132. 𝗘𝗟 𝗥𝗘𝗚𝗥𝗘𝗦𝗢 𝗗𝗘 𝗖𝗔𝗡𝗨𝗧𝗢

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.el regreso de canuto

el regreso de canuto

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A las doce del día siguiente salieron del castillo bajo un débil sol plateado que brillaba sobre los campos

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A las doce del día siguiente salieron del castillo bajo un débil sol plateado que brillaba sobre los campos. El tiempo era más suave de lo que había sido en lo que llevaban de año, y cuando llegaron a Hogsmeade los cuatro se habían quitado la capa y se la habían echado al hombro. En la mochila de Harry llevaban la comida que Sirius les había pedido: una docena de muslos de pollo, una barra de pan y un frasco de zumo de calabaza que les habían servido en la comida.

Fueron a Tiroslargos Moda a comprar un regalo para Dobby, y se divirtieron eligiendo los calcetines más estrambóticos que vieron, incluido un par con un dibujo de refulgentes estrellas doradas y plateadas y otro que (había sido elegido por Lucy) chillaba mucho cuando empezaba a oler demasiado, según ella, a Ron le iría bien uno de esos.

A la una y media subieron por la calle principal, pasaron Dervish y Banges y salieron hacia las afueras del pueblo. Lucy nunca había ido por allí. El ventoso callejón salía del pueblo hacia el campo sin cultivar que rodeaba Hogsmeade. Las casas estaban por allí más espaciadas y tenían jardines más grandes. Caminaron hacia el pie de la montaña que dominaba Hogsmeade, doblaron una curva y vieron al final del camino unas tablas puestas para ayudar a pasar una cerca. Con las patas delanteras apoyadas en la tabla más alta y unos periódicos en la boca, un perro negro, muy grande y lanudo, parecía aguardarlos. Lo reconocieron enseguida.

—Hola, Sirius —saludó Harry, cuando llegaron hasta él.

El perro olió con avidez la mochila de Harry, meneó la cola, y luego se volvió y comenzó a trotar por el campo cubierto de maleza que subía hacia el rocoso pie de la montaña. Harry, Ron, Lucy y Hermione traspasaron la cerca y lo siguieron.

Sirius los condujo a la base misma de la montaña, donde el suelo estaba cubierto de rocas y cantos rodados, y empezó a ascender por la ladera: un camino fácil para él, con sus cuatro patas; pero Harry, Ron, Lucy y Hermione se quedaron pronto sin aliento. Siguieron subiendo tras Sirius durante casi mediahora por el mismo camino pedregoso, empinado y serpenteante. El perro movía la cola mientras ellos sudaban bajo el sol. A Harry le dolían los hombros por las
correas de la mochila.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora