Ya casi terminaba mis ejercicios, Martin no me quito la vista de encima, y no hizo nada más que observar, porque le hice señas, de que ni se le ocurriera hacer alguna tontería, no quería otra escena como la de la última vez.
— Bueno, terminamos Aliss, lo hiciste muy bien — dijo Erick, mientras yo me secaba el sudor con una toalla.
— Gracias Erick— dije tratando de recuperarme del último ejercicio.
— Bueno, linda nos vemos mañana — me tomo del brazo y me dio un beso en la mejilla, como era su costumbre.
— Nos vemos — dio media vuelta y se fue.
— ¿Qué demonios fue eso?— escuche hablar a Martin tras de mí, y por el tono que uso, deduje que estaba muy molesto.
— ¿Qué cosa?
— Erick besando tu mejilla, te dije que te alejaras de él.
— Es mi entrenador personal y mi amigo, quizás mi único amigo aquí.
— Le dijiste que estábamos saliendo ¿cierto?
— No — podía sentir lo que se venía, — ¿Qué querías que le dijera?
— Que ya no estas disponible para nadie.
— Solo somos amigos no exageres — dije molesta mientras guardaba mis cosas en mi bolso.
— Tu eres la unica que piensa eso — un silencio incomodo nos inundó — vamos, ya es tarde — me tomo del brazo y me guio al estacionamiento.
— ¿estas molesto? — era más que obvio, pero no sabía que más preguntar.
— ¿tú que crees? — se detuvo frente al auto y volteo a mirarme.
— Es que no entiendo la razón.
— ¿enserio? — se pasó las manos por su cabello repetidas veces — me volteas la cara cuando intentó besarte, dejas que el idiota de Erick te toque de esa forma, bese tu mejilla, frente a mí, cuando te dije que te alejaras de él.
— Tal vez no estoy lista para esto.
— ¿Lista para qué? ¿Cuál esto?
— ¿No sé, tú dime? — y como veo que no entiende la indirecta prosigo— para esto... salir con un chico tan guapo que en cualquier momento una esbelta rubia oxigenada me puede quitar — lo siento si las decepciono, pero lo que Bibiana me había dicho, me pego duro.
— ¿Qué te dijo Bibiana?
— Nada.
— Mira Alisson, tienes que aprender a confiar en mí.
— Pues lo mismo te digo a ti, me pides confianza y parece que tú eres el que no confía en mí. Erick es un amigo, y debes aceptar ese hecho.
— Puedo aceptar ese hecho — masajeo su sien — pero no el hecho de que no sepa que estás conmigo.
— ¿Qué diferencia hace que sepa o no?
— Sé que le gustas Alisson, lo vi besándote en esa fiesta, ¿Qué quieres que piense? ¿Qué él te quiere solo como una amiga? No esperes que me trague ese cuento.
— Está bien — mierda, Martin tenía razón y yo lo sabía, pero le deje claro a Erick que solo lo veía como un amigo, que nada más pasaría entre nosotros— le diré.
Subí al auto antes que él, apenas llevábamos un día y ya estamos discutiendo, lo peor es que me siento culpable, porque las dudas me siguen inundando, además creo que nos hace falta algo importante "confianza", es uno de los pilares fundamentales en una relación y si no lo solucionamos, no creo que esto termine bien.
El camino fue silencioso, pero cuando faltaban dos cuadras para llegar a mi casa, detuvo el auto.
— Lo siento — hablo sin quitar la mirada del frente, voltee a mirarlo. — yo confió en ti, en quien no confió es en Erick.
Lo observe por un momento, analizando su rostro, y no sé por qué llegue a la conclusión que, preocupación era la palabra perfecta para describir su expresión, lo único que no entendía era el por qué.
— Sé que tienes tus razones para estar molesto, y que no he ayudado mucho para evitarlo. — puse mis manos en una de sus mejillas — Pero quiero que me entiendas, quiero ir despacio.
— ¿Confías en mí? — poso su mano sobre la mía, como si disfrutara de mi tacto.
— Si — volteo mi mano y deposito un beso en ella.
— Bueno te llevare a casa, es tarde — asentí — ¿estas libre este fin de semana?
— Vaya el señor Martin preguntando y no exigiendo, interesante.
— Tu cambias mi ánimo en un dos por tres, por eso te amo.
— Donde iremos — escucharlo decirme que me amaba, me ponía nerviosa.
— Una sorpresa.
— Odio las sorpresas.
— ¿Por qué?
— Me dejas con la intriga, no podre dormir una semana.
Aparco frente a la puerta, baje no sin antes darle un beso de despedida un apasionado.
— Por el que te debía — me miro con una sonrisa.
— Me debes aun muchos más, aun no se me pasa el desplante.
— Lo siento, luego te recompenso.
Baje del auto, camine a la puerta, pero antes de entrar mi celular vibro.
"Te amo Alisson, de eso no tengas dudas. Que descanses" se leia en un mensaje, el primer mensaje que recibí de el.
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La Gorda Del GYM
Novela JuvenilLlene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puedes- seguía animándome internamente. Cuando puse mi primer pie dentro del Gym, cuando por fin me atrev...