Capítulo 7, pt 2.

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Una vez más sola en su apartamento decidió cocinar una lasaña y horneó brownies para Sofía. Almorzó mientras revisaba su correo y agregaba en su agenda los casos que podía defender, no los podía tomar todos porque además de hacer su trabajo, tenía que ir a los albergues donde su abuelo y ella apoyaban. Se acordó de la colecta que Erick le mencionó y se le ocurrieron algunas ideas para atraer gente que apoyara a la causa.

Al final le ganaron sus ganas y se fue a su armario a buscar algo adecuado para su cita. Quería algo que dejara impresionado a Henry; jamás en su vida se había esmerado en arreglarse para alguien más, sino, solo para ella misma, pero Henry valía la pena o eso creía.

Su mirada captó un vestido que jamás lo había usado. Lo compró para una ocasión súper especial y hoy era el día para utilizarlo. Desenganchándolo lo colocó al lado de su espejo. Escogió unas sandalias negras de tacón aguja y las dejo cerca del vestido. Necesitaba a Emi, para que la arreglara y le hiciera algo en el cabello; por lo que la llamó y quedaron en que llegaría a las cuatro y media.

Una vez resuelta su crisis se obligó a regresar a su computadora a leer lo que sea antes de que cambiara de opinión. Se entretuvo rápidamente en un caso de un asesino serial. Estaba tan sumergida en la lectura que se asustó cuando sonó el timbre del portero automático.

─Señorita Kisa, la señora Nohemí Tunney la busca ─se escuchó la voz de Albert.

─Déjala pasar Albert, por favor ─respondió.

En la puerta se escuchó el llamado de Emi y rápidamente fue en su busca.

─Hola mi niña ─saludó en cuanto la invitó a pasar.

─Hola Emi, gracias por venir ─contestó abrazándola indicándole que tomara asiento - ¿Deseas tomar algo? ─ofreció con cariño.

─Me encantaría una copa de vino ─solicitó muy entusiasmada conociendo las debilidad de Kisa con sus preferencias del vino.

─Buena elección ─apremió entusiasmada dirigiéndose a la cocina ─Sabes traje unos muy buenos Vinos de Florencia ─contó mientras servía dos copas ─Me costó una barbaridad traerlos, así que espero y lo sepas apreciar ─concluyó ofreciéndole la copa de vino.

─Estoy segura que lo haré ─brindó junto con Kisa.

Kisa la llevo a su cuarto y ahí le enseño su atuendo de la noche a Emi le encantó la elección sin duda alguna iba a estar preciosa. Decidió hacerle un recogido entre elegante e informal para no mostrar mucha formalidad y sobre todo que el escote del vestido en la espalda se apreciara perfectamente.

Entre risas y platicas Emi le pintó las uñas de los pies y de las manos. Usó un maquillaje mínimo, pero le aplicó labial de un rojo intenso en los labios. Se despidió de Kisa deseándole éxito en su cita y que le prometiera contarle después todo con lujo de detalle.

Kisa iba a su cuarto a colocarse el vestido en solo una bata y las sandalias, cuando tocaron la puerta. Inmediatamente se le olvidó como respirar y empezó a temblar como loca, pero se obligó a ver su reloj de pulsera y vio que eran las seis y cuarenta. Soltó un suspiro de alivio recordando que Sofía iba a llegar a esa hora.

Abrió nuevamente y Sofía quedo fascinada por lo hermosa que se veía.

─Hola Sofí, pasa cariño ─saludó.

─Estas preciosas ─elogió con sinceridad entrando en la casa.

─ ¿En serio? ─Preguntó con nerviosismo ─Muchas Gracias.

─Si ─confirmó al momento que Laika iba a su encuentro. La tomó entre sus brazos sentándose en el sofá.

─¿Te puedo llamar así, Sofí?

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