Alex cerró la puerta del apartamento encontrándose con Sofí en el sofá jugando con Laika, la imagen le gustó y de inmediato se dio cuenta que seguía sin camisa, por lo que rápidamente se la colocó nuevamente olvidándose del cansancio y lo exhausto que se sentía.
─Así que... ─titubeó sin saber si acercarse o quedarse en el mismo lugar ─Eres amiga de mi hermana ─expresó lo primero que se le vino a la mente ¡Qué diablos! Pensó obligándose a actuar con seguridad. No sabía porque se encontraba nervioso, él no era así y no iba a comenzar hacer el ridículo, por lo que con paso seguro se dirigió al sofá y se sentó cerca.
─Supongo que si ─se obligó a contestar sintiendo como empezaba alterarse nuevamente por la cercanía del hermano de Kisa ─Paso la mayoría de tiempo aquí y ella es muy buena conmigo ─explicó lentamente con timidez.
─Así es mi hermana ─comentó mirando como hacia un gesto que podría jurar haberlo visto antes. Suspiró y cerró los ojos rápidamente para no dejar que los recuerdos le hicieran una mala jugada ─Eres muy buena con el violín ─alegó entrando en un tema seguro ─Yo estudie medio año, pero estoy seguro que no sonaba en lo más mínimo como tú ─manifestó con una sonrisa de medio lado.
Sofía sonrió negando con la cabeza ─Algo me comentó, Kisa ─reveló tratando de sostenerle la mirada ─Creo que la música nos elige ─susurró levemente.
─Palabras sabias ─afirmó dándole la razón ─Tiene sentido siempre he sido bueno con los números y Kisa con las leyes ─indicó pensativo ─Supongo que cada uno viene con lo suyo ─finalizó acogiendo a Laika en sus muslos.
─Así es ─confirmó captando las dos maletas que se encontraban a un lado de la puerta. Confundida porque según Kisa su hermano solo se quedaba por dos días y ese era mucho equipaje.
A Alex que no se le escapaba nada vio donde estaba la atención de Sofí por lo que dijo ─Una es para Kisa ─señaló la maleta más grande ─Mi abuelo le mando una guarnición de sus dulces favoritos ─indicó viendo la reacción de Sofí.
─A Kisa le gustan los dulces ─declaró al recordar los estantes llenos que mantenía en la cocina.
─Así es ─anunció Alex recordando todas las travesuras que hacían de niños para robarlos de la cocina de su abuelo ─Solíamos arriesgarnos para poder obtener una ración extra de lo que nos daban ─manifestó negando con la cabeza ─Una vez mi papa los escondió en el estante más alto de la cocina y Kisa se le ocurrió subirse en mis hombros, de repente escuchamos como alguien venia bajando de las gradas y de los nervios resbale y nos caímos. Kisa se quebró el brazo derecho y yo el izquierdo ─contó soltando una carcajada.
─Que locura ─soltó riendo abiertamente con Alex ─Sí que eran traviesos.
─Bueno la verdad es que siempre era Kisa la que me convencía ─confesó divertido ─ Siempre a la hora de regañarnos ella asumía toda la culpa, pero eso no importaba porque nos castigaban por igual ─finalizó viendo a Sofí directamente.
El tiempo se detuvo en el momento que sus miradas conectaban, había algo que los atraía, pero no entendían ni sabían cómo reaccionar. Sofí luchó por no morderse el labio inferior cuando Alex posó su mirada gris en estos, aunque no lo quiso hacer no pudo, porque de alguna manera sus impulsos eran más fuerte.
Alex tenia esta extraña necesidad de tocarla y levantó ligeramente la mano para posarla en la mejilla que se miraba extremadamente suave, veía a través de sus ojos y fue consciente que los en iris azules había nerviosismo, deseo y cautela. Los dos estaban completamente seguros que lo que ahí pasaba era peligroso y prohibido, pero no les importó.
Alex estaba a solo centímetros de entrar en contacto con Sofí cuando de repente la puerta sonó sacándolos por completo de su aturdimiento al momento que Kisa entraba y Laika corría a su encuentro.
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Adicta a Ti
RomanceKisa Volkova es una mujer que no le falta absolutamente nada. Poseedora de una deslumbrante e inigualable belleza; admirada por muchas, odiada por otras. Privilegiada al nacer en una familia de muy buena posición económica y ni se diga en el ámbito...