─Mi papa desde que era bebe me hablaba en inglés y ruso ─explicó recordando cómo se le hizo fácil dominar los dos idiomas.
─El inglés por tu madre ¿Cierto? ─comentó dándolo por hecho.
─No, mi mama me hablaba en español su lengua natal ─aclaró con una gran sonrisa ─Así que prácticamente nací trilingüe.
─No me lo puedo creer, eres una mezcla de todo ─admiró más fascinado que antes ─Eso debe ser otra buena historia.
─Si, lo es - afirmó, pero añadió rápidamente ─No es justo que yo no sé nada de ti y tú casi todo. Es tu turno ─recriminó con curiosidad.
─No soy tan interesante como tú - aceptó con humildad ─¿Qué quieres saber?
─Todo, si es posible.
─Bueno soy prácticamente de aquí Nueva York, mis padres también aunque mi padre es alemán, pero toda su vida ha vivido en la ciudad ─comenzó a explicar lo básico.
─Es el porqué de que domines el alemán.
─Así es ─confirmó asintiendo con la cabeza ─Ellos son empresarios, compran empresas que están en quiebra o hacen malas inversiones y cuentan con buenos proyectos. Ellos las valoran y deciden si sacarlas adelante o no, se enamoraron por el gran equipo que formaron al trabajar juntos. No es gran cosa.
─Ahhh no te subestimes ─reprochó negando con la cabeza ─ ¿Hermanos?
─Si ─respondió con cariño ─Es mayor que yo, mujer ─explicó poniendo los ojos en blanco.
Kisa recordó las coronas colgadas del espejo en la camioneta y sonrió al confirmar que eran de su sobrina. Le pareció un gesto tierno y añadió ─Yo tengo un hermano ─compartió con una sonrisa sospechosa ─Menor ─agregó tomando lo último de su vino sonriendo quiso agregar más, pero Henry la observaba profundamente y le hizo una pregunta.
─Entonces tengo que preguntar ¿Por qué se empeñan en hacernos la vida imposible? ─cuestionó recordando a su hermana que lo molestaba sin parar.
─No lo sé ─respondió con sinceridad y diversión. Ella también molestaba a su hermano ─Supongo que nos gusta verlo al borde de la desesperación.
─Ya lo creo ─afirmó preguntando ─ ¿Kisa es tu nombre ruso?
─Así es.
Henry iba a preguntar por su apellido porque estaba seguro que Ward no lo era, pero el mesero los interrumpió retirando los platos.
─Estaba estupenda la cena, Gracias ─elogió al momento que retiraban los platos ─Así que... ─Habló en forma seductora ─¿No me has dicho cuántos años tienes?
Henry carraspeó y contestó ─Lo sabrás en su momento.
─ ¿Es un problema para ti? ─Examinó inmediatamente confundida ─No creo que seas tan mayor ─agregó analizándolo profundamente ─Yo tengo 27 ─confesó para ver si él animaba.
─No es problema ─aseguró con confianza ─Quiero seguir viéndote más ─declaró exponiendo todas sus cartas en la mesa.
A Kisa una sonrisa de oreja a oreja se formó en su rostro y ronroneó ─Bueno... estoy segura que serás ingenioso para invitarme a salir y que yo acepte de buena manera ─respondió con un toque de coquetería.
─Ni lo dudes ─murmuró con la voz un poco ronca.
Permanecieron en silencio, mirándose el uno al otro. Kisa perdida en esos ojos tan azules e intensos. Él admirando la belleza y elegancia en cada movimiento que ejecutaba. El ambiente cambio, sin aviso alguno.
Él de alguna manera se armó de valor y reclinó la silla situándose al lado de ella. Kisa no le apartaba la mirada por nada en el mundo. Ese hombre la tenía cautivada. Henry aprovechó que tenía toda su atención y rozó levemente su pierna con la de ella y no hizo falta más para que se les acelerara la respiración y sus nervios cobraran vida.
Continuaban con ese duelo de miradas con el mismo rigor por parte de ambas partes. Era un desafío donde estaba presente el deseo, la desesperación y las ganas que se tenían. El mesero hizo acto de presencia interrumpiendo el momento y les ofreció la carta de postre. Luego se retiró a una distancia prudente.
Henry sin romper la conexión, tomó la carta y se estremeció al momento que una corriente eléctrica viajó por todo su cuerpo al instante que Kisa colocaba su mano encima de la de él. Impidiendo así que levantara el menú. Pero lo que sí hizo estremecerse por completo fue cuando ella le expresaba con una voz intensa y sensual sus deseos:
─Te quiero a ti ─exclamó sin ningún gramo de vergüenza. Ella no era ninguna santa y lo que quería lo obtenía a como fuera lugar, por lo que sin dudar dejo libre sus deseos por ese hombre.
─Nena, me vas a matar ─masculló en voz grave y ronca llena de avaricia. Hizo un ademan al mesero para captar su atención y este se presentó rápidamente ─La cuenta por favor ─solicitó con voz dominante.
Al parecer el mesero captó el mensaje. Se retiró y volvió casi de inmediato. Henry apartó la mirada de Kisa por segundos para rápidamente mirar el papel y sacar un fajo de billetes de sus bolsillos asegurándose de dejar una muy buena propina, sin ningún cuidado encima de la mesa
─Nos vamos ─demandó poniéndose de pie cogiéndole la mano. Dándole a penas tiempo para que tomara su bolso y dejara la servilleta en la mesa.
─ ¿Tienes algo de prisa? ─preguntó con picardía al notar que la llevaba a toda velocidad a la salida, en dirección a su coche.
─Como nunca en la vida.
Cuando llegaron al coche a pesar de la desesperación Henry le abrió la puerta como todo un caballero y con cuidado la ayudó a subir en el lugar del copiloto. Kisa vio como corría hacia al otro lado del auto y entraba rápidamente, arrancando de inmediato como si su vida dependiera de ello. Lo que hizo que le causara verdaderamente gracia y placer, entusiasmada por experimentar lo que le esperaba.
*** Hola gente bonita, están cerca de llegar a conocer la pasión y necesidad de Kisa y Henry, son de mis partes favoritas del libro. Espero que estén disfrutando de todos los capítulos, recuerden votar al final de cada capítulo/parte, es muy importante y comentar qué les va pareciendo la historia; los leo a todos y me hacen muy feliz.
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Adicta a Ti
Любовные романыKisa Volkova es una mujer que no le falta absolutamente nada. Poseedora de una deslumbrante e inigualable belleza; admirada por muchas, odiada por otras. Privilegiada al nacer en una familia de muy buena posición económica y ni se diga en el ámbito...