27. Otra noche.

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Al siguiente desperté temprano. Me ejercité un poco y luego tomé una ducha, volví a hablar con Jhan para saber a la hora que nos veríamos en el café. Al menos sentía esa chispa de que nuestra relación de amistad no se iba a ver afectada por sus sentimientos aunque me hacía sentir extraño.

Tomé mi arma, y salí de casa. No había vuelto a hablar con Matthews desde la noche anterior, me subí al auto y salí de la casa. Conduje hasta el café luego de asegurarme de que nadie me seguía.

Ví a Jhan sentados en una de las mesas. Tenía que decir que a veces lo extrañaba. Me sonrió al verme caminar hacia él.

— "¿Como estas?" — Preguntó de forma energetica.
— "No tan bien como tú." — Dije tomando asiento.

Hubo un minuto de silencio así que observé lo que había en el menú.

— "Dijiste un café pero realmente que estoy hambriento." — Dije y sonreímos. — ¿Tu no?
— Podemos desayunar algo ligero." — Comentó.

Pedimos lo que queríamos comer.

— "¿Y como esta ella?"

— "Mi novia está bien. Pero creo que lo de nosotros dos no va muy bien... Así que planeaba dejarla."

— "¿En serio?  Pero si hacen una linda pareja, ¿O hay alguien más?" — Dije mirandolé fijamente.

— "No. Pero quiero tomar mi tiempo, saber que es lo que realmente quiero... Pero no voy a perder a mi gran amigo." — Dijo sonriendo. — Cuéntame de ti... ¿Que pasó con tu trabajo de mafioso?"

— "Me han despedido. No quiero hablar del tema, sé que te sientes incómodo."

— "Al menos no veré a ese jefe molesto."
— "No te lo puedo asegurar."

Miré a mi alrededor pero realmente no veía nada extraño. Lamentable no podía descuidarme.

— "De todas formas tengo que estar cuidándome... Esto de salir de la mafia no es para nada algo sencillo." — Comenté.

— "¿No te arrepientes de haber entrado?"

— "Creo que aún, no."

Hablamos algunas cosas más, hasta que finalmente nos despedimos, le ofrecí llevarlo a casa pero dijo que podía irse sin ningun problemas, así que volví a mi auto.

No tenía ninguna forma de como ayudar a Matthew sin alguna pista que me dijera Miguel A. Así que pensé que era una buena idea preguntar por su ayuda. Llegué a una intercepción en la que me detuve gracias al semáforo en rojo, cuando el semáforo cambió a verde, entonces no tardé un segundo para avanzar y fue tarde cuando ví a esa camioneta irse contra mi auto.

Esa camioneta había practicamente levantado mi auto en un acto totalmente brutal. Gracias a Dios no me había afectado más que el movimiento brusco del vehiculo que probablemente había removido mi cerebro dentro de su cavidad.

La puerta del conductor de la camioneta se abrió e inmediatamente lo ví, lo reconocí. Era el mismo hombre que había visto en el hotel es mañana en la que me marchaba. Me desmonté del auto.

— "Lo siento mucho. Yo realmente que iba apurado. — Dijo. —  Sé que es la peor excusa que pudo haber escuchado..."

No hice más que quedarme en silencio hasta que me dijera como iba a devolverme mi auto.

— "Realmente estoy apurado, ¿Puede darme su número por favor? Para mantenernos en contacto y quedar en un acuerdo con lo del vehiculo..."

— "¿No es mejor reportarlo?" — Dije.

SIEMPRE FIEL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora