La Gorda Del GYM

¡MATRIMONIO!

Logre que Martin se alejara momentáneamente de mí, aunque no lo mire muy convencido cuando le dije que no lo amaba, creo que por el momento le basto para dejarme en paz.

Y si, lo seguía viendo en el gimnasio, porque aunque por mi mente paso cancelar la membresía, no lo hice, pero que conste que fue a petición de Erick, quien en los últimos días se volvió mi entrenador personal, y un amigo muy querido (si, amigo nada mas), hemos salido un par de veces, pero hasta ahí, con el me sentía realmente cómoda y eso lo hacía especial de cierta forma, porque nunca me he sentido cómoda con chicos como él.

Me encontraba en el mismo café donde nos reuníamos siempre con mis amigas, Fernanda convoco junta extraordinaria con nosotras, dis que para contarnos una mega noticia muy importante, la verdad me mataba la curiosidad de saber cuál era esa noticia que tanto emocionaba a mi amiga, por esa razón me encontraba aquí sentada esperando que ambas se dignaran a aparecer, seguramente me están haciendo pagar el no haberles contado nada sobre mi viaje a Guatemala, las conozco y sé que no están satisfechas con mis respuesta.

Por mi mente pasaban muchas cosas, una de ella era eso que me dijo Martin sobre hacer valer el contrato, ¿a qué diablos se refería?, si ese contrato lo cumplí al pie de la letra, no le comente nada a nadie, no estuve con otro hombre (como si eso fuese posible), estuve disponible para él, cada que quiso, no tuve problemas emocionales durante ese periodo, ¿Qué podía ser?, tengo que leer ese contrato nuevamente tal vez encontraba una respuesta.

La puerta del local se abrió, y el inconfundible sonido de las risas de mis amigas se hizo presente, le hice señas con la mano para que supieran donde me encontraba por si estaban medio ciegas, era imposible no verme.

— Hasta que las señoritas se dignaron a aparecer— me queje.

— No crees que estas pagando una de tantas— dijo Aurora sentándose a la mesa.

— ¿Te estas vengando de mí?— me hice la indignada.

— Puede ser, imagina que es por guardarte secretos y no compartirlos con tus amigas.

— Ya paren ustedes dos— nos reprendió Fernanda— ¿Cómo estas Aliss, ya estas mejor?

— Si mucho mejor — mis amigas se habían dado cuenta de mi episodio de depresión más reciente, me negué a que ellas me acompañaran, diciéndoles que solo era ese momento del año donde quería estar sola y aislarme de todos ( y era verdad, siempre tengo esos pequeños lapsos de tiempo donde me siento de esa manera, por esa razón  dejaron de insitir, aunque obviamente esta vez era diferente, estas vez tenia nombre y apellido )

— Me alegra — no se veía convencida.

— Tú nos ocultas algo— insistió Aurora.

— Bueno, a lo que venimos, ¿qué era eso tan importante que nos tenías que contar Fernanda? — cambie de tema antes que Aurora se pusiera más intensa, me miro molesta, pero se concentró en la respuesta de Fernanda.

— ¿Están listas, para el notición del año? No se me vayan a ir de espaldas.

Levanto su mano a la altura de su pecho mostrándonos sus perfectas uñas tan bien cuidadas y un anillo con una piedra proporcionalmente más grande que la argolla adornando su dedo anular, mi mente tardo un momento en analizar lo que eso significaba, mientras que un chillido por parte de Aurora que ya se encentraba sobre Fernanda, casi me daña el tímpano, y entonces ahí si me "cayo el cinco" mi amiga se CASABA, SE IBA CASAR.

— Felicidades amiga — la abrace— y que descanse en paz tu soltería.

— Ya sé que no eres fan del matrimonio Aliss, pero veras que un día vas a estar tan feliz o más emocionada que yo.