Capítulo 25, pt 1.

3.9K 397 32
                                    

Evadir a Henry.

Para Kisa jamás imaginó que pudo ser tan fácil en los últimos dos días después de la cena con sus padres. Ni jamás imaginó que iba a tener que evadir a Henry, si a los pocos días de conocerlo ya lo deseaba como si fuera algo esencial en su vida.

Después de descubrir que algo le ocultaba, no había pegado el ojo desde esa noche, llorando y sin ser capaz de conciliar el sueño. Recordó como cobardemente tomó una ducha a las cinco de la madrugada lo más rápido posible, vestirse en tiempo record y salir de su apartamento sin despedirse de un Henry profundamente dormido.

Condujo sin rumbo alguno pensando cómo iba a actuar para abordar el tema, pero nada le parecía convincente. Cuando divisó que era la hora adecuada para ir a su trabajo, dio la vuelta de donde quiera que se encontrara y al instante recibió una llamada, asustándola hasta la muerte.

Era Henry, decidió no contestar hasta llegar al edificio de su trabajo. Algo que le resultó sumamente difícil por las llamadas constantes. Estando en su oficina se hartó del tono de música y atendió:

─Bueno...

─Kisa ¿Dónde diablos estas? ─exigió Henry alterado dando vueltas por todo el apartamento.

─Relájate ─respondió Kisa sintiéndose culpable al escuchar preocupación en su voz ─ Tenia una reunión a primera hora y estabas tan profundamente dormido que no quise despertarte ─explicó con voz sorprendentemente calmada.

─ ¡Dios! ─suspiro de alivio sentándose en el sofá con Laika a su lado ─Nena me preocupe como el infierno ─expresó inclinando la cabeza al respaldo del sofá.

─Ya... ─fue lo único que logró contestar ─Tengo esta reunión y necesito terminar la llamada...

─Sí, sí, claro nena ─habló poniéndose en pie extrañado al escuchar duda en la voz de Kisa ─Descuida, igual tengo unos asuntos que atender ─ indicó sin querer darle vuelta a sus cavilaciones.

+++

Leyendo de nuevo un párrafo de unas cláusulas, terminó por dejar el documento a un lado de su escritorio resignada al no poder concentrarse en nada. Habían pasado dos días sin ver a Henry. Por obra del destino el primer día que no lo vio, Henry la llamó diciéndole que tenía a su socio nuevo en la cuidad en una visita relámpago y necesitaba arreglar unos papeles hasta terminarlo. El segundo día llamó diciendo que necesitaba comprobar unos contratos de su padre urgentemente.

Dos días, dos días en los que Kisa se martirizó imaginándose escenarios nada favorecedores para su calma. Dos días en que estuvo a punto de llamar al padre de Henry para comprobar si en verdad estaban trabajando juntos. Porque ELLA, la que si conocía el hogar de Henry, invadió su mente y Henry pudo mentirle para estar con ELLA y no con ella (minúscula) en su hogar, si, en el suyo porque era el único en el que Henry le demostraba que era lo único que le importaba.

Su mente viajó desde el primer día que conoció a Henry hasta el último, por si encontraba algo sospechoso. Recordó que en la veterinaria él mencionó una "ELLA". Exactamente cuando ella quería saber si Max era de su propiedad. Él cambio de actitud en cuestión de segundos, dijo algo como: Si, es mío, su dueña no está. Me lo dejó a cargo.

DUEÑA

¿Quería decir que esa dueña había regresado de donde quiera que se encontrara y ahora quería una explicación del por qué él se encontraba con otra? ¿Todo ese tiempo fue una segundona de un hombre que hasta ahora era lo mejor que le había pasado en todo ese período?

También recordó que varias noches a la semana no llegaba dormir y muchas veces lo hacía a altas horas de la madrugada.

Escuchó el chasquido del lápiz como se partía en dos en sus manos al estarlo sosteniendo con fuerza y lo lanzó hacia al otro lado de la habitación con impotencia y odio. Necesitaba relajarse, no dormir las últimas tres noches le estaba pasando factura. Masajeó con sus dedos ambos lados de su cabeza porque tantos pensamientos aglomerados en su mente le estaban causando una horrible jaqueca.

Adicta a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora