─Todos de pie por favor ─solicitó el asistente del juez avisando la entrada del hombre.
El juez Felipe Ortiz un hombre de treinta y pico de años se acomodó en su puesto, mirando a todos a su alrededor. Era un hombre apuesto inclusive tenía un pequeño flechazo por su colega Asia, pero esta se le resentía por lo que tenían una relación de toda menos afectuosa. Inicio el régimen protocolar para dar paso al juicio. Le concedió la palabra al fiscal quien se encargaría de explicar al gran jurado y al público sobre qué trataba el caso que los congregaba en ese lugar.
Chris quien se había preparado hasta el cansancio para su discurso inicial y tener ganado desde el principio al gran jurado, respiró profundo y procedió hablar con voz segura ─Señoras y señores del jurado ─inició ganándose la atención de todos ─Estamos todos aquí reunidos por el caso de la Señorita Dalyanna Leman, asesinada cruelmente y sin escrúpulos por un hombre que iba totalmente drogado conduciendo a 310Km por hora, en un vecindario que deja mucho a la imaginación; donde habitan familias, sobre todo niños que juegan con la confianza y seguridad que brindan las calles, por la poca afluencia de vehículos en la zona —habló haciendo énfasis en esas últimas palabras ─Y sé que se preguntaran ¿Qué hacia una joven con tan solo 18 años de edad en un vecindario que deja mucho que desear, a altas horas de la madrugada? Y es que el señor a como las pruebas lo confirman ─continuó mirándolo directamente a los ojos ─La citó para "encargarse" de unos asuntos que requerían su presencia a una hora determinada. Donde este llegó hora y media después. Exponiéndola gravemente; dado que dicho lugar es la sede de mayor delincuencia, violencia y sobre todo tráfico de drogas del estado.
Alex sólo quería desaparecer de ese lugar y regresar en el tiempo para poder remendar todo. Mientras que Henry se hacia el fuerte para no cubrirse con las manos los oídos, escuchar una vez más por las cosas que había pasado su hija la cual amaba con toda su ser, le desgarraba el alma.
Saber que ese bastardo no sólo acabo con ella atropellándola atrozmente sino que se atrevió a citarla y encima llegar tarde poniendo en peligro la vida de su tesoro que amó con cada fibra de su ser, era algo que lo arrastraba hasta los términos de lo insufrible.
Chris Heathcliff quien persistía con su alegato, sin callar nada. Vio de soslayo a su amigo para asegurarle que todo estaba en sus manos, dedicándole una mirada de tranquilidad para proceder con el discurso. La idea era presentar todas las cartas desde el principio, asegurándoles una enorme ventaja.
─Todo el atroz suceso, dejó a la joven Dalyanna con siete costillas rotas, el hombro dislocado, junto con fracturas de gravedad tanto en el brazo y pierna ─enumeraba cada una de las complicaciones que presentó el forense en la autopsia con un tremendo pesar dejando no solo a él conmocionado por el hecho, sino, también con el público en general. Con todo el dolor de su alma reunió el coraje para continuar y concluir ─Y por si fuera poco también le causó una enorme conmoción cerebral, además de una grave hemorragia interna. Complicaciones que no dejaron que la joven continuara con su vida. Todo eso causado, por ese hombre que ven ahí... ─habló señalando al acusado.
─El señor Alex Volkova ─anunció con contundencia ─Que por consideración al señor por las leves heridas que recibió debido al impacto. Le concedieron libertad condicional. Aprovechando salir del país y dirigirse a Rusia a darse la gran vida que su familia se puede permitir ─puntualizó con cierto aire de ironía causando que los padres del acusado y sobre todo el abuelo dejaran sus expresiones de enojo y desacuerdo ─Es su decisión miembros del jurado... ─habló con tono demasiado respetable ─Analizar las pruebas, poner mucha atención en todo lo que se hable el día de hoy, reconocer la verdad y la mentira; que estoy seguro, no se les hará difícil.
Alex no aguantaba el dolor en el pecho que aguardaba en el fondo de su ser, sin duda alguna ese discurso iba directo a matar. A hundirlo y no dejar en duda su culpabilidad. Observó como el fiscal tomaba asiento, dándole un ligero asentimiento de cabeza a Henry.
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Adicta a Ti
RomanceKisa Volkova es una mujer que no le falta absolutamente nada. Poseedora de una deslumbrante e inigualable belleza; admirada por muchas, odiada por otras. Privilegiada al nacer en una familia de muy buena posición económica y ni se diga en el ámbito...