Capítulo 13, pt 1.

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En las afuera de un italiano. Henry agarraba posesivamente de la cintura a Kisa siendo el hombre protector que lo caracterizaba. Con cada paso que daban se ganaban más de una mirada indiscreta de los comensales mientras entraban al lugar, guiados por el maître.

─Brunello di Montalcino ─solicitó Henry un vino de la Toscana con un fluido italiano.

Non sai come quell'accento mi eccita (No sabes cómo me excita ese acento) ─susurró Kisa por lo bajo dedicándole una sonrisa coqueta.

Henry observó como el maître se retiraba y respondió ─Piú tardi se sei piú eccitato (Más tarde sí que estarás más excitada) ─imitó hablándole en italiano tomándole la mano con delicadeza.

─Pues creo que lo mejor es comer lo más rápido posible ─sentenció con voz maliciosa escuchando una leve carcajada del hombre guapísimo que tenía en frente.

─Calma mi preciosa, moscovita ─indicó con el apodo que le había impuesto al momento que llegaba el mesero con la botella de vino.

Como en su primera cita dejó que Kisa lo probara. Observando como con gracia cataba el vino y se le iluminaba el rostro al descubrir el sabor. Secretamente le fascinaba complacerla y se juró hacerlo a como diera lugar. El mesero con gran elegancia sirvió las copas de vino y dejo los menú retirándose a una distancia prudente.

─ ¿Qué vas a pedir? ─interrogó Henry abriendo el menú.

─Todo tiene una pinta deliciosa... ─respondió leyendo los platos exclusivos que ofrecían.

─Puedes pedir lo que sea, nena ─animó con una gran sonrisa.

─Gracias ─agradeció tirándole un beso discreto ─Creo que lo tengo...

─Muy bien ─contestó llamando al mesero ─Comeré lo que pidas.

A Kisa le encantó la idea, por lo que recitó ─De entrada queremos la ensalada de queso y verduras con yogur de albahaca y de plato principal la pasta con aceitunas y alcaparras ─enumeró amablemente al momento que el mesero se retiraba.

─Hoy estas preciosa ─anunció Henry una vez solos, guiñándole un ojo en complicidad repasándola lascivamente.

Kisa se ruborizó sin poder evitarlo y bajo la cabeza algo apenada ─Gracias cariño tú no te quedas atrás ─correspondió levantando su copa ─Por el éxito, las victorias y el placer, por supuesto ─brindó sin despegarle la mirada.

─ ¡Salud! ─Chocó su copa, tomando un pequeño trago ronroneó ─Me encanta mucho más lo último – en voz áspera.

Esperaron por su comida y al instante que se la sirvieron no dudaron en probarla. Kisa se frenaba para no soltar gemidos de delectación por lo deliciosa que se encontraba, sin duda alguna era un buen lugar al que pensaba regresar con alguna de las chicas.

Platicaron de todo lo ocurrido en la semana; aprovecharon para preguntarse cosas del otro y conocerse mejor; entre risas y toqueteos íntimos y discretos.

─Henry ─llamó Kisa al cabo de un momento pensativa

─Dime.

Kisa no estaba segura de sus maquinaciones por lo que estaba muy, dudosa en preguntarle un extraño recuerdo que le rondaba la cabeza desde que conoció a Henry.

─Yo... ─titubeó por un segundo ─ ¿Qué hiciste el lunes por la mañana? ─Indagó decidida para salir de la inquietud de una vez por todas.

─ ¿El lunes? ─Cuestionó confundido por la pregunta, observando como Kisa asentía con la cabeza en confirmación ─Déjame recordar... ─solicitó rememorando ─Fui a trabajar, pero antes de eso fui a dejar a mi hermana al aeropuerto...

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