SIEMPRE FIEL.

31: De nuevo Él.

MATT

Hace algunas semanas que Ed y yo seguiamos viéndonos. Aún no se podía llamar "relación" A lo que teniamos, aunque era obvio que nos gustabamos demasiado. Había pasado algunas noches en su casa luego de esa noche en la que le dije que me gustaba, pero era obvio que ya estabamos corriendo estilos de vida diferentes.

Esa noche me encontraba con en una reunión de socios. No era tanto de eso, pero el socializar con los clientes siempre es bueno para el negocio.

— "Escuché que ahora te acuestas con quien era tu guardapaldas". — Comento Boce. Un tipo un poco molesto que fingia ser mi amigo.

— "De mí dicen muchas cosas. Ademas, ¿Donde estaría el problema si a si fuera?" — Preguntó

— "¿De que era tu empleado?"— Todos en la mesa hacian silencio como si estaban de acuerdo con lo que Boce decía. — " No es algo ético".

— "Oh, vamos! Me he acostado con la mitad de todas las mujeres que han sido mis secretarías... Y te aseguro que al menos cada uno de ustedes han hecho lo mismo ¿Porqué hablar de etica Boce cuando te cogiste a tu cuñada?" — Dijo Erickson y todos reimos. — "No seas hipocrita".

— " No era mi empleada".

— "No. Porque era tu cuñada." — Respondió Erickson mientras todos aún seguían riendo.

Pero sí, los comentarios de que me acostaba con mi ex guardaespaldas estaban en cada esquina y las personas que me odiaban utilizarían todo para destruirme y despedazarme.

— "Pero en este caso es diferente. Porque Matthews tiene codigos que debe de seguir dentro de la mafia." — Respondió Boce.

— "La mafia no puede decidir con quien te acuestas o no, me suena a que estas celoso... Tal vez querias probar algo de Matthews."

— "Ya es suficiente".

— "Pero... ¿No crees que eso te da una mala reputación?" — Preguntó Jacob luego de haberse servido otro trago.

— "¿Más de la que ya tengo?" —Respondí.

Todos se tomaron el comentario de una forma graciosa pero en el fondo ellos no eran los primeros en hacerse las misma preguntas. Esa noche me dí algunos tragos y fuí a ver a Ed.

De inmediato abrió la puerta. Lo besé repentinamente con todo el deseo.

— "¿Qué pasa?"

— "¿Saben lo que dicen? Que me acuesto contigo y que no tengo etica, y que eso afecta mi reputación..." — Dije mirándole a los ojos. — "No me importa porque realmente quiero tenerte para mí".

Volví a besarlo. A lo que el me cargo con sus manos para treparme en su cintura y llevarme hasta la habitación, me quite la camisa mientras el se quedaba de pie al frente de la cama, luego comencé con mis pantalones de una forma apresurada, y en ese momento se quitó la franela que llevaba puesta.

— "Deja que digan lo que quieran...— Dijo deslizando sus manos por mis muslos, tan suave que me hacían volver loco. — Tu y yo sabemos lo que queremos y lo que hacemos con nuestras vidas".

Me recostó de la cama para besarme, y luego besar mi cuello. Sus besos me hacían engranojar toda la piel, sus manos seguían deslizandose hasta mi pecho desnudo donde acarició levemente mis testillas.

El toque de sus dedos era como una gota de gasolina que hacia encender el motor de mi cuerpo. Sus besos comenzaron a descender suavemente hasta mis testillas que fueron humedecidas por su lengua, y solo el era capaz de endurecerlas con solo mirarme.