Corrí más de lo debido para poder llegar lo más pronto posible al hospital, aunque la señora Rodríguez no me explico la situación, podía deducir que era grave, tanto como para que ella tomara la decisión de llamarme.
Aparqué el carro, y me dirigí apresuradamente a la recepción aquella clínica privada.
— Buenos días— salude a la enfermera encargada.
— Buenos días ¿en qué le podemos ayudar?
— Necesito saber en qué habitación se encuentra la señorita Yessica Rodriguez.
— ¿Familiar? — indago la recepcionista, tecleando en su computador.
— Soy el novio— me observo por un momento y me extendió un carnet de visitante.
— Quinto piso, habitación 12.
— Gracias.
Decidí subir por las escaleras, era mejor a esperar que el elevador bajara, ya había perdido demasiado tiempo en la recepción.
Llegue al piso y habitación que me habían indicado, observe a la señora Rodríguez recostada sobre el umbral de la puerta, su cara triste y su maquillaje desalineado, me decían una sola cosa, lo que había pasado esta vez era realmente grave.
— Hola señora, ¿Cómo se encuentra Yessi?— quería saber de inmediato que estaba pasando, tanta intriga me estaba matando.
— Sobrevivió de milagros— se tambaleo un poco, intente sostenerla y comenzó a llorar desconsoladamente.
— ¿Qué fue lo que sucedió?
— Intento suicidarse, tomo una sobre dosis de pastillas para dormir— la culpa me invadió en ese momento, me sentí la peor mierda del mundo.
— ¿Puedo verla? — pregunte con la cabeza agachada.
— Pasa, aun duerme por los sedantes— dijo la señora limpiando sus lágrimas y sorbiendo por la nariz.
Entre a la habitación y lo que mis ojos vieron, provocaron un punzante dolor en mi pecho, ver el delgado cuerpo de Yessica, hundido en aquella cama, unas ojeras enormes, y el cabello opaco, hizo que aquel dolor se agudizara, ya no quedaba ni una tan sola pizca de la mujer de la que me enamore y que si era sincero aún seguía amando, esta era la razón por la cual no podía corresponder a Alisson y mucho menos quedarme más a su lado.
Tome su pálida mano con delicadeza, estaba fría, y su pulso estaba realmente lento, era como si la vida se le escapara a cada latido, me senté en un banco que estaba junto a su cama.
Sé que le prometí estar lejos de ella, pero no pensaba dejarla en este momento, y aunque ella no quisiera, esta vez no sedería ante su capricho, y mucho menos al de su madre.
— ¿Qué haces aquí?— una delicada y apagada voz me saco de mis pensamientos.
— Vine a verte — intento enderezarse en la cama, pero se lo impedí — aun estas débil no debes hacer ningún esfuerzo.
— Vete por favor— alejo su mirada de mí.
— Esta vez no — intente tomar su mano, pero la quito de mí.
— ¿Qué quieres?— dijo molesta — vienes a decirme que hacer con mi vida, a regañarme, a juzgarme, lo nuestro termino— se exalto aún más— el día que quisiste manejar mi vida.
— Tu sabes que eso no es cierto— me dolía saber que ella viera las cosas de esa manera— yo te amo, por eso estoy aquí, a pesar de la promesa que te hice, a pesar que tu madre me odia, estoy aquí.
— No debiste.
— Déjame estar a tu lado esta vez— intente volver a tomar su mano por segunda vez, y esta vez la dejo para mí.
La habitación se quedó en silencio, ella volvió a quedarse dormida, le dije a la señora Rodriguez que fuera a descansar que yo me encargaría de Yessica por este dia, necesitaba pasar tiempo con ella, necesitaba estar con ella en su recuperación, esta vez sin hacer preguntas, darle todo mi apoyo sin condiciones.
Hola mis queridos lectores ¿como están? (enserio quiero saber), pues paso para dejarles este cap, pensé mucho en subirlo, por que toca un tema un tanto sensible para algunos, pero es la realidad.
Espero que les guste, por el momento hasta aquí narra Martin, déjenme en los comentarios si quisieran leer la trágica historia de Yessica y Martin.
Pobre de nuestra querida Alisson, pero Martin aun ama a su ex y no la ha superado, o ¿ no sera amor, si no culpa? lo veremos mas adelante.
Gracias por su apoyo, su paciencia.
Besos y abrazos..... One Soul♥
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La Gorda Del GYM
Teen FictionLlene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puedes- seguía animándome internamente. Cuando puse mi primer pie dentro del Gym, cuando por fin me atrev...