero esta vez, no nerviosa. Era la primera vez que experimentaba aquello que decían: un buen tatuaje es el que te pone cachonda.

Se acerco despacio a la morena, intentando aparentar seguridad. Ella permanecia mirándola intensamente, levemente sorprendida al verla acercarse, pero con una sonrisa malévola asomando debajo de su septum.

- La tenias aquí- susurro, agarrando aquella mano, y colocándole encima de la cabeza de la morena, en angulo recto, estirando asi el angulo de sus costillas desnudas, también adornadas con tinta. Su cuerpo tembló al rozar aquella piel.

- Vaya....preferiria tenerla aquí....

Y mientras decía aquello, la modelo desplazo su mano hacia la nuca de la rubia, acariciando la zona rapada que se encontraba debajo de su rubio moño y ejerciendo presión para que esta bajara su cabeza hasta sus labios.

- Dibujame con las manos- susurro justo antes de besarla...

Asi había terminado su sueño. Maldecia internamente al coche que paso pitando por la calle y que le había privado de sentir aunque fuera en sueños ese cuerpo desnudo en las palmas de sus manos.

Sin darse cuenta, mientras lo recordaba aun tumbada en la cama, su respiración se había acelerado de nuevo. Imaginaba que los pezones que rozaba no eran los suyos propios, si no los de la morena. Se humedecia los labios como si aquella boca estuviera recorriendo cada rincón con su lengua.

- Natalia....

Se escapo como un susurro de sus labios, mientras una mano, que debía ser la suya pero que en su imaginación estaba cubierta por una red de tinta en forma de tatuaje, se introducia entre sus piernas....

That was then... // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora