✓ DRAGONS, harry potter [#1]

69. 𝗝𝗔𝗠𝗘𝗦 𝗣𝗢𝗧𝗧𝗘𝗥 𝗬 𝗦𝗜𝗥𝗜𝗨𝗦 𝗕𝗟𝗔𝗖𝗞

.capítulo sesenta y nueve

              LA SEÑORA POMFREY INSISTIÓ en que Harry se quedara en la enfermería el fin de semana. El muchacho no se quejó, pero no le permitió que tirara los restos de la Nimbus 2.000. Sabía que era una tontería y que la Nimbus no podía
repararse, pero Harry no podía evitarlo. Era como perder a uno de sus tres mejores amigos.

  Lo visitó gente sin parar; todos con la intención de infundirle ánimos. Hagrid le envió unas flores llenas de tijeretas y que parecían coles amarillas, y Ginny Weasley, sonrojada, apareció con una tarjeta de saludo que ella misma había hecho y que cantaba con voz estridente salvo cuando se cerraba y se metía debajo del frutero.

  Lucy iba todos los días después del desayuno o el almuerzo, llevándole comida y se quedaba rato—, e incluso horas,— hablando con Harry. Había decidido no hablar, ni mencionar, lo del casi beso, por pedido de Lucy.

  Una tarde, los tres se encontraban en la enfermería, visitando a Harry como cada día. Ron contaba una anécdota de lo que ocurrió en Transformaciones, McGonagall había transformado un libro en un búho y éste había ocasionado bastantes líos.
  Había tratado de picotear el ojo de Neville y McGonagall tuvo que volverlo a la normalidad.

—Ron gritó como una niña cuando el búho pasó por encima de él —dijo Lucy con aires divertidos.

  Hermione rió levemente, Ron se sintió ofendido y Harry—, aunque no estuviese de ánimos,— sonrió, levantando solo la esquina de una de sus comisuras.

—Eso no es cierto —se trató de defender Ron, mientras Hermione reía con una mano en la boca.

—Sí, si es cierto —dijo Hermione, recordando ése momento. No podía contenerse, el chillido de Ron era lo que se repetía en su mente.

  Rawraq se encontraban en el regazo de Harry, dónde se encontraban golosinas que habían llevado Ron, Lucy y Hermione para él. El pequeño dragón trataba de darle ánimos.

  Pero sus risas y su conversación de vió interrumpida cuando desde la puerta de la enfermería llegaban unas voces. Los tres observaron hacia allí.
  La señora Pomfrey le recriminaba a Cedric Diggory, el castaño parecía pedirle por favor que lo dejase pasar.

—¿Qué hace él aquí? —preguntó Ron con el ceño fruncido.

—Ron —le retó Hermione, advirtiéndole con la mirada.

—... solo... —fue la última palabra que dijo Cedric hasta que Lucy se levantó de su asiento y dijo:

—¿Cedric? —habló Lucy confundida.

  Cedric la vió y sonrió felíz de por fin encontrarla. La señora Pomfrey dijo:

—Solo dos minutos —advirtió la mujer al castaño.