✓ DRAGONS, harry potter [#1]

59. 𝗨𝗡𝗔 𝗡𝗜𝗡̃𝗘𝗥𝗔

.capítulo cincuenta y nueve

                          —¿QUÉ ÉL QUÉ? —preguntó Lucy, casi soltando su baúl.

  Había llegado el día en que irían al Caldero Chorreante, los Weasley los esperarían allí. Hermione, Lucy, Katherine y Charlie esperaban en el gran living, dónde estaba una de las chimeneas, Hermione sostenía un frasco con Polvos Flu.

—Lucy, no causará problemas —dijo Katherine—. Es solo un chico de tu edad, ¿qué puede hacer...? —pero un estruendo la interrumpió.

  Nolan se había tropezado con la puerta y al ver que todos lo veían, se levantó rápidamente. Rió nervioso.

—Me había olvidado de ésa puerta —rió incómodo, pero al ver que nadie más se rió, se quedó callado.

—¡Se olvidó de algo que tenía enfrente! —exclamó Lucy por lo bajo a su madre.

—Lucy, prometí a los Martin que cuidarías a su hijo —dijo Katherine en un susurro.

—¡Es torpe! Hasta se podría asesinar con una cuchara —susurró Lucy, mientras Nolan chocaba contra una mesita y volteaba un jarrón, rompiéndolo.

—¡Lo siento! ¡Me había olvidado de éso también! —exclamó el azabache.

  Lucy bufó, viendo cómo su madre no la dejaba de ver para tratar de convencerla.

—Lucy... —rogó su madre.

—No —negó la pelirroja.

—No creo que sea ningún problema si lo cuidamos entre todos —dijo Hermione, ganándose una mirada fulminante por parte de Lucy y una mirada felíz por parte de Katherine.

—¿De qué lado estás? —dijo Lucy.

—Gracias, Hermione —dijo Katherine a Hermione, luego miró a Lucy—. Solo será un año, Lucy, no es para tanto.

  Lucy miró a Nolan con desagrado, bufó y rodó los ojos.

—Ya tengo suficiente con cuidar a Sara —bufó la pelirroja, luego vió los ojos suplicantes de su madre y volvió a rodar los ojos—. Bien, solo un año.

—Si —asintió Katherine.

—Y si se muere no es mi culpa —sentenció Lucy, alzando el dedo índice.

  Nolan llegó hasta ellos, arrastrando su baúl. Charlie le pasó a Lucy un mini Rawraq, del tamaño de una pluma, dejándolo en la palma de la mano de la pelirroja.

—No olvides de alimentarlo —dijo Charlie, acariciando la cabecita del dragón.

—Jamás —aseguró Lucy, abriendo su bolsillo de su suéter y dejándolo allí.

—Es hora de irse —dijo Katherine, sonriendo. Hermione abrió la tapa del frasco.

—Hermione, ayuda a Nolan, creo que se olvidará hasta de las palabras —dijo Lucy, viendo al pelinegro ver incrédulamente la chimenea con llamas azules.