SIEMPRE FIEL.

7: OTRA TRISTE HISTORIA.

Narrado por Ed Kind.

—     "¿Qué demonios estás haciendo...?" — Preguntó aún entre sueños.

—     "Lo siento, me pidió a que me quedará a dormir con usted así que me quedé dormido en este sofá, pero escuché que me estaba llamando." — Respondí.

—     "Fue tu imaginación." — Dijo cubriéndose más con las sabanas. — "Mejor ve a tu habitación, no quiero tener pesadillas."

—     "Bien." — Dije y luego lo besé en la frente.

—     "Eres un idiota." — Dijo limpiándolo con su muñeca.

Salí de la habitación, caminé hasta mi habitación. Debía de cambiar esta ropa húmeda.

Al llegar a la habitación, comencé a quitarme la ropa y no dejaba pensar en cómo me había llamado, era obvio que no había sido mi imaginación, lo que no podía entender porque me llamaba con ese tono de voz. Maldición, el era hermoso hasta dormido.

Al siguiente día me levanté con mucha energía, creo que había sido por haberlo escuchado diciendo mi nombre entre sus sueños, su rostro no salía de mi mente. Tomé una ducha para luego dirigirme directamente hasta la cocina, y mientras preparaba algo de desayuno mi celular emitió un sonido. Miré la pantalla y me encontré con el número de Jhan.

—     "¿Sí?" — Pregunté.

—     "Ah, hola Ed. Bueno... sabes porque te estoy llamando..." — Dijo con algo de nerviosismo.

—     "No. ¿Por qué?'' — Dije sin entender.

—     "Bueno por lo que pasó en la fiesta, realmente quería pedirte disculpas. No fue mi intención haberte buscado problemas con tu jefe, creo que fue un acto muy estúpido."

—     "Oh, no. No debes de preocuparte... aunque en el momento si me enojé, pero ya lo he olvidado. ¿Cómo has estado?" — Pregunté interesado.

—     "Todo esta marchando de maravilla, ¿Qué de ti? ¿Vas a venir a visitarme?" — Preguntó mientras yo comenzaba a cortar algunos vegetales.

—     "No, Lo siento. Estoy en un viaje de trabajo." — Comenté.

Hablamos algunas cosas más, hasta que colgué y justamente en ese momento Michy había aparecido frente a mi limpiando sus lentes.

—     "¿Qué estás haciendo?" — Preguntó.

—     "Estuve haciendo desayuno." — Respondí y le pasé su plato.

—     "Oh, gracias. ¿El jefe aún no se despierta?" — Preguntó dándose trago del jugo que le había servido.

—     "No. Bebió anoche, tuve que llevarlo a dormir..." — Dije.

—     "Si, mayormente suele ser así. ¿Cómo vas tu?" — Preguntó.

—     "Pues no muy diferente a ti... estamos los dos aquí." — Reímos.

—     "Sabes a lo que me refiero..." — Me miró fijamente.

—     "He decidido renunciar, es una batalla perdida y obviamente que no pasará. — Mentí, pues para mí no era buena idea que siguiera dando riendas sueltas a los acontecimientos al menos con demás personas. — Dice que no cree en el amor.

—     "Eso lo he escuchado salir mucho de sus labios... pero todo fue por la culpa de un idiota. No le digas que te lo he dicho, —Bajó su tono de voz como si fuera a revelarme un secreto. — Si estuvo enamorado. O al menos eso fue lo que interpreté de lo que me contaron, eran inseparables, la gente decían que eran almas gemelas. Tenían una relación realmente linda y llevaban años unidos, específicamente 3 años, el jefe comenzaba a posicionarse en puestos grandes dentro de la organización, y siempre ha tenido enemigos. Dicen los rumores que su pareja comenzó a sentir celos porque él se está volviendo más poderoso que él, y entonces su relación ya no marchaba tan bien, su amado se volvió amigo de sus enemigos. Y espero la mejor oportunidad para venderlo a un grupo de ellos, lo golpearon a punto de casi darlo por muerto, y me dijo la persona a la que el jefe se lo dijo que el primero en atravesarle con un puñal fue su amado.