La Gorda Del GYM

El Final Es Inevitable

Los días pasaron rápidamente, tanto que ni siquiera podía creer que hoy era el último día del contrato, bien dicen que todas las cosas tienen un final y es inevitable, pero no podía evitar sentirme un poco nerviosa, porque a partir de mañana las cosas cambiarían, las distintas experiencias que viví estos seis meses con Martin, quedarían solo guardados como recuerdos en mi sub-consiente.

Mire con nostalgia la foto, que aquella viejecita nos tomó en el paseo por el zoológico, hubiese deseado que aquello fuera real, pero no, era solo un contrato que terminaba precisamente hoy, guarde la foto en uno de los cajones de mi mesita de noche.

La verdad me la pase tan bien con Martin estos meses, que no quería que esto terminara, tanto así que, si el me pedía que firmáramos otro contrato, no dudaría en hacerlo.

 Tome el vestido que estaba tendido en mi cama, un vestido para fiesta, de seda, en color negro, me lo coloque al igual que unos tacones color plateado, por primera vez en mucho tiempo me sentí hermosa, en todos estos meses perdí un poco de peso, y a pesar que aún estaba gordita, me sentía más segura de mi misma, quien diría que Martin me ayudaría a vencer muchas de mis inseguridades.

Me mire por última vez en el espejo, yo misma me arregle, tome la máscara que reposaba sobre mi mesita de noche, Martin pasaría por mí en breve, iríamos a una fiesta de su facultad, para suerte nuestra todos usarían máscaras y nadie podría reconocerme.

El sonido del claxon me saco de mis pensamientos y baje para encontrarme con Martin.

— Hola — no espere que contestara y lo bese intensamente.

— Vaya la señorita aprendió a tener iniciativa, me encanta— me dio otro beso y nos pusimos en marcha. — Te vez realmente hermosa esta noche.

— Gracias — fue lo único que logre articular, aun no me acostumbraba a esa palabra "hermosa" o "bonita" era algo nuevo para mí.

— ¿estas nerviosa? — pregunto sin quitar la vista del camino.

— Si — claro que lo estaba, sería la primera vez que me presentaría en público con él frente a personas de su entorno (aunque la primera vez fue en el viaje a Guatemala, pero esa no cuenta, prácticamente eran personas desconocidas)

— Pues sácate esos nervios, porque hoy quiero que nos divirtamos, y quiero lucir a la hermosa mujer que me acompaña. — me miro regalándome una de esas sonrisas tranquilas, que lograban armonizar mis emociones.

— ¿Se te ha declarado alguna chica de tu facultad?

— Varias 

— Uff — resople— realmente me esperan miradas de odio y de desaprobación en ese lugar.

— No te preocupes por eso, relájate y disfruta el momento.

Estaba tan tranquilo, solo esperaba que no me quisiera tomar del pelo alguna de sus ex conquistas, quería salir viva de ese lugar, sé que muchas miradas se posaran en mi cuando entre de la mano con este hombre, y muchos pensaran que hace él con una mujer como yo.

Llegamos al lugar estaba atestado de gente, bailando y bebiendo, me detuve en seco.

 - Vamos- me animo tomándome de la mano - mi aprobación  es la unica que importa,  los demas que se jodan.

- Si que se jodan- una sonrisa enorme se dibujo  en mi rostro.

Mientras caminábamos entre las personas que estaban en ese lugar, pude escuchar uno que otro cuchicheo, trate de hacerme oidos sordos, no permitiría que personas estupidas arruinaran mi noche  

Martin apreto el agarre de nuestras  manos, llenandome de seguridad y me llevo a la pista de baile, cuando comenzó a sonar "suffer de Charlie Puth", bailamos esa canción que a mi parecer era muy sensual, me tomo de la cintura, pegandome a su cuerpo,  hundiéndonos en besos y toqueteos

— Prométeme que estarás  bien — mi corazón no pudo evitar apretujarse, el significado de aquellas palabras eran acaso un ¿adiós?

— No te preocupes por eso, lo seré, solo déjame disfrutar esta última noche contigo- recoste  mi cabeza sobre su hombro, escondiendo mi cara en su cuello, inhalando el aroma de ese hombre, quería que se impregnara en mí, y que jamas se desvaneciese. 

Ese fue mi primer y último baile con él, nos dirigimos al mismo hotel donde todo esto comenzó y casi no ajustamos a llegar a la habitación, la necesidad con la que nos tomábamos nos decía "quizás no abra una próxima vez". 

Esta vez yo tome la iniciativa de todo, entre copas de vino, nos embriagamos de placer, y no pude soportar más, mi sentido común se cegó, entonces use las palabras prohibida, qué más da, este es el último día de ese maldito contrato.

— Te amo— dije mientras me venía con el dentro de mí.

— Yo también— esas palabras llenaron de lágrimas mis ojos, ¿acaso escuche mal?

No me moleste en hacer que lo repitiera, y ambos caímos rendidos en la cama, me abrazo con fuerza, que me hizo sentir que sus palabras habían sido sinceras y esto era de verdad.

Me desperté al día siguiente, con una sonrisa de emoción, la cual se desvaneció, cuando toque a un lado de mi cama esperando encontrarme con Martin y ya no estaba, entre en pánico, pero pensé que tal vez había salido por comida,hasta que mire una nota sobre la mesita de noche que decía "PERDONAME".

Mis labios temblaron, mis ojos  se aguaron, pero al mismo tiempo, me conforme, porque yo había aceptado por mi propia voluntad esta relación y sabía que terminaría en algún momento, y este era precisamente.

Aunque por un momento, por un instante creí que él se quedaría, ¿por que dijo "yo tambien"? Si no pensaba quedarse, si se iria sin siquiera despedirse, maldito idiota con complejo de Cenicienta, bueno por lo menos ella se despidió del principe, ¡Qué demonios! Estoy diciendo estupideces otra vez, típico de mí.

Pero me quedaban los recuerdos debía conformarme con eso, y seguir con mi vida, en estos últimos meses con Martín, aprendí  ha ser fuerte, me senti deseada, y mas viva que nunca, realmente esto era ironico, el hombre que me hizo la vida de cuadritos, ese que saco lo peor de mi, se convirtió en mi amante y en mi libro de auto ayuda  a la vez.

A pesar  de todo no podia odiarlo, pero tampoco podia perdonarlo ¿Que debia perdonarle? Si yo era tan culpable como él.

Los finales son inevitables, y no todos son felices, fue muy codicioso de mi parte pensar que esta tonta historia tendria un final feliz.

¡Esto es tan ilógico, pero muy pocas cosas en la vida lo son!