84. 𝗙𝗔𝗬𝗡𝗔 𝗙𝗜𝗡𝗡𝗜𝗚𝗔𝗡

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.capítulo ochenta y cuatro

           —LUCY, ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ —dijo Katherine, por la mañana, cuando desayunaban los tres juntos en el comedor

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           —LUCY, ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ —dijo Katherine, por la mañana, cuando desayunaban los tres juntos en el comedor.

Rawraq era el causante de aquello, el dragón—, ya en su estatura natural,— espiaba por una de las ventanas que estaba abierta. Lucy mentiría si dijera que no pasaba el tamaño de un camión. Rawraq había crecido de una manera impresionante, pero no terminaba de crecer y eso asustaba a Katherine y Charlie.

—Rawraq estará bien —dijo Lucy, volteando a ver al dragón enorme que seguía sin apartar los ojos de ellos.

Solo trataba de asegurarse de que su madre estaría bien.

—Sabemos que Rawraq estará bien —dijo Katherine resoplando—, pero nos preocupamos por tí. A éste paso, no podrás controlarlo.

—Yo no quiero controlarlo —dijo Lucy, comenzando a enfadarse—. Rawraq es dueño de sus decisiones...

—Pero esas decisiones implican las vidas de los demás, Lucy —dijo Katherine, ambas se estaban enojando—. ¿Qué pasaría si todo se saliera de control y él terminará asesinando a tus amigos?

—Eso no pasará —dijo Lucy entre dientes.

—Okay... ¿qué tal si nos calmamos? —dijo Charlie, nervioso por la discusión de ambas—. Podríamos hablar de lo lindo que es la vida y...

—¡Cállate, Charlie! —ordenaron las dos a la vez, intimidado al pobre pelirrojo que se encogió en su asiento ante las miradas rojas de las dos mujeres.

El hombre bebió de su té en silencio, dejando que ambas discutieran.

—No comprendes, Lucy —dijo Katherine, tratando de retener la paciencia.

—No, no comprendo —soltó Lucy de mala manera, dejando bruscamente su taza sobre el pasillo y levantándose de su silla.

Pero las palabras de su madre la detuvieron.

—Mi antigua maestra viene hacia aquí —informó Katherine, haciendo que Lucy la mirara—. Va a enseñarte todo.

—¿Qué? —murmuró Lucy.

•.  •.  •.

                     —LLEGAS TARDE, NIÑA —dijo una mujer de piel arrugada, de baja estatura, que se sostenía de un bastón.

  Lucy caminaba hacia ella, tirando de la cadena que estaba unida al collar de metal que traía Rawraq en su cuello. Miró a la mujer, frunciendo su ceño.

¿Era en serio?

—A mí no me dijeron que una abuela me enseñaría a comportar a mi dragón —bufó Lucy, sin soltar la cadena.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora