Capítulo 27, pt 2.

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A decir verdad Kisa varias veces se imaginó a Henry con un bebe y la idea le parecía extraordinaria al ver al amor de su vida cargar a un ser diminuto producto de su amor y entrega que se profesaban diariamente, pero no estaba en los planes.

─Mis padres decidieron que la mejor opción sería continuar mis estudios solo en leyes y ellos me iban a apoyar con el cuido de nuestra bebe, así como también pagar la carrera de modelaje de Mónica ─indicó con una sonrisa sin humor ─Prácticamente nos estaban facilitando el camino ahorrándonos todo lo que conllevaba ser padres primerizos y sobretodo en edades sin ninguna experiencia.

>>Juré que siempre se los iba a agradecer para toda la vida, que en lo que pudiera les iba a regresar todo lo que me dieron en ese tiempo. Al pasar de los años Mónica logró mucho antes realizar su sueño de modelaje. Se convirtió en un ser ambicioso y arrogante. Nuestra relación era prácticamente inexistente al siempre celarme con nuestra hija. Un día tomó la decisión de quitarme a mi hija al presentarme una solicitud de divorcio y la custodia de mi pequeña.

─Estuve tan furioso porque todo lo que mi hermana me advirtió se encontraba estipulado en ese papel ─confesó con furia apretando los nudillos ─Quería la custodia de mi hija y además un cantidad exagerada de dinero de manutención ─explicó con gesto de incredibilidad ─Tanto para mis padres como para mí esa niña era nuestro centro, por lo que mi padre contrató un abogado y logró que me quedara con mi hija. Mónica lo único que quería era dinero, así que, cuando mis padres decidieron sugerirle una cantidad bastante generosa no dudó ningún segundo en aceptarla, claro con el única condición de que jamás volvería a regresar por ella.

¿Cómo alguien tan vil elige el dinero en vez de su propia hija? Se preguntó Kisa arrugando el rostro en una mueca de disgusto. Observó que Henry cada vez se ponía más inquietó, no entendía el por qué, pero dejó de pensar tanto al ver que iba a continuar con su historia.

─Mónica desapareció de nuestras vidas ─declaró con desprecio ─Yo termine la universidad y dedique mi vida a mi pequeña y mi trabajo ─indicó apretando el mantel con su puño libre ─El tiempo iba pasando, me esforcé en ser el mejor en todo para darle cualquier cosa a mi princesa y que no le hiciera falta absolutamente nada. Olvidé mis necesidades por cumplir las de ella ─susurró cada vez más bajo ─Lyanna es lo más importante para mi...

─Lyanna ─murmuró Kisa en voz baja. Era un hermoso nombre. Iba a sonreír y decirlo en voz alta cuando observó a su hombre perder la compostura de un momento a otro, haciendo que se le encogiera el corazón por su reacción al temer que algo muy malo sería revelado.

Henry se llevó el puño en la boca mordiéndolo para evitar descontrolarse con lo siguiente que iba a decir ─Cuando Lyanna tenía 18... ─emitió en voz baja ─Recibí una llamada de que mi princesa había sufrido un accidente ─reveló con un gruñido lastimero, pero su gruñido se transformó en un gemido desgarrador que surgía de las profundidades torturadas de su alma. Se frotó los ojos con fuerza al sentir las lágrimas al borde de sus ojos, ocultando su rostro.

Kisa se cubrió la boca con su mano libre. No soportaba ver a su hombre en ese estado, le partía el alma verlo tan débil. No había ni una pizca del hombre fuerte e imponente del que se caracterizaba. Hizo un ademan de levantarse, pero este se lo impidió.

─Cuando llegue al lugar lo único que quería era ver donde estaba mi niñita ─expresó con voz rota ─Al divisarla mis fuerzas me abandonaron al verla tan débil, en medio de un charco de sangre e irreconocible ─contó con dificultad, al tiempo que cubría sus ojos con sus manos como si tratara de borrar esas imágenes de su mente.

Sin sopórtalo más Kisa se puso en pie sentándose encima de sus piernas, lo acunó entre sus brazos y solo eso bastó para que Henry correspondiera el gesto con fortaleza aferrándose a su cuerpo.

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