Capítulo 43, pt 2.

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En el apartamento dejando sus llaves en el estante de la entrada, se dirigió directamente a la oficina de su padre, donde lo encontró leyendo un libro en su sofá ─Hola, papi ─lo saludó sacándole de su mundo, acercándose para darle un enorme abrazo.

─Hola, mi princesa ─correspondió Henry perdiendo de inmediato el interés a su lectura abrazando a lo que más amaba en su vida ─Llegas tarde ─recriminó fingiendo ser severo.

─Cinco minutos, papi ─le contestó Dalyanna poniendo los ojos en blanco ante la obsesión de su padre con la puntualidad.

─No vayas con tu amiga ─probó acurrucándola en sus brazos, sintiendo como su hija se refugiaba entre sus brazos con fuerza ─Dime lo que quieras que desees y te lo daré ─expresó con lo mismo que le decía siempre, para no pasar tanto tiempo lejos de su hija.

─No, no, no, no, no señor ─se incorporó negando con la cabeza ─Se lo que estás haciendo y no caeré en tu juego ─amonestó saliendo de la oficina en dirección a su cuarto, siendo seguida por su papá y Max.

─Anda, princesa ─habló Henry poniendo pucheros ─Si quieres yo te llevo a la playa ─intentó convencerla para que no se fuera ─Podemos ir con Kate o con tus abuelos...

─Papi, no me iré por siempre ─lo tranquilizó sintiéndose un poco culpable ─Regresare el lunes sin falta ─prometió levantando la mano derecha haciendo un gesto de promesa.

─Está bien ─se rindió exagerando un suspiro ─Déjame te ayudo con eso ─señaló quitándole la maleta ─Pero ¿Qué tanto llevas? Esto pesa una tonelada.

─No exageres, papá ─exclamó con cierto nerviosismo. Alex le había dicho que Rusia era un lugar muy frío y ella empacó unos cuantos abrigos aunque este le aseguró que la llevaría de compras en cuanto estuvieran ahí y además iba a conocer a su hermana que era una de sus cosas favoritas que hacía, relatándole varias veces las horas y horas que lo arrastraba a ir de compras ─Son solo cosas de mujer, muchas cosas de mujeres ─explicó saliendo del cuarto.

─Despídete de la nana ─demandó siguiéndola como un guardián.

─Eso es lo que haré ─soltó con una enorme sonrisa. Llegó a la cocina y se encontró con su nana haciendo su deliciosa limonada esa que tanto le gustaba ─Nany ─la llamó con cariño.

─Ahí está, mi niña ─se giró Any con ternura ─Ve con cuidado, mi pequeña ─solicitó al tiempo que la abrazaba.

─Lo haré, no te preocupes ─la tranquilizó devolviendo el efusivo abrazo ─Pero antes tomare un vaso enorme de esa limonada que tanto amo ─emitió dando un saltito y sirviéndose ella misma.

Al terminar salieron de nuevo del apartamento y en el ascensor Dalyanna le iba contando a su padre sobre unas técnicas que estaba mejorando para tratar de tranquilizarlo.

─Papi, veras como ganare otra medalla de oro si me esfuerzo más ─explicaba con entusiasmo.

─Sé que lo lograras, pequeña ─aseguró Henry sin duda emocionado al ver la exaltación de su hija ─Pero sé que estas tratando de que me tranquilice y sabes que para mí eso es muy difícil ─conversó conociendo de sobra las tácticas de su hija.

─Estaré bien...

─Espero y no me estés engañando y resulta ser que te vayas con tu novio que justamente hoy va de viaje ─la interrumpió, sin dejarla continuar.

Sabía que su padre era súper inteligente y sospechaba que le ocultaba algo, pero no se le acercaba en lo más mínimo a atinar cuales eran sus intenciones verdaderas. Por eso siempre discutía con Alex por no irse definitivamente con él y abandonar a su padre, este era todo para ella y no haría nada para hacerle daño y abandonarlo le devastaría en gran manera.

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