Capítulo 41, pt 2.

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─Bien su señoría y señores del jurado ─habló Henry justamente en el momento preciso que Kisa abría la carpeta ─Les acabo de entregar fotos donde aparece el señor Volkova con Vera Kuznetsova en situaciones bastante intima ─carraspeó y continuó con voz clara y concisa ─También se encuentran documentos de que la Señorita Kuznetsova es hija de uno de los mayores traficantes de drogas y trata de blancas en Rusia. El señor Vladimir Kuznetsova, dueño de todo un imperio ruso, se encarga de realizar crímenes asociados con varios mafiosos especialistas en casos de prostitución, tráfico de armas y otros delitos inimaginables.

A Kisa le temblaban las manos al ver todos los papeles que le habían entregado. No salía de su aturdimiento, ni mucho menos que Henry el hombre que amaba con todo su ser se atreviera a actuar de una manera tan baja sin pensar en las consecuencias que esto atraerían. Sin duda todo lo que estaba hablando era la verdad, pero era una verdad a su conveniencia.

Sí, era una muy buena declaración y empezó a pensar que tal vez esto era la explicación de todo este asunto. A lo mejor a su hermano lo estaban amenazando para no hacer daño a su familia, realizando trabajos realmente crueles para sobrevivir y protegerlos.

─Sabemos que Rusia es uno de los países más corrupto en el mundo y muchos altos dirigentes del Gobierno, abogados y financieros se dejan influenciar y caer en la tentación de hacer la vista gorda y sucumbir al poder de estos criminales que no respetan ninguna ley, ya sea por obtener beneficios o por temor a las amenazas por parte de las mafias rusas.

 >>En un tiempo las familias más apoderadas de Rusia llegaban a tener relación directa con las mafias y las financiaban; con el único logro que les brindaran a cambio seguridad y protección. Sabemos que tratar con mafiosos es sellar tu propio destino, o pagas, o mueres ─ amonestó en gesto severo ─El señor Volkova viene de una familia millonaria... ─ironizó con desdén sabiendo de sobra que tenía la atención de todos en la sala.

─La señora Kuznetsova se encarga personalmente del tráfico de blancas ─afirmó Henry con enojo mirándolo directamente a los ojos y cuestionó...

A Kisa los oídos le zumbaban y escuchaba la voz de Henry muy lejana. Su hermano si tuvo una breve relación con la supuesta mujer, pero se encargó de terminarla cuando se dio cuenta que ella estaba incluida y participaba de forma activa en el negocio de su padre. Lo que no aceptaba era que estuvieran y mucho menos Henry, juzgando el trabajo duro de su abuelo e insinuando algo tan grave en contra de su familia.

─ ¿Estaba de alguna manera vinculado con este trabajo y la Señorita Dalyanna se enteró de todo su plan y al no acceder a viajar con usted, la asesino para no dejarlo en evidencia? ─ hablaba Henry cuando Kisa se puso de pie como un rayo y con un golpe en la mesa para llamar la atención, intervino porque no iba a permitir que juzgaran a su familia en especial a su abuelo.

─Protesto, su señoría ─sentenció y empezó a hablar para que no lo detuvieran ─Esas acusaciones son muy graves por parte del abogado Leman, sacar el tema de las mafias es un tema muy delicado y se puede tornar peligroso no solo para mi familia, sino, también para todos en esta sala, incluyéndolo ─señaló al juez con un gesto bastante irrespetuoso ─Mi cliente si tuvo una relación con la señorita Kuznetsova, pero la terminó en cuanto supo a lo que se dedicaba y de eso ya seis años exacto ─hablaba sin respirar en tono claro y seguro ─Y tampoco permitiré que se juzgue y se ponga en duda el negocio del señor Arion Volkova, porque lo único que él hizo fue trabajar muy duro para construirse un futuro mejor y salir de la pobreza en la que vivía juntos con sus padres. Él lo único que hizo fue trabajar duro de forma legal y honrada.

Arion se llenó de dicha, amor y admiración por parte de su nieta. Más que eso era la niña de sus ojos y que lo defendiera de esa manera con garras y dientes lo llenaba de un orgullo inigualable. No sentía temor de que juzgaran su trabajo. Él más que nadie sabía lo duro que trabajó para ser el hombre del que era el día de hoy y tenía pruebas que lo respaldaran.

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