Capítulo 15.

4.8K 476 88
                                    

─Tienes que dejar de beber tu peso en alcohol ─recriminó Jair negando con la cabeza.

─ ¡Vete a la mierda! ─Sentenció Paulo, sirviéndose otro vaso cargado de Vodka.

─Sabias que Kisa nunca fue tuya ─anunció acercándose a su amigo que tenía un aspecto deplorable ─Tienes que centrarte en tus cosas ─anunció palmeándole el hombro.

─Cómo quieres que me centre en mis cosas, si esa mujer me dejo hecho mierda ─ dictaminó bebiéndose todo el contenido ─ ¿Cómo es que establece una relación de la noche a la mañana? Y a mí... ─señaló tambaleándose levemente ─Nunca quiso dar ese paso conmigo.

─Seguro que no es la indicada...

─Cállate, no lo sabes ─interrumpió poniéndose en pie con dificultad, suspirando ruidosamente ─Kisa es la mujer de mi vida, ella tenía que ser para mí. Solo necesitábamos tiempo y viene un imbécil y lo jode todo.

─Kisa te dejo en claro desde el principio los términos de su relación ─aclaró Jair con voz cansina ─Solo falta que mires por unos minutos a una persona, para luego crear una conexión profunda y comenzar algo especial – manifestó recordando a su pequeña rubia ─Es tiempo de seguir adelante y superarla.

─ ¿Y cómo demonios voy a lograr eso? ─Sonsacó aumentando su ira ─Estuvimos más de ocho meses juntos, siempre tuve la esperanza que ella iba a convencerse en quedarse conmigo ─expresó con un dolor lacerante en su pecho ─No es fácil lo que me pides ─sonrió sin ningún humor ─Esa mujer es mi perdición, mi todo y la única que tendrá mis sentimientos.

Jair solo asentía con la cabeza. Estaba demás decirle lo mismo que le venía repitiendo desde que se toparon con Kisa. Su amigo desde el primer instante que la vio en el carnaval quedó prendado de ella hasta la médula, no obstante esta le dejo en claro desde ese día que no establecía relaciones. Él le advirtió en repetidas ocasiones que iba a quedar mal parado y ahora sufría las consecuencias.

─ ¿Cómo van las cosas con Alana? ─indagó Paulo después de un tiempo, con la mirada perdida en el ventanal del apartamento de su amigo.

─Están bien ─indicó saliendo de sus pensamientos ─Ella es especial ¿Sabes?

─Es lo que dijiste con Marcela ─reveló girando su mirada para verlo directamente ─Alana es muy diferente, así que tienes que darle mucho más ─sentenció tomando lo último de la botella ─Sino, te las veras conmigo.

─Ya sé que las cosas son diferentes ─soltó de mal humor por no recibir algo de crédito ─Me encargare de hacer las cosas bien ─habló con voz determinante ─Ahora vete a duchar, apestas a kilómetros y tu vuelo sale en tres horas ─sentenció con autoridad quitándole la botella de las manos.

─ ¡Mierda! Lo había olvidado ─maldijo en una mueca.

─Se nota.

─Gracias por tu apoyo ─indicó palmeándole la espalda ─Solo espero que este viaje no sea un dolor de huevo ─alegó poniendo los ojos en blanco.

─Todos tus viajes son un dolor de huevo ─indicó Jair con sorna ─¿Cuándo regresas?

─En dos semanas ─aclaró desabotonándose la camisa ─Luego regresó para reunirme con los inversionistas en el restaurante Per Se ─anunció rascándose la cabeza con frustración ─Y luego me iré nuevamente ─finalizó con voz decidida. No se miraba capaz de seguir en la misma cuidad con Kisa.

─Inversionistas ─bufó Jair saliendo de la habitación con incredibilidad.

+++

─Nena, me esperas un segundo ─pidió Henry en la salida ─Creo que vi a alguien conocido, solo iré a saludar.

─Claro ─aseguró Kisa tomando su abrigo ayudada por el maître ─Anda, pero no tardes mucho.

─Por supuesto que no ─afirmó regalándole un leve beso en la frente.

Kisa estaba terminando de recolocarse su gabardina estilo Burberry en color beige cuando su mirada captó la persona que iba entrando al restaurante.

─ ¡Paulo! ─llamó con emoción y tiento.

─Kisa ─habló este en un gesto muy serio ofreciendo su abrigo color negro al hombre de servicio.

─Es bueno verte ─anunció algo tímida al escucharlo sin emoción en la voz.

No evito admirarlo de pies a cabezas, estaba impecable y súper elegante. Muy pocas veces, de hecho pensó que esta era la primera vez que lo miraba vestido muy formal y completamente de etiqueta.

Usaba un traje de Hugo Boss en color negro, ajustado a su medida. Camisa blanca y corbata negra de seda, con raya diplomática de corte estrecho y su cabello rubio peinado con alguna crema, dándole un estilo de seriedad y de hombre empresario.

A Paulo no le pasó desapercibida la inspección que le hizo Kisa provocando que sus nervios se alteraran y su corazón palpitara como siempre lo hacía en presencia de la única mujer que tendría su amor.

─Nena, ya es hora... ─llegó Henry deteniendo la frase, cuando captó la presencia del hombre.

─ ¿Es enserio? ─Cuestionó Paulo totalmente alucinado sin poder creer lo que miraban sus ojos.

─Paulo ─mencionó Kisa observando la tensión en la mandíbula de su novio y la confusión en el brasileño ─Este es Henry... ─señaló queriendo ser cortés.

─ ¿Me estas jodiendo, Kisa? ─interrumpió Paulo exasperado, con ira en la voz.

─Oye será mejor que calmes ese tono ─amonestó Henry para nada contento con la actitud del amiguito de su mujer ─No te permitiré...

─No estoy hablando contigo ─atacó este ignorándolo ─Eres tan ingenua, Kisa ─reveló negando con la cabeza ─Creía que eras más inteligente.

─Paulo, por favor... ─imploró muy dolida por el comportamiento de su amigo, impresionada porque nunca había actuado así ─Por favor, no me hagas esto...

─ ¿Hacerte qué? ─Inquirió invadiendo su espacio ignorando el gruñido que soltaba Henry que se posicionaba al lado de ella ─Sabes siquiera que es abogado ─indicó con desprecio innecesario.

─ ¡Claro que sí! – Respondió confundida.

─ ¿No aprendiste la última vez que te metiste con alguien de tu misma carrera? ─sonsacó con sorna y rabia, destilando enojo hasta por los poros.

─No le tienes que dar explicaciones a este ─manifestó Henry odiando el tono autoritario del tal Paulo.

─No te metas amigo.

─ ¡Yo no soy tu amigo! ─Rugió dando un paso al frente en gesto amenazante.

─Oye ¡Ya basta! ─intervino Kisa con tristeza al momento que otra voz participaba en la conversación.

─Paulo ─murmuró con nerviosismo una mujer desconocida a sus espaldas.

Todos giraron en dirección a la voz y en especial Kisa, admirada al ver a la mujer de pies a cabeza. Era sumamente guapa y hermosa. Morena, de ojos castaños al igual que el color de su cabello. Llevaba un vestido tubo de color azul marino que le acentuaba sus curvas y el escote dejaba apreciar sus buenos atributos.

─Los... inversionistas esperan – reveló con cierta duda, mirando directamente a la mujer que debía ser Kisa Volkova que se encontraba en medio de esos dos machos alfas.

Paulo ignoró por completo el aviso y dirigió su mirada lentamente a Kisa ─Saldrás mal parada de esto ─concluyó con determinación alejándose poco a poco ─ ¿Qué acaso no me puedo demorar ni tres segundos? ─recriminó en dirección a la mujer desconocida, quien lo siguió; desapareciendo ambos dentro del restaurante, sin mirar atrás.

Adicta a TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora