DOS ¿EN CÚAL PIE ESTOY PARADO?

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La noche fue suficiente para hacerme pensar en lo que había hecho, que obviamente había sido un error. ¿Cómo pude haberle dicho que le amaba? ¿De donde diablos tome valor para besarlo de esa forma? Llevé las manos a mi rostro para estrujarlo, no me quedaba de otra que levantarme de la cama y dar el frente a lo que había hecho.

Me levanté y tomé una ducha, y cuando estuve listo abrí la puerta para encontrarme justamente con él. No era una buena forma de empezar la mañana, podría haber muerto de un infarto. Pensé que me gritaría, pero no hizo mas que seguir caminando, así que lo seguí.

Al parecer no recordaba lo que había pasado en su habitación, y gracias al alcohol que de alguna forma u otra, me había ayudado. No creo que simplemente el hubiese dejado pasar el hecho si realmente hubiese recordado.  De momento choqué con él, porque él había detenido sus pasos.

Se giró para verme.

—     "¿Acaso sigues dormido?, si es así ve a lavar tu cara al baño. No quiero un guarda espaldas inútil." — Dijo a lo que solo le respondí con un miserable lo siento. Debía de enfocarme y no pensar en lo que ya había pasado.

—     "¿Dónde quiere ir?"— Pregunté luego de haber entrado al auto.

—     "No sé. Michy, ¿Conoces algún lugar que valga la pena?" — Preguntó.

—     "Conozco un restaurante italiano, es muy bueno. Queda a dos calles" — Dijo Michy.

Asintió. Le miré por el retrovisor mientras el miraba por la ventana con los vidrios tintados. Me hizo pensar que, aunque era conocido como un homosexual promiscuo dejaba ser tocado por quien el quería, y yo seguramente no era uno de esos.

Llegamos al restaurante, abrí la puerta del auto para que pudiesen bajar. Caminamos hasta dentro, donde de inmediato nos acomodaron en una de las mejores mesas. La gente que había allí nos miraban fijamente, siempre pasaba lo mismo sin importar donde llegábamos.

—     Sr. Morrison, que gusto volver a verle. — Comentó el mesero directamente a Michy. — Trajo amigos con usted. Gusto en conocerlos. Asentimos con la cabeza. — "¿Qué desean pedir?"

Vimos el menú y luego elegimos lo que íbamos a desayunar. El jefe estaba silencioso al igual que la mesa y eso me hacia sentir preocupado, pero obviamente que yo no iba a ser elprimero que pusiera un tema de conversación en la mesa. Además, nunca habíasido de esos.

—     Jefe, Estuvo bebiendo toda la noche. — Dijo Michy dándose un trago de las bebidas que nos habían atraído como espera. — "¿Cómo ha despertado hoy?, ¿Tiene resaca?" — Continuo.

—     Si. Me duele bastante la cabeza, pero intento no pensar en eso. — Comentó, se dio un trago de su vaso para luego continuar. — Estoy agotado, es lo que siento ahora mismo.

—     "¿Interrumpo algo?"— Preguntó alguien repentinamente.

Era un hombre apuesto, de tamaño promedio, que estaba vistiendo de traje. El jefe le sonrió de una forma coqueta, que obviamente no me gustó.

—     "Que coincidencia encontrarte aquí." — Dijo el jefe sonriendo, pero el hombre comenzó a cercarse de una forma no muy amigable. Extendiendo su mano para tocarle, pero antes de que lo hiciera yo ya le había sujetado de la mano. — Uy.... — Dijo jefe recostándose de su asiento.

—     "Siempre serás una perra." — Le respondió el hombre mientras yo lo apreté más fuerte.

—     "Gracias por el cumplido. Y lo siento, no quise dejarte en banca rota, pero quería mi dinero de vuelta. Es normal en estos negocios que alimentes y luego a quien alimentaste te quiera morder la mano." — Dijo el jefe sonriendo.

SIEMPRE FIEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora