76- Reconectar.

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El corazón de Natalia se disparó sin que apenas pudiera hacer nada, y los nervios que horas antes había sentido frente a su conferencia, se quedaron en un juego de niños en comparación con tenerla delante. Por unos segundos su mente quedó suspendida en la vorágine que la simple figura de Alba representaba en su vida.

Esta cerró el periódico complacida y cogió el cambio cuando el chico de la barra se hubo cobrado la cuenta.

- Gracias –le dijo ella-.

- A usted por la propina. ¡Qué tenga un buen día! –le dijo el joven-.

- Igualmente –sonrió ella. Siempre le hacía gracia que la trataran de usted. Era tan raro pese a saber que era puro formalismo-.

Se metió la mano en el bolsillo y sacó el móvil para mirar la hora. Mientras calculaba lo que tardaría en llegar a su piso, ducharse y cambiarse, empezó a marcar el teléfono de Laura. Desde el domingo no conseguía coincidir con ella para comer, y empezaba a sospechar que la rehuía a propósito. El móvil empezó a dar los tonos, y ella alzó la mirada distraída en espera de su madre, cuando sin previo aviso las piernas le fallaron, y todo se movió a su alrededor como en un temblor de tierra. Alba se olvidó del teléfono, de Laura, de su madre, y hasta de las pulsaciones aceleradas que de pronto golpearon su pecho... Natalia se aproximaba a ella, y pese a estar acompañada, volvía a eclipsarlo todo.

- ¡Alba! – Noemi fue la primera en saludarla dándole un par de besos y un gran abrazo-. ¿Qué haces tú por aquí? ¿Estás con tu madre? –preguntó  alzando la vista en busca de Rafi-.

- ¡Hola Noe! Sí, he venido a tomarme algo con ella. Está en el baño –indicó Alba, un poco aún fuera de juego-.

- Ah, bien... muy bien. Oye, siento mucho no haber podido ir a lo de la inauguración, pero este fin de semana mi marido y yo nos pasaremos sin falta. Espero que no te haya molestado –se disculpó con ella. Había tenido trabajo el anterior fin de semana, y le había sido imposible acudir al evento-.

- No te preocupes, ya sé como funciona la vida nocturna –le dijo Alba regalándole una sonrisa sincera-.

- Me supo fatal, encima me han dicho que fue espectacular... bueno, sin ir más lejos Bea me estaba diciendo el otro día... -Noe como siempre, empezó a acaparar la conversación sin darse cuenta de su alrededor, cuando cayó de pronto en la cuenta de que iba acompañada-. Oh... ¿Conoces a Bea? Es la ... - de pronto se paró en seco. Con la emoción de la conferencia y el descontrol que llevaba en su día a día por el trabajo, se le había pasado por alto la relación que Natalia y Alba habían mantenido años atrás-.

- Sí... ¡Hola Bea! ¿Cómo estás? –la saludó la rubia dándole dos besos-.

- ¡Alba! ¡Qué gusto encontrarte de nuevo! –le correspondió con afecto Bea, y ella se sorprendió de que su abrazo fuera tan cálido-.

- ¡Nat! –la saludó Alba mirándola a los ojos. Hubiera querido salir corriendo de allí, pero eludirla era imposible, así que reprimió todo aquel murmullo que sintió en su interior, cuando sus mejillas se rozaron al saludarse-.

- ¡Me alegra verte! –le contestó la morena tras darse dos besos y volver a quedarse de frente-.

Por suerte para ella, Rafi llegó en ese momento al grupo.

- Ey... ¿Qué hacéis todas aquí? ¿Ya ha terminado la conferencia? –preguntó saludándolas una por una-.

- Sí, íbamos a tomarnos algo en el bar, pero no te lo vas a creer... ¡Pues no se han puesto los de la carrera de Natalia a echarle los trastos en cuanto se ha bajado del estrado!.... jajajaja –le empezó a contar Noemi a su vieja amiga-.

That was then... // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora