La Boda

9.8K 544 26
                                        

"Tengo miedo, Enserio entro en pánico cada ves que lo pienso, no se si encontraré algún día a alguien que me ame, pero le temo al tiempo que corre tan rápido, ¿y si envejecezco? ¿si llego a los cuarenta, sin haber  vivido aunque sea un romance fugaz?, será que tendré tan mala suerte que no encontraré esa persona que me haga sentir en las nubes cuando me hable al oido, que cuando me toque sienta que mi piel se quema bajo su tacto, que me haga arder como una hoguera esperando consumir el pecado, que me haga almacenar lindos recuerdos, que luego me haga sentir nostalgias"

Leer aquellos pensamientos que había escrito en mi diario, hacia algún tiempo, provocó que mis ojos se aguaran, apesar de todo siempre le temí a la soledad, y aunque parezca irónico, yo no estaba sola, pero habia un vacío que aun nadie lograba llenar.

Coloque el pequeño libro gris sobre la mesita de noche, trate de contener las lágrimas, no podia darme el lujo de soltar ninguna, no me tire mas de una hora, tratando de maquillarme decentemente, para que una insignificante lagrima me lo echarán a perder, hoy era el dia mas feliz en la vida de mi amiga Fernanda, hoy era la tan esperada boda, y debía estar radiante, apoyandola, compartiendo su felicidad.

Me mire por ultima vez en el espejo, llevaba un vestido azul oscuro de encajes en las mangas, y unas sandalias de tacon color perla, con pequeñas incrustaciones de brillantes, me sentí mas hermosa que nunca, mas que cualquier otro dia de mi vida.

Voltee a ver el reloj en la pared, ya se me habia echo tarde, teniamos que estar antes que la novia en la Iglesia, pobre Fernanda esta mañana que hablamos estaba muriéndose de los nervios.

Llegue a la Iglesia y ya estaba abarrotada, parados junto al altar se encontraban, Alberto, Aurora, Martín y claro Luis que estaba que se comía las uñas, camine a paso apresurado y me coloque junto a Aurora.

- Casi ni llegas - me codio Aurora.

- Lo siento se me hizo tarde.

- Seguro que cuando sea tu boda, vas a llegar cuando ya estemos en la recepción- bromeó y no pude evitar reír bajo.

Eché un vistazo donde estaban los chicos, los tres pláticaban, bueno, trataban de calmar los nervios de Luis, y como era de esperarse mi mirada inevitablemente se centro en él, en Martín, se veia tan bien en ese traje, ¡Dios! Era un deleite a la vista (lo he dicho miles de veces, pero es la cruda realidad, es imposible no deleitarse al mirarle)

Mi mirada se cruzó con la suya, quise quitarla de él, pero fue como si me hubiese atrapado, y la sostuvimos por un momento, hasta que el sonrió y no pude soportar más, me era imposible, y voltee a otro lado.

Los minutos habían pasado y Fernanda no aparecía, al parecer tenia un pequeño retraso, Luis se miraba impaciente al punto de la desesperación y no pude evitar que mis labios se curvaran, pensando, bueno mas bien preguntandome ¿Si algun día alguien me estara esperando de esa misma forma? con esa misma impaciencia, no era fan del matrimonio ya lo he dicho, pero en momentos como estos, me gustaba contemplarlo y pensar que tal vez, solo tal vez, cambia la remota posibilidad, que aceptará casarme con alguien. (Si algún dia alguien se animaba a hacerlo)

- ¿Que le pasara a Fernanda que no aparece? - le pregunté en voz baja a Arora.

- Viene en camino.

- Pensé que se había arrepentido, yo lo hubiera hecho.

- Fuera malas vibras, te imaginas a Alberto, le daria un infarto, pero no solo fue un retraso, el bendito tráfico.

El sonido de la música interrumpió mi platica con Aurora, todo mundo dentro de la Iglesia se puso de pie y dirigieron sus miradas a la entrada, Fernanda hacia su entrada, su papá estaba a su lado, se veia radiante, impecable y tan hermosa como siempre.

La Gorda Del GYMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora