El Mejor Recuerdo.

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La fecha había llegado, seria toda una semana lejos de casa, les dije a mis padres que iríamos con algunos compañeros de trabajo a capacitarnos fuera del país, lo mismo a mis amigas (una ventaja de no trabajar en el mismo lugar), era una pequeña mentira piadosa, aunque mis amigas no eran tontas, ellas ya estaban sospechando y preguntando de más, pero siempre era evasiva o les cambiaba el tema, mis padres me preguntaron el porqué de mi repentino buen humor (siempre me he cargado un humor de mierda) .

Pero bueno aliste mis maletas, entre las cosas que empaque iba el famoso camisón que mis amigas me habían regalado, ese que solo use una vez y por qué estaba bien borracha, obviamente Martin ya lo había visto, pero quería ver su expresión al verme usarlo otra vez.

Revise una a una las cosas que llevaba, siempre tengo la maldita costumbre de olvidar algo importante, la última vez olvide el bolso donde guarde todas mis cosas de aseo personal, y en la peor, mi pasaporte o documento de identificación, tengo mente de pollo eso dice mi madre.

Antes de las diez de la noche, Martin pasó por mí, me ayudo a subir las maletas.

— Demonios ¿Qué tanto llevas en esas maletas?— pregunto metiéndolas en la cajuela de su auto.

— Solo lo necesario— dije con suficiencia— además eso no es nada para ti. — le regale una sonrisa burlona.

— Me estas retando— me encogí de hombros— entra al auto.

Subí al auto y me puse el cinturón antes que se le ocurriera hacer alguna cosa para "castigarme", ya era tarde y no quería que nos atrasáramos para ir al lugar donde tomaríamos el transporte que nos llevaría, era un autobús de lujo, con asientos reclinables, aire acondicionado, baños y televisión.

— Yo me siento cerca de la ventana— dije tomando rápidamente dicho asiento, era fan de viajar cerca de la ventana para poder apreciar el paisaje.

— Como si fuera a quitártelo— me miro, con esa mirada tranquila que me hacía sentir una niña consentida.

Cuando todos estuvieron dentro, el autobús se puso en marcha, eran aproximadamente las diez de la noche, dentro de siete horas llegaríamos a Guatemala, el primer país que visitaríamos.

Observe la pareja que iba delante de nosotros, ella recostaba la cabeza sobre el hombro de él, y este la apegaba más a él mientras besaba sus labios, un destello de envidia me invadió, siempre quise una experiencia como esa, un viaje tan romántico como ese, mis ojos se aguaron un poco, me sentí ridícula.

— ¿Qué pasa?— me susurro al oído, simplemente negué indicando que no era nada— ven aquí duerme un poco, será un viaje largo— me recostó en su hombro pasando su mano por mi espalda, y deposito un pequeño beso en mi frente.

— Buenas noches Martin, tú también deberías dormir.

— Buenas noches Alisson, guarda silencio ya. — no pude evitar que una sonrisa de satisfacción se dibujara en mis labios.

Llegamos a nuestro primer destino la ciudad de Cayala, era una ciudad muy elegante, donde vivían personas de diferentes nacionalidades, Martin nos hospedo en el mejor hotel de ese lugar, tenía una vista maravillosa del lugar, salimos a caminar, por las calles de aquella ciudad, hasta llegar a una fuente, muy iluminada, muchas parejas estaban tomas de las manos, contemplando la magia de aquella hermosa fuente.

Me tomo por sorpresa cuando me tomo de la mano, me sonrió, y suspiro, — vivamos este momento como si ese contrato no existiera, — me beso frente a todos, con la intensidad que siempre lo hacía.

Me llene de dicha, siempre soñé algo como esto, y al fin lo estaba viviendo, con quien menos lo pensé, tal vez cuando termine este viaje volveremos a la realidad pero por ahora me daría el lujo de soñar, y de formular un recuerdo, el mejor recuerdo de mi vida, que tal vez luego lo recordaría con nostalgia.

Hicimos el amor hasta el amanecer, uno de los mejores encuentros sexuales que hemos tenido hasta el momento.

A la mañana siguiente seguimos la ruta, visitamos el zoológico "La Aurora", me divertí tanto, y lo más divertido fue cuando una pareja de ancianos, nos preguntó si estábamos de luna de miel, Martin le había dicho que sí, y no me moleste en desmentirlo, porque así era como me sentía.

— ¿Quieren que les tomemos una foto?— dijo la señora, sostenía en su mano una cámara de fotos instantáneas, pensaba negar pero...

— Claro, no nos hemos tomado ni una sola foto amor— me miro, y le sonreí con complicidad.

La señora nos dijo que posáramos para la cámara, Martin me rodeo con sus brazos, y me animo a hacer lo mismo, mientras recostaba mi cabeza en su pecho, la señora nos entregó la fotografía y no estaba nada mal (siempre odie las fotografías de cuerpo completo, siempre me veía horrible, pero esta vez era como si me mirara con otros ojos), le agradecimos a la señora y a su esposo.

— Si quieres puedes conservarla.

— Está bien. — me encogí de hombros, pero por dentro me sentía realmente feliz.

Visitamos muchos lugares espectaculares, este país era hermoso, lleno de cultura, de colores, ame sus trajes típicos, la comida típica y "que vivan los frijoles negros", siempre guardaría este viaje como el mejor de los recuerdos que Martin me pudo dar, sé que es algo pasajero, pero no podía evitar sentir ese sentimiento de felicidad, ese revoltijo en la pansa (a veces se puede confundir con ganas de ir al baño así que pilas).

La semana paso tan rápido, que no podía creerlo, teníamos que volver, yo no quería que acabara, pero las historias siempre tienen un final.


Hola queridisimos lectores aqui les trago otro cap, espero les guste, esta semana subiré otro, ya que son cortitos, pero necesarios.

Nuestra querida Alisson  esta viviendo lo que siempre se imagino que jamas viviria, ojala no le rompan su kokorito ♥

Gracias por leerme, comentar y votar, los amooooo!!!

besos y abrazos !! One Soul ♥ 

La Gorda Del GYMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora