16: EFÍMERO.

1.1K 110 12
                                    




Estuvimos toda la tarde trabajando hasta caer la noche. Y era increíble para mi pensar que todavía seguía molesto, aunque comenzaba a pensar que era más una cuestión de estar dolido.

En ese momento, él estaba en mi habitación con el teléfono que Michy me había llevado, en mano. Yo estaba detrás del él sin entender que hacía con el celular, pero hablaba de lo bueno que era el modelo y de los beneficios, el cigarrillo que yo llevaba en los labios comenzaba a inundar la habitación de humo, él se giró frente a mí.

— "¿Qué diablos estás haciendo...? ¿Puedes decirme desde cuándo fumas?" — Dijo mirándome.

— "Desde que me enamoré de ti." — Respondí, pero solo me quitó el cigarro lanzándolo en el suelo para pisarlo y apagarlo.

— "Pues me importa un coño. Cerca de mi no lo hagas, y mucho menos donde yo te vea... si te vuelvo a ver con un puto cigarro en la boca te haré marcas con ella en tu cuerpo." — Dijo inclinándose hacia mi a lo que lo sujete de la barbilla.

— "¿Esas fueron las marcas que le hiciste hoy a Leo durante esa hora en la oficina?" — Pregunté y sus ojos se abrieron un poco y luego se alejó de mí.

— "Así que por eso es tu enojo..." — Dijo con una leve sonrisa.

— "Eso no fue lo que te pregunté..."

— "No, Ed. Le hice marcas de placer... — Lo pegué de la pared. — Uy... sí que estas enojado."

— "Te diviertes con esto ¿no? Con acostarte con otro mientras yo estoy fuera esperando por ti... el verme de esta forma..." — Le dije mirándole a los ojos.

— "Nunca te dije que te enamoraras de mí, ni siquiera te conquiste... te enamoraste solo, no es mi culpa si luego quiero compartir mi cuerpo con alguien... y tu celoso." — Llevé mi mano a su cuello suavemente y miré sus labios para luego mirarlo a los ojos.

— "¿Te gusta ese hombre de verdad?" — Pregunté acercando mi nariz a la de él.

— "A mi... no me gusta... nadie." — Dijo suavemente.

Lo besé. Fue la reacción del momento. El deseo de hacerlo mío, de que fuera solamente para mi me estaba controlando en ese momento. Introduje mi lengua en su boca y luego mordisqueé sus labios, nos miramos por unos segundos cortos y luego volví a besarlo de la misma forma. Estaba dispuesto hacerlo mío, a que su cuerpo no se sintiera cómodo con otras manos que no fueran las mías, a hacerlo susurrar mi nombre como cuando lo hizo dormido.

Subí su camisa casi mente hasta su cuello con la intención de tocarlo. Lleve mis manos directamente hacia sus tetillas mientras besaba su cuello suavemente. 

— Ya detente maldito idiota, no es el maldito momento para tus celos de mierda y tampoco para esto." — Dijo intentando apartarme de él.

— "No puedes ocultar lo que le pasa a tu cuerpo cuando estas cerca de mí."

— "Nunca lo he ocultado, así que deja de hablar idioteces. Me voy."

Me empujó hacia atrás. Pero lo tomé de la cintura haciendo que sus manos se apoyaran de un escritorio que había en la habitación por un impulso de no caer, me acerqué a él lo más posible para que sintiera la erección que tenía entre mis piernas. Su respiración comenzaba a agitarse, y su rostro se tornaba rojo como un tomate, volví a introducir mi mano por su camisa hasta sus testillas que se encontraban duras.

— "Se que te gusto, tal vez algo más de lo que dices... esto no es solo algo sexual." — Dije a su oído.

— "Si vas a follarme, habla menos."— Dijo con una voz suave.

— "Entonces pide que lo haga." — Lamí su cuello, y sentí que su cuerpo tembló.

— "coge— En ese momento la puerta de la habitación quedo abierta y Francis estaba frente a nosotros, la puerta volvió a cerrarse de golpe.

— "Demonios, mira lo que ha pasado maldito imbécil." — Me alejó de el de mala forma.

— "Lo siento, pensé que la puerta estaba asegurada..." — Dije, pero el me tomo fuertemente de la barbilla pegándome de la pared con una mirada terrorífica.

— "Siempre estas pensando idioteces, ni siquiera me follé con ese puto hombre para que te diera ese ataque de celos, te quiero a 10 metros de distancia. Loco de mierda." — Dijo soltando mi barbilla de mala forma y salió de la habitación.

"Si no había tenido sexo con ese hombre ¿Por qué me dijo que sí?" Me pregunté en ese momento mientras me sentaba en la cama. La había cagado de nuevo y lo peor de todo es que cada vez que tenía una oportunidad de hacerlo para mí, donde el jefe estaba aceptándome siempre aparecía alguien a interrumpir. Pero ya no podía quedarme con el deseo, necesitaba terminar con mi erección.

Saqué mi miembro de mis pantalones, lo miré por unos segundos y estaba realmente mojado. Eso lo provocaba él en mí. Comenzaron a llegar a mi mente cada momento en los cuales había tenido la oportunidad de verlo de esa forma, con ese rostro rojo y con esa delicada voz. Mis manos aún tenían la sensación de haber tocado sus testillas duras que expresaban placer al ser tocadas por mí. Sus hermosos ojos mirándome y el color rosa natural que sus labios tomaban al ser besados por mí.

Ya sabía porque era tan deseado. Era una droga que me mantenía alucinando todo el día. Quería tenerlo, y escucharlo de la forma en la que yo ya lo había escuchado, ahogándose entre gemidos. Mi sangre se ponía caliente al tacto de su suave piel con muy cálida temperatura. Era una ternura, lo más pervertido en el cuerpo de un ángel.

No me detuve hasta ver todo el semen correr por mi pene. Y eso me hizo pensar que realmente estaba siendo arrastrado hacia la locura solo por él.

Luego de eso tomé una ducha, y fui a la cama mirando el nuevo celular que Michy me había llevado con miedo de salir de la habitación y que todo afuera fuera un caos. Me quedé allí mirando el techo durante un rato indeterminado hasta que escuché el toc toc de la puerta. Me levanté de inmediato y abrí y me encontré con el jefe.

— "¿Por qué demonios te quedas encerrado aquí dentro? Que cobarde. — Se cruzo de brazos. — No he tenido la oportunidad de hablar con Francis porque ha estado con papa, al parecer no le ha comentado nada y ruega a Dios que realmente no lo haya hecho."

— "¿En serio no se acostó con ese hombre?"

— "¿Qué demonios tiene de malo? No creas que es porque me gustas o algo parecido, es solo porque no quise y punto. Además ni si— Le interrumpí poniéndole mi dedo en los labios.

— "Te amo." — Dije.

— "Mete tus putos te amo en tu trasero. Y quiero que sepas que luego de que esto se acabe serás despedido. — Dijo y le sonreí. — ¿Qué es lo gracioso?"

— "Que, si me despide, entonces podemos hacer el amor sin problemas." — Me empujo hacia adentro y cerró la puerta fuertemente.

Si realmente había algo más.

SIEMPRE FIEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora