Esta era la última noche que pasaríamos en este bello país, ya mañana nos tocaría emprender viaje muy temprano, yo en mi interior parecía una niña pequeño que no se quería regresar a casa, entre a la habitación con la intención de hacer las maletas, mientras Martin se quedó en la recepción cancelando y no sé qué más (por qué siempre donde va este hombre hay una bendita recepcionista que le coquetea)
Doble mi ropa una a una para poder acomodarla en la maleta, y me percate de "mi sexy camisón" se me olvido por completo, con tanto "cansancio" encima se me olvido utilizarlo, pero aún quedaba esta noche ¿no?, termine rápidamente de hacer mis maletas y me dirigí al cuarto de baño, me di una ducha rápida, coloque esa crema con olor a vainilla que tanto me gusta, y me mire al espejo, realmente me veía bien con este camisón (nunca pensé que diría eso, me asqueaba solo de imaginar cómo me quedaría)
Escuche la puerta de la habitación abrirse y cerrarse, debía ser Martin, que al fin regresaba de la recepción.
— Alisson — me llamo.
— Hasta que al fin te dejo subir la recepcionista— dije recostada sobre el umbral de la puerta del baño, con los brazos cruzados.
— Wow — me recorrió con la mirada, podía ver el monito con platillos en su cabeza, esa es la expresión que quería ver.
— ¿Esa fue la misma expresión que usaste aquella vez?
— Sí, me encanta como te queda ese camisón— se acercó sigilosamente, pero yo me aleje— ¿Qué sucede?
— Hueles a recepcionista — tape mi nariz, con una mueca de asco muy exagerada.
— Estas loca — me miro confundido, pero como si el foco se le encendiera prosiguió— ¿estas celosa?
— Claro que no— me crece de brazos nuevamente, negando.
— Ven acá — volvió a intentar acercarse.
— Alcánzame si puedes — lo rete, corrí a la puerta principal de la habitación, el hizo lo mismo.
— Ni se te ocurra salir de la habitación así— me sentencio.
— ¿Por qué? Si yo quiero lo hago— trate de abrir la puerta, la verdad no era mi intención recorrer medio hotel, en esos trapos, solo saldría al corredor y volvería a entrar.
— Nadie más que yo te puedo ver así de provocativa— dijo mientras me impedía la salida— ya te dije que eres mía.
Me acorralo contra la puerta, mientras me tomaba por la cintura pegándome más a él, beso mis labios como si demandara el territorio que le pertenecía, yo enrede mis brazos en su cuello, como dándole la razón.
— Verte con ese camisón me trae un buen recuerdo— dijo mientras me miraba colocármelo nuevamente luego de que él lo quitara, me tendí junto a él en la cama.
— ¿Cuál? , no recuerdo mucho de esa noche— solo que moría de vergüenza al siguiente día, el rio un poco como si lo que hubiera pasado fuese algo chistoso.
— Tu desnudándote frente a mí— un cierto calor subió por mi cuerpo situándose en mi cara, era realmente vergonzoso— luego me dijiste "ayúdame idiota, que esto es por tu culpa"
— ¿Enserio? — me incorpore, para mirar su cara de diversión — no te burles.
— Es inevitable, — rio nuevamente— tú sabes cómo provocarme, y eso me encanta. — susurro sobre mis labios, cada beso que este hombre me daba, era como probar el elixir más delicioso y adictivo del mundo.
Me recosté junto a él, este me abrazo, recosté mi cabeza sobre su pecho, podía escuchar los latidos de su corazón, era algo tan cálido y satisfactorio, eran como una canción de cuna, que me hacía volar al más profundo sueño.
Llegue a mi casa el siguiente día, me despedí de Martin, quien me dijo que nos veríamos luego en el gimnasio, yo la verdad estaba cansada, pero toda una semana sin asistir traería consecuencias.
Salude a mis padres, les conté como estuvo mi "capacitación" del trabajo (maldita mentirosa), subí a mi habitación a deshacer las maletas, tenía tantas cosas que acomodar, debía ir al gimnasio y mañana a trabajar.
Mi celular sonó, tome la llamada y era mi amiga Fernanda.
— Ya sé que no estuviste de viaje por trabajo — aseguro del otro lado de la línea, yo rodé los ojos, como si pudiera verme.
— ¿Quién dice que no?— cuestione molesta, es enserio me estuvieron investigando.
— Le pregunte a Alexander — dijo más calmada— ¿Por qué no nos contaste?— podía imaginar su cara con un puchero, sé que les preocupo y que también quieren saber, les interesa mi vida en buen sentido, y de verdad me mordía la lengua por contarles, pero no podía.
— Alexander, es un metiche— suspire— pues es que no puedo contarles, solo te diere que fue la mejor experiencia de mi vida.
— ¿Por qué?— podía sentir la decepción en su voz — somos tus amigas.
— Créeme que cuando pueda les contare todo con lujos de detalles, solo ténganme paciencia.
— Pero estas bien ¿verdad?, ¿vale la pena?
— Créeme que sí, bueno Fer te dejo tengo cosas que hacer, nos vemos mañana.
— Bueno, descansa y que conste que seguiremos insistiendo.
— Está bien, igual descansa— reí.
La verdad, no poder contarles a mis amigas todo esto, no poder compartir con ellas como me siento, me está matando por dentro, ellas siempre me cuentan sus cosas, y ahora que yo tenía algo bueno que contar no podía hacerlo, es algo frustrante.
hola!!! ¿como han estado? casi se me olvida lo del sexy camisón, y no lo podía hacer pasar por alto.
Muchas gracias por leer, votar y comentar, espero le guste este capitulo , díganmelo en los comentarios.
los amo, besos y abrazos !!! One Soul ♥
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La Gorda Del GYM
Teen FictionLlene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puedes- seguía animándome internamente. Cuando puse mi primer pie dentro del Gym, cuando por fin me atrev...