Una Semana Después...

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Ya había pasado una semana, para ser sincera me sentía agotada tanto mental como físicamente, estaba haciendo un gran esfuerzo, trabajaba de 7am  a 5pm y luego me iba al gym, pero mi cuerpo debía acostumbrarse y esperaba que fuera luego.

Llegue al gimnasio a eso de las 5:30 de la tarde, busque un vestidero que estuviera desocupado, y me dispuse a ponerme mi ropa de ejercicio, como era de costumbre me puse un pans holgado que me cubría hasta los tobillos, una camisa 2 tallas más grande ( esto lo hacia no solo para sentirme cómoda, si no para ocultar más mi gordura) y unos tenis no muy llamativos, luego de 15 minutos ya estaba lista, y créanme ya había sudado, la calor que hace en este lugar es un poco insoportable, yo le llamo pre-ejercicio a esto de cambiarme.

Busque una maquina que estuviera desocupada, para mi mala suerte, hoy era el día mas lleno de la semana, es como si algunas de estas personas solo se presentaran un día a la semana, y por esa razón se llena más este día que los otros, aunque en realidad no estoy segura, cuando estoy aquí trato de no ver a nadie por tres razones ¿quieren saberlas?, pues se las cuento:

Numero 1: No quiero que alguno de los chicos que están en este lugar, crea que me gusta, o piense  " esa gorda esta loca de seguro quiere violarme".

Numero 2: No quiero saber cuantas personas están posando la mirada en mi, y viéndome con cara de horror o lastima.

Numero 3: Trato de que nadie note que existo.

Por esta razón no me he memorizado muchos rostros. 

Pero creo que hoy sera la excepción, ya que ninguna maquina esta disponible, debo pedirle a alguien que me la pase.

Camino observando cuanto les falta de tiempo, le pregunto a uno que otros, unos no me responden, ni se molestan en voltear su mirada a mi, y otros me dicen que se lo han pedido antes.

— Suspiro frustrada — sera que nadie tendrá piedad de esta gorda que debe hacer sus 60 minutos de cardio, y lo peor es, que se me hace tarde y aun no comienzo.

Me falta una sola persona a la cual preguntar y dudo en si hacerlo o no (a que no adivinan quien es) , exacto, es el chico lindo que llamo mi atención el primer día, bueno a tragarse la timidez y la vergüenza, me acerco.

— Hola— saludo, me tiemblan las piernas, ¿que diablos me pasa?, él solo voltea sin responder el saludo, esta usando la corredora — me preguntaba si, ¿podías prestarme la maquina cuando termines?, digo si alguien mas no te la ha pedido ya.

Sigue sin contestar, yo me siento como una estúpida tonta, despreciada, aunque no sé por que. luego veo como presiona el botón rojo del tablero y la maquina se detiene, me mira fijamente, y no dice nada solo se va. 

Como veo que me ha dejado la maquina subo, me siento, ¡aahh! no sé como explicarlo, es como vergüenza  combinada con decepción, me dejo ignorada el maldito, y pensar que creí  sería una buena persona, pero es igual que todos.

Que más da, conseguí lo que quería debo empezar mi rutina ya, o me tocara caminar a casa, aunque no estaría mal seria un ejercicio extra, pero ya es muy tarde y son 45 minutos caminado.

Que estresante, pero ¡bien a lo que vinimos!


La Gorda Del GYMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora