La Cita: ¡Quédate!

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Hoy  es el gran día o la gran noche como sea, y  mis amigas insistieron en prepararme para esta noche, luego de salir de mi trabajo nos reuniríamos en mi casa, realmente estaba nerviosa y ansiosa, era lógico, cenaría con un hombre que no conocía y posiblemente tendría sexo con el, digo "posiblemente" por que tal vez huiría del lugar antes de hacerlo.

— ¿Lista?— pregunto Fernanda, mientras entraba a mi habitación con una caja que apenas podía abarcar.

—Supongo que si ¿Que es eso que traes ahí?.

— Tu vestido de noche obvio, vas a ir a un lugar elegantisimo, y tu debes estar a la altura.

— Y yo traigo tus zapatos— Aurora entraba con una caja de zapatos marca " Gracia" era una de la marca mas reconocida en mi país, fabricaban zapato realmente finos y elegantes.

— ¡Gracias chicas!.

— De nada, para eso son las amigas.

Me sentía realmente agradecida por las amigas que me regalo la vida, y a pesar de las diferencias que tenemos de vez en cuando, siempre están ahí para animarme.

— Bueno no hay tiempo que perder, tu cita es la nueve de la noche — dijo Aurora emocionada, quizás mas emocionada que yo.

Las chicas comenzaron a maquillarme, pintar mis uñas y peinar mi cabello ( cabe decir que de ante mano me mandaron que me depilara completita), cuando terminaron, una sonrisa se pinto en la cara de ambas, malditas locas, en lugar de estar con sus familias celebrando estas fiestas, están aquí haciéndola de estilistas,( y no me mal entiendan, me alegra que estén conmigo, pero ellas también tienen una vida).

Por si se preguntan : ¡¿por que no pasas estas fiestas con tus padre?!, pues mis padres van a casa de mis abuelos, como es costumbre toda la familia se reúne ahí, para realizar una cena navideña y celebrar, aunque es lo menos que hacen, ya que mis tías se encargan de poner a media familia al día de la vida de los demás, incluyéndome, la ultima vez que fui a una cena de esas, no me fue muy bien que digamos, así que mis padres no me obligan a ir si no quiero.

— Estas lista— Fernanda hizo ademan de quitarse una lagrima imaginaria.

— Estoy orgullosa de nuestro trabajo — Aurora tomo un espejo y lo puso frente a mi, en verdad hicieron un buen trabajo.

— Ustedes dos deberían abrir un salón de belleza, y yo seria su administradora, por que yo de maquillaje no se ni papa.

— Seria una buena idea, tal vez algún día la implementemos, pero por ahora se te hace tarde y el taxi te esta esperando afuera, nosotras iremos a celebrar con nuestra familia, pero estaremos pendiente cualquier cosa nos llamas ¿de acuerdo?— asentí y  ambas me arrastraron a la salida de mi casa.

— Suerte amiga— ambas me abrazaron y se despidieron de mi.

Llegaba un vestido negro hasta la rodilla, que  acentuaba mi cintura,unos tacones color beige (No soy de usar tacones, pero según mis amigas está ocasión lo amerita) y mi bolso de mano, me baje del taxi con los nervios de punta, frente al elegante restaurante "Los Olivos", di mi nombre en la recepción y me llevaron a la mesa que fue reservada.

El lugar estaba lleno seguramente por la época  y en especial noche buena,observe a todos a mi alrededor, solo pura gente elegante, muy bien vestida, y refinados, el restaurante era realmente precioso, con un ambiente cálido,  una esfera de luz iluminaba cada mesa, y a lo lejos pude divisar un hombre de espalda ancha, muy bien vestido por cierto, aunque no podía verle la cara, su cuerpo decía a gritos que era todo un papasito, sentía que mis piernas flaqueaban, salir corriendo era una opción, Pero no quiero desperdiciar la inversión de mis amigas ( Ni yo me la creo ).

La Gorda Del GYMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora