Late.

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El día de la cena de navidad con mi familia había llegado, a diferencia de años anteriores, en vez de estar preparando mi tan adorada maratón de doramas y comedias románticas, me estaba alistando para asistir a la dichosa cena, no me emocionaba la idea de ir, pero habíamos llegado a un acuerdo con Martin, era hora de que el conociera a mis padres, y de paso a mi familia.

Y no lo voy a negar, me alegra saber que él estará a mi lado, porque a pesar que odie admitirlo, ya dejaría de ser "la solterona, posiblemente lesbiana"(y no malinterpreten respeto las preferencias sexuales), título que me impusieron mis tías, lo sé son odiosas, pero al fin de al cabo son familia, y antes que comiencen a decir "un hombre a tu lado, no tiene por qué bla, bla, bla" , lo sé pero igual, disfrutare la cara de sorpresa que pondrán mis tías, y no solo por ver a Martin, sino porque a pesar que no estoy delgada, el gimnasio estaba dando resultados y estaba satisfecha con ellos, además lo he estado pensando bien y amo mis curvas, creo que me mantendré tal como estoy ahora.

Me coloque un lindo vestido plateado que Fernanda me había ayudado a escoger, el cual acentuaba mi figura, y ni qué decir del maldito escote en la espalda, estaba realmente divino, tal vez antes me hubiera negado rotundamente a usar tal cosa, pero hoy me siento bien con lo que se refleja en el espejo.

Me mire en el espejo por última vez, y baje a la sala a esperar que Martin pasara por mí, mis padres se fueron por la mañana, para ayudar a mi abuela con los preparativos, así que les caeríamos de sorpresa, solo esperaba que papá no se fuera de espalda, él ha tratado de protegerme más después de lo que paso con el idiota de la oficina, y se lo agradecía, a veces me siento como una carga, pero ya es hora que esta carga comience a dejar de serlo, y tome las riendas de su vida.

Tocaron la puerta, sin preguntar de quien se trataba, la abrí, y ahí estaba él, ese hombre hermoso con su elegante traje, que pedía a gritos ser arrancado, (y no me culpen, seguramente ustedes pensaran lo mismo si lo vieran) pero en estos momentos no se podía, así que me limpie la baba y lo abrace.

- Te vez hermosa - me susurro al oído - hueles riquísimo mi amor.

- A chicas como yo solo nos queda oler bien.

- Alisson - dijo separándome de él - ¿cuantas veces te tengo que decir que tú eres hermosa para que dejes de decir cosas como esas?

- No lo sé, veamos...... - fingí pensar - unas mil veces tal vez.

- Eres hermosa, eres hermosa, eres hermosa, eres hermosa, eres hermosa - quien diría que este hombre estaría en la puerta de mi casa, tratando de decir mil veces que soy hermosa.

- Ya, está bien no volveré a decir ese tipo de cosas- le di un pequeño beso, porque si no nunca llegaríamos a la cena (ustedes me entienden cierto, si no entendiste la referencia, eres peor que el capitán América)

- ¿Nos vamos?

- Claro.

Subimos al auto, y nos pusimos en marcha, en unas horas comenzaría la odisea de la cena navideña, solo esperaba que todo saliera bien, y nadie haga algún comentario fuera de lugar, en el camino hablamos sobre cosas joviales, sobre su carrera y futuras metas, en mi caso sobre mi trabajo, y lo que posiblemente le esperaba al llegar a la casa de mi abuela.

- Quiero que escuches esta canción - dijo de repente encendiendo la casetera de su auto, lo mire con intriga.

La melodía "Late" de Pol Granch, inundo el auto, y no pude evitar perderme en cada frase de aquella canción.

- Este es el comienzo de nuestra historia - detuvo el auto y me miro - mi corazón late por ti, recuérdalo siempre y cuando sientas que no puedes seguir con esto, quédate cuatro minutos más.

La Gorda Del GYMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora