La Gorda Del GYM

Triste Monólogo frente al espejo...

Entre a mi casa, luego de que mi madre abrió la puerta, la salude, y corrí a mi habitación, no aguantaba las ganas de llorar, me sentía frustrada, despreciada como siempre, y no iba dejar que mis padres vieran mi sufrimiento, ya bastante han hecho por mi.

Me deje caer sobre la cama, no me moleste en cambiar mi ropa, las lágrimas comenzaron a salir, sin poder detenerla más, me hundi en mi miseria, ahogando cada gritó de frustración en mi almohada.

No se cuanto tiempo pase llorando, sólo toque mis párpados y estaban muy hinchados, me levanté, y camine al baño.

— ¿Me veo tan ridícula llorando otra vez por lo mismo?— me dije a mi misma, mientras me miraba en el espejo, y enjuagaba mi rostro.

Me había jurado no quebrarme ante el desprecio de los demás, no llorar más por lo mismo, no dar mi brazo a torcer y no poner mis ojos en idiotas superficiales, pero maldita sea, estaba pasando otra vez, y hacia que me sintiera decepcionada de mi misma.

Si, decepcionada, se suponía que ya lo había superado, que haber tocado fondo fue suficiente para darme cuanta que estaba mal, que yo valía mucho, y que debía darme mi lugar, pensé que ahora era más fuerte y no volvería a pasar, pero vaya que me había equivocado.

Desde hace un buen rato trate que el desprecio de los demás dejará de afectarme, Pero ¿por qué el desprecio de él me estaba afectando tanto? Al punto de llorar desconsoladamente, ¿por qué no sólo hacía como si no existirá, o pasaba de él, así sin más? En menos de un mes él estaba arruinando, lo que a mi me costó un año, salir de esa depresión fue difícil.

—Pero No, tengo que ser fuerte, No volveré a caer jamas—me dije— ¿Que tiene de especial ese idiota? No seas estúpida Aliss, No puedes dejarte vencer por un chico que apenas conoces, No puedes dejar que te afecte, DEJA DE LLORAR.

Seque mi rostro en con una toalla, recogí mi cabello y puse mi pijama, ya era tarde casi de madrugada, yo matándome aquí llorando como loca, y él muy hdp bien dormido, No Aliss, No vale la pena, ni viene al caso, seguir llorando.

Me rescoste, y no tarde en caer en manos de Morfeo, estaba tan cansada, llorar es tan cansado.