Capítulo 35, pt 1.

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Alana, Jair y Asia estaban sentados en la mesa que reservaron riendo y haciendo bromas de todo. Llevaban hora y media de estar en el local y los tragos ya empezaban a surtir efecto. Kisa sonrió al verlos felices, por lo que sin perder el tiempo se aproximó con Henry que no la dejaba por nada del mundo, ni mucho menos que nadie le rozara intencional o accidentalmente. Lanzándole miradas asesinas al que se atreviera a mirarla por más de un segundo.

─ ¡Hola! ─saludó a todos con gran entusiasmo.

─ ¡Ya era la maldita hora! ─expresó Asia al ponerse de pie y saludarla simulando estar enfadada ─Estos dos por poco vomitan arco iris de las cursilerías que se dicen ─riñó haciendo una mueca de asco.

─No creo que sea para tanto ─comentó en una gran sonrisa ─Mira qué guapa estas ─emitió dándole una vuelta completa ganándose la mirada de muchos a su alrededor ─Estas despampanante, mi furia roja ─aduló con sinceridad viéndola con una falda larga, negra y ligera con dos enormes aberturas en la parte de adelante dejando entrever sus hermosas piernas torneadas y bien tonificadas con un ligero bronceado.

La combinaba con una camisa holgada sin mangas dejando ver un poco de su abdomen plano, finalizando con unos botines de plataforma de tacón palabra de honor y su cabello rojo, largo y ondulado.

─Gracias, rusa ─agradeció devolviéndole el halagó ─Mira que tú no te quedas atrás ─opinó dándole una vuelta.

─Gracias, mi furia ─sonrió dándole otro abrazo. Caminó donde se encontraba Alana que la esperaba para saludarla y dijo ─ ¡Opa! Pero miren a mi rubia ─saludó con un beso en la mejilla, terminándole de dar una vuelta también ─Estas preciosa.

Alana sonrió ruborizándose más de lo que estaba. Sentía la mirada de Jair por todo su cuerpo. Vestía una camisa manga larga ajustada que le llegaba debajo del busto. Unos shorts blancos súper cortos, con flecos en cada muslo, calzando unos botines con tacón más bajo que los de Asia. Su cabello lo llevaba entrenzado hacia un lado, enmarcando su tierno rostro.

─Gracias, Kisa ─dijo con una amplia sonrisa ─Mírate tu pareces una súper estrella ─habló dándole otra vuelta.

Kisa le regaló un guiño ─Lo intento ─articuló sarcásticamente en el momento que observaba a Jair que se dirigía a saludarla.

─ ¡Mamacita! ─susurró plantándole un beso en ambas mejillas.

─ ¿Cómo estas, gato? ─correspondió al saludo.

─Bien muy bien ─respondió alegre ─ ¿Qué hay de ti?

─No me quejo ─contestó con diversión ─Espero que las cosas vayan bien ─señaló haciendo un gesto en dirección donde se encontraba su amiga.

─No podían ir mejor ─decretó con una sonrisa de oreja a oreja.

─Me alegro ─sentenció con un asentimiento de cabeza ─Mírate si eres todo un súper modelo ─bromeó al momento que sentía un ligero apretón en su cintura. Rápidamente se dio la vuelta dedicándole una mirada a Henry indicándole que no pasaba nada ─Quieres que te de la vueltecita ─preguntó con picardía.

─Si es necesario ─soltó agachándose un poco para que Kisa le pudiera dar la vuelta ─Ahora tu turno ─invitó ─ Guapa.

─Creo que me voy a marear y sin beber ni una sola gota después de tantas vueltas ─expresó ─Mira nada más que hombre tan guapo el que te has ganado Alana ─anunció con gesto ladino.

Jair vestía con unos vaqueros pre-lavados azules, una camiseta negra con cuello en V y unas zapatillas de deporte. Dándole ese espíritu desenfadado que lo caracterizaba.

Terminando los saludos Kisa tomo a Henry de la mano y con la otra le rodeó la cintura ─Bien chicas quiero que conozcan a alguien súper especial para mí ─habló sin despejar la vista de todos ─Mi novio, Henry ─dijo con una gran sonrisa llena de orgullo.

─Ya era la maldita hora ─lanzó Asia dirigiéndose a Henry ─Tu y yo ya nos conocemos pero... en el ámbito laboral ─añadió con gesto serio ─Y sabes que soy una completa perra así que eso no cuenta. Por lo tanto mucho gusto ─dijo extendiéndole la mano que Henry correspondió acompañado con un beso en la mejía ─Debe ser demasiado bueno para que hagas que Kisa llegue tarde al trabajo, pase hablando solo de ti día y noche como nunca lo ha hecho en la vida y encima formar tan buena pareja.

─Un placer ─contestó Henry sonriendo al recordar que Kisa le había comentado como Asia hablaba y hablaba sin parar.

─Igualmente ─gesticuló esta con una sonrisa malvada ─Ahora quiero dejarte en claro un par de cositas...

Y ahí estaban las amenazas pensó Henry, recordando que también Kisa le había advertido de eso.

─Si le haces daño, te rompo el culo ─amenazó mirándolo directamente a los ojos ─Si la haces llorar, te rompo el culo también ─continuó severamente ─Si la engañas, ¿Adivina? Te rompo el culo ─siguió sin ninguna interrupción ─Y por ultimo si le rompes el corazón ¿Qué crees? ─Preguntó retóricamente ─Te doblemente rompo la vida ─respiro profundamente y añadió ─Es todo.

Kisa sonrió y negó levemente con la cabeza al momento que Henry asentía.

─Está de aquí es Alana ─continuó con las presentaciones ─Ella es más relajada ─murmuró solo para que él la escuchara.

─Mucho gusto ─la saludó de igual manera como lo hizo con Asia.

─Igualmente ─correspondió sonriéndole con honestidad.

─Te lo dije ─habló Kisa dándole un ligero apretón de mano ─Y bueno creo que Jair ya te es familiar ─señaló al brasileño que le extendía la mano.

─Hermano ─saludó con confianza ─Que te digo, la mujer de fuego me dijo lo mismo ─contó sonriendo despreocupadamente.

Una vez acabada las presentaciones Henry y Kisa se sentaron y casi al instante llego el mesero con más bebidas por lo que se dispusieron a empezar la noche planeando pasarla bien y divertirse como nunca.

─ ¿Qué les tomo tanto tiempo? ─preguntó Asia con perversidad observando los gestos de Kisa.

Rápidamente Kisa tomo su bebida y miró a Henry que sonreía de medio lado y este contestó ─Nos atrapo el tráfico.

─Sí, claro ─farfulló Asia no perdiéndose el rubor que se formaba en las mejillas de su amiga ─El tráfico. Sabes Henry Alana, Kisa y yo tenemos una costumbre y es que la que llegue tarde a cualquier sitio esa le toca pagar así que... amiga eres la elegida.

─Va por mi cuenta ─dictó Henry al instante que Kisa iba a decir casi lo mismo.

─Que caballeroso ─exclamó Alana tomando un trago de su vino.

La noche prometía, una vez que las chicas se armaban de valor porque las tres iban a cantar. Contaron cuando fueron a Jamaica y en un karaoke cantaron Mamma mía, Súper borrachas, ni se dieron cuenta como llegaron al hotel, hasta el día siguiente que se levantaron con una gran resaca del diablo.

─ ¿Eso es lo más gracioso que han hecho? ─preguntó Jair quien reía abiertamente.

Las tres se miraron en complicidad y soltaron carcajadas al mismo tiempo.

─Hubo una vez ─habló Asia terminando su copa de vino de un solo trago ─Estábamos en la universidad y salíamos de un bar, bien locas ─contó negando con la cabeza ─Nos encontramos con una piscina comunitaria y nos tiramos la verja. A Kisa se le ocurrió esta gran idea de nadar desnudas ─recriminó viendo a Kisa que se tapaba la boca con la mano.

>>Entonces decidimos desnudarnos por completo. Hasta que escuchamos las sirenas y nos dimos cuenta que era una piscina de unos mormones y creían que le estaban robando. Así que llegaron los agentes y nos retuvieron toda la noche por invasión de propiedad y escándalo público.

─ ¡Por Dios! ─exclamó Henry soltando la carcajada.

─Hubiera pagado por verlo ─anunció Jair una vez que se tranquilizaba de tanto reír.

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