Capítulo 49, pt 2.

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Una vez fuera del edificio, tomados de la mano Henry le preguntó si podían ir caminando. Kisa aceptó de mala gana; tomados de la mano estaban llegando al Times Square cuando recordó el cartel en las afuera de su casa, se lo contó y este sin inmutarse se hizo el desentendido, descubriendo así que fue acción de él.

─ ¿Por qué estamos aquí? ─Cuestionó caminando entre el mar de gente que a esa hora transitaba e iban a sus casas, al trabajo o simplemente eran turista que les encantaban las vistas de noche; estaba muy concurrido.

─Ya lo veras ─fue lo único que contestó.

Kisa admiró las inmensas pantallas de luces Led, que proyectaban publicidad de las mejores y más reconocidas marcas y productos del mundo. Le encantaban todas, pero en especial la publicidad de su madre de la tienda. A su mamá le gustaban las fotografías de momentos fugaces; incluso ella posaba para algunas, no obstante le solicitaba que no las proyectara.

Acercó su cabeza al pecho de Henry preguntándose en su mente qué espectáculo iban a presentar, debía ser uno importante para requerir su presencia. Inmediatamente una de las pantallas, no, la pantalla de la publicidad de su madre específicamente; empezó a parpadear para luego proyectar una pregunta en español. Rápidamente dos, tres, cuatro y no supo cuántas más proyectaron la misma, pero en distintos idiomas inglés, portugués, italiano, francés... Cubrió su boca al mirar la pantalla más grande cambiar de imagen y presentar la misma pregunta, pero en ruso.

No supo el momento en que se separó de Henry para girar sobre su eje y admirar todo a su alrededor. Impresionada al detenerse y darse cuenta que él se encontraba de rodillas, con una enorme sonrisa, sosteniendo entre sus manos una Matrioshka. Abrió la boca y la cerró de nuevo, sin poder retener las emociones se echó a llorar llena de felicidad.

Henry le ofreció la muñeca al tiempo que señalaba hacia un lado. Ella la tomó captando que varias personas los observaban, dándose cuenta que el mensaje era para ella, pero en un lugar en específico se encontraban todos, absolutamente todos sus seres queridos sonriéndole enormemente.

Estaba su abuelo, sus padres, su hermano. Los padres de Henry, su hermana, su esposo y sus hijos. Se encontraba Jair, Alana y su padre. Su amiga Asia junto con Chris y Sofí. Incluso estaban Laika y Max. Ahora entendía la razón por la que viajó en un vuelo normal y no en el Jet privado de su abuelo. Ellos iban a estar ahí, presenciado ese momento.

Sin hacerse esperar comenzó a abrir las muñecas, una a una con manos temblorosas y una risa nerviosa. Era un juego de cinco muñecas y cuando llegó a la última descubrió su contenido...

─ ¿Quieres vivir conmigo de manera definitiva? ─Preguntó Henry el mensaje que proyectaba todas las pantallas del Times Square.

─ ¿En Moscú? ─Cuestionó alzando las llaves emocionada.

─Donde tú quieras, nena...

─Sí, sí, sí, si ─respondió sin dudarlo, ni hacerlo esperar por una respuesta saltando de alegría, dejando a un lado las muñecas para lanzarse a los brazos del amor de su vida quien se ponía en pie ─Acepto, acepto ─expresó refugiándose entre sus brazos, lugar donde pertenecía.

Henry la besó al momento que su familia y amigos empezaron a aplaudir, contagiando a todos los demás. Chiflidos, gritos y estallidos de emoción y euforia se dejaban escuchar por todo el lugar, pero él estaba concentrado en sostener a su mujer y hacerlo para siempre.

Luego de todo el alboroto, felicitaciones y saludos por parte de todos. Kisa iba ansiosa llena de desesperación en el auto de Henry a una dirección diferente a la de su apartamento. Con el corazón brincándole de felicidad, en su regazo llevaba la Matrioshka que contenía la llave de su nuevo hogar, por lo que sospechó a donde se dirigían.

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