✓ DRAGONS, harry potter [#1]

28. 𝗛𝗔𝗥𝗥𝗬

                   Y los días, las semanas, los meses pasaron. Lucy se impacientaba al no saber nada de su amigo, Hermione por otra parte le había regalado una caja llena de dulce para su cumpleaños, Ginny un libro antiguo que había dicho que le pertenecía a Bill en sus épocas en Hogwarts cuando iba junto con los padres de Harry. Ron, por otra parte, no se había molestado en comprar algo, si no que solo se ofreció a arreglar la habitación de ella y Ginny. Sara había aparecido, saltando de la alegría y abrazando a Lucy cómo una garrapata en casi todo el día. Bill se puso demasiado alegre al ver a su sobrina por primera vez, tanto así que le llevó un peluche de un dragón verde, luego se tuvo que disculpar con Lucy, ya que ninguno de sus familiares le había dicho la edad de la pelirroja. Charlie terminó por darle un hermoso anillo con una piedra roja, le aseguró a Lucy que le había pertenecido a él desde que fue a Rumania por primera vez.

Y así paso su cumpleaños número doce, por primera vez, Lucy se sintió tan felíz de celebrar su cumpleaños. Y al fin, pudo soplar las velas, pidiendo otro deseo que no fuese salir de ese horrible orfanato.

—¡¿Harry?! —gritó Lucy, al escuchar la voz de Fred, George, Ron y Molly en la cocina, la mujer estaba reprochando a sus hijos por algo.

A Lucy no le importó seguir estando en su bata roja y en pantuflas negras, corrió hacia las escaleras y las bajó rápidamente, escuchando a su abuela discutiendo con los chicos, se aproximó a la puerta.

—¡Las camas vacías! ¡Ni una nota! El coche no estaba, podían haber
tenido un accidente... Creía que me volvía loca, pero no les importa, ¿verdad? —Molly se veía bastante enojada—. Nunca, en toda mi vida... Ya verán cuando llegue a casa su padre, un disgusto como éste nunca me lo dieron Bill, ni Charlie, ni Percy...

—Percy, el prefecto perfecto —murmuró Fred.

—¡PUES PODRÍAN SEGUIR SU EJEMPLO! —gritó la señora Weasley,
dándole golpecitos en el pecho con el dedo—. Podrían haberse matado o
podría haberlos visto alguien, y su padre haberse quedado sin trabajo por culpa de ustedes...

Les pareció que la reprimenda duraba horas. La señora Weasley
enronqueció de tanto gritar y luego se plantó delante de Harry, que retrocedió asustado.

—Me alegro de verte, Harry, cielo —dijo—. Pasa a desayunar... —pero antes de que la señora Weasley dijese otra cosa, la voz de Lucy se hizo presente.

—¡HARRY! —gritó la pelirroja, su tono asustó a todos los chicos y la mujer soltó una leve risa.

—Oh, oh, alguien se llevará un gran reproche... —murnuró George a Fred, pero tanto Harry, Ron y Molly lo escucharon.

—Y no es el único —dijo Molly mirando a sus tres hijos, los cuales sonrieron nerviosos.

Lucy caminó a zancadas hacia el azabache, Harry quiso retroceder, pensando que la niña le daría un puñetazo en cualquier momento, pero lo que hizo sorprendió a todos.