Kisa se encontraba relajada encerrada en los brazos de Henry, recostada en su amplio y duro pecho. Este la sostenía de la cadera tan fuerte, como si fuera su ancla para permanecer en este mundo. Acompañándola en los movimientos con un balanceo de caderas, creando fricción a sus cuerpos excitantes.
Se sentía embriagada en los brazos de su amor bailando al compás de la música contoneando sus caderas. Ejerciendo un vaivén provocador justo en su erección ferozmente dura y palpitante. A la que Henry se encargaba de frotársela en todo su trasero asegurándose de hacerle notar su amplio grosor mientras la música le inundaba los oídos.
Henry tenía su cabeza refugiaba en el cuello inclinado de Kisa donde posaba sus labios suavemente, cautivado al escucharla soltar pequeños gemidos de goce. Estaban tan compenetrados que nada de lo que sucediera alrededor les interesaba. Bailaban apretadísimos, moviendo sus cuerpos como si no hubiera ropa entre ellos.
Kisa quedo más que satisfecha al ver como Henry se desenvolvía junto con ella con gran habilidad en todos los ritmos. Habían bailado juntos en su apartamento, pero nada se comparaba a esa forma con movimientos lascivos y sensuales. Sorprendiéndola, encendiéndola y excitándola. Enamorándose más como si eso fuera posible.
Se encontraban empapados de sudor por horas de bailar, pero eso no era un impedimento para seguir disfrutando. Había demasiadas personas alrededor y no importaba. Solo les importaba sus manos encima de sus cuerpos, en contra y compartiendo sus alientos.
─Mi mujer ya está cachonda ─afirmó Henry con una voz extremadamente ronca mordisqueándole el lóbulo de la oreja.
─Estoy ardiendo ─contestó llevando su mano disimuladamente al gran bulto de su erección escuchando como Henry soltaba un gemido ─ Y ya sé dónde quiero mi primer orgasmo ─murmuró apretándosela suavemente.
─Dime ¿Dónde? ─cuestionó respirando con dificultad, observando como Kisa le señalaba con un gesto hacia la barra.
Rápidamente juntos sin despejarse ni un milímetro se abrieron paso entre la gente en dirección a la barra donde un mesero captó su atención, por lo que Kisa pidió dos chupitos de Petrov para deshacerse de él. Este se los sirvió rápidamente al momento que lo solicitaban en el otro extremo.
Henry se acercó más al cuerpo de Kisa protegiéndola de las frenéticas personas que se encontraban en la barra escudándola con su cuerpo; apoyó una mano en la barra y otra en su cintura y con agilidad tomó un puñado de sal en el espacio de su pulgar e índice, en la llamada tabaquera anatómica.
Dirigió a la boca de Kisa, donde está lamió y tomó el chupito de un solo trago. Henry enganchó la tapita de limón en su boca y sin necesidad de explicación Kisa lo chupó de sus labios.
Kisa repitió el proceso para Henry, con la única excepción que este colocó la sal en su cuello lamiéndoselo con ferocidad. Ese pequeño acto de erotismo les subió la libido al máximo nivel, por lo que Kisa descansó completamente su cuerpo en el pecho de Henry, rogándole que la hiciera venir.
La semi oscuridad les iba de maravilla, Henry para no hacerla esperar se inclinó apresándola en la barra empujando su erección contra su trasero y con destreza le bajo el cierre hasta el final.
─ ¿Estas lista para ver fuegos artificiales? ─susurró al oído metiéndole la mano hasta posarla por completo en su sexo.
─Aja ─gimió en respuesta a la espera de que Henry hiciera algo, mientras tanto seguía restregándose contra él. Refugiada entre sus fuertes brazos, sintiendo su fornido pecho en su espalda. Alrededor sonaba una canción sensual y lenta que hacía que pasaran desapercibidos.

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Adicta a Ti
RomanceKisa Volkova es una mujer que no le falta absolutamente nada. Poseedora de una deslumbrante e inigualable belleza; admirada por muchas, odiada por otras. Privilegiada al nacer en una familia de muy buena posición económica y ni se diga en el ámbito...