37. 𝗘𝗟 𝗔́𝗟𝗕𝗨𝗠

9.6K 1.2K 656
                                    

.capitulo treinta y siete

         DURANTE LOS DÍAS SIGUIENTES, Harry pasó bastante tiempo esquivando a Gilderoy Lockhart cada vez que lo veía acercarse por un corredor se escondía detrás de Lucy, esperando a que se fuera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

         DURANTE LOS DÍAS SIGUIENTES, Harry pasó bastante tiempo esquivando a Gilderoy
Lockhart cada vez que lo veía acercarse por un corredor se escondía detrás de Lucy, esperando a que se fuera. Pero más difícil aún era evitar a Colin Creevey, que parecía saberse de memoria el horario de Harry. Nada le hacía tan feliz como preguntar «¿Va todo bien, Harry?» seis o siete veces al día, y oír «Hola, Colin» en respuesta, a pesar de que la voz de Harry en tales ocasiones sonaba irritada.

  Lucy no podía contener sus sonrisas divertidas, sin duda ése era un año difícil para su famoso amigo.

  Hedwig seguía enfadada con Harry a causa del desastroso viaje en coche por lo que el azabache se vió confundido cuando su lechuza se fue voluntariamente a la habitación de Lucy, y por otro lado, la varita de Ron, que todavía no funcionaba correctamente, se superó a sí misma el viernes por la mañana al escaparse de la mano de Ron en la clase de
Encantamientos y dispararse contra el profesor Flitwick, que era viejo y bajito, y golpearle directamente entre los ojos, produciéndole un gran divieso verde y doloroso en el lugar del impacto. Así que, entre unas cosas y otras, Harry se alegró muchísimo cuando llegó el fin de semana, porque Ron, Hermione, Lucy y él habían planeado hacer una visita a Hagrid el sábado por la mañana.

  Pero el capitán del equipo de quidditch de Gryffindor, Oliver Wood, despertó a Harry con un zarandeo varias horas antes de lo que él habría
deseado.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry aturdido.

—¡Entrenamiento de quidditch! —respondió Wood—. ¡Vamos!

  Harry miró por la ventana, entornando los ojos. Una neblina flotaba en el cielo de color rojizo y dorado. Una vez despierto, se preguntó cómo había podido dormir con semejante alboroto de pájaros.

—Oliver —observó Harry con voz ronca—, si todavía está amaneciendo...

—Exacto —respondió Wood. Era un muchacho alto y fornido de sexto
curso y, en aquel momento, tenía los ojos brillantes de entusiasmo—. Forma parte de nuestro nuevo programa de entrenamiento. Venga, agarra tu escoba y andando —dijo Wood con decisión—. Ningún equipo ha empezado a entrenar todavía. Este año vamos a ser los primeros en empezar...

—Sí, pero...

—Nada de "peros", Harry —sentenció Wood—. Andando.

  Bostezando y un poco tembloroso, Harry saltó de la cama e intentó buscar su túnica de quidditch.

—¡Así me gusta! —dijo Wood—. Nos veremos en el campo dentro de
quince minutos.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora