¡CONFUSO!

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Bueno, muchos se preguntarán ¿Qué hago en un bar si anterior dije que no bebía alcohol?, Pues bueno aquí como pendeja con un vasito de jugo de frutas, teniéndome la quijada en la barra, ¿y mis amigas? Por ahí moviendo el trasero con sus novios, ¿y el idiota? (Saben a quien me refiero ¿cierto?) Quien sabe, entramos aquí y desapareció por arte de magia, en estos momentos es donde me doy cuenta que soy muy complaciente con los demás, que tengo que aprender a decir que "NO", o quizás en mis adentros si quería venir (maldita masoquista), por que pude no venir, pero no aquí estoy más aburrida que en una junta de trabajo, mas sola que queso rancio en una refrigeradora vacía.

Bueno y ya que la noche de chicas se fue a la fregada, podía divertirme un rato, o al menos intentarlo, obviamente nadie me va sacar a bailar, así que me sacaré yo sólita.

—Hola— maldije por lo bajo, justo cuando estaba por levantarme, e ir a divertirme, aparece este y me detiene .

—Pensé que te habías ido.

— ¿Quieres que me vaya?— dijo alzando una ceja, como retándome.

—Si no fuera mucho pedir, pero se que no lo vas hacer.

—Me conoces bien.

— ¿Por qué invitaste a todos a venir acá?

 — Por que quería beber algo—le hizo señas al bartender y este trajo una botella cuadrada con un líquido transparente y dos mini vasitos— y quiero que tu bebas conmigo.

—A vos quien te entiende, primero me corres del gimnasio, luego dices que te doy asco y ahora quieres que beba contigo ¿por qué?, quieres seguir fastidiandome, no te basta con hacerlo en el gimnasio.

—Ni siquiera yo tengo la respuesta, sólo quiero que bebas conmigo, ademas esto es pura  coincidencia y si no fuera así, tu me estarías siguiendo.— me dejo con la boca abierta, no se de donde sacaba tanta estupidez.

— Estas loco— una sonrisa incrédula se dibujo en mis labios—y  te jodiste por que no bebo.

Me levanté como toda una diva y me fui a la pista de baile, dejándolo con la palabra en la boca, pude salir de aquel lugar e irme a casa, pedir un taxi o algo así, aunque estar afuera sola no era muy seguro tampoco, pero no, soy muy necia y  orgullosa, ya que estoy acá, me voy a divertir un poco, no necesito de nadie para pasar un buen rato, y no voy a permitir que el estúpido de Martín me arruine esta noche .

La música electrónica comenzó a sonar, todos se movían frenéticamente al ritmo de la música , unos saltaban y otros hacían pasos raros de baile (hablo la que no puede bailar), No había tomado ni una gota de alcohol, pero me sentía tan eufórica que comencé a mover mis caderas al ritmo de la música.

Y les cuento un secreto, la música me liberaba, y aunque no salía a bailar, lo hacía sola en mi cuarto, me quitaba el estrés, me hacía olvidar todo a mi alrededor, hasta mi lamentable existencia. 

Me libere tanto en ese momento que se me olvido que habían muchas personas a mi alrededor, y para mi mala suerte tropecé con un chico.

— Disculpa, no fue mi intención— el chico me miraba con el ceño fruncido.

— Fíjate donde pisas gorda, y seguro que si fue tu intención, querías llamar mi atención ¿cierto?— no se por que la mayor parte de hombres malditamente buenos, eran también malditamente hdp.

— JÓDETE— fue lo único que se me ocurrió decirle, y de paso le mostré mi dedo medio, me di la vuelta dispuesta a salir de este lugar pero el muy idiota me lo impidió.

Me jalo del brazo y me obligo a mirarlo— Suéltame— trate de soltarme de su agarre pero no pude.

— Te crees la gran cosa, y lo único pasable de ti es este gran trasero que te cargas— con la mano que tenia libre apretó mi trasero sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

Mi sangre comenzó a hervir, no permitiría que me tocara de este modo, ni de ningún otro, con todas mis fuerzas logre zafarme y le solté una cachetada, que hasta mi mano dolió.

— No te atrevas a ponerme las manos encima otra vez— dije amenazante, mientras sacudía mi mano para lograr aliviar un poco el dolor. 

— Maldita gorda asquerosa, hoy si vas a ver— pero antes que pudiera si quiera tocarme, alguien me tomo de la cintura.

La Gorda Del GYMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora