41. 𝗛𝗔𝗟𝗟𝗢𝗪𝗘𝗘𝗡

9.9K 1K 310
                                    

.capítulo cuarenta y uno

CUANDO LLEGÓ HALLOWEEN, Harry y Lucy ya estaban arrepentidos de haberse comprometido a ir a la fiesta de cumpleaños de muerte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CUANDO LLEGÓ HALLOWEEN, Harry y Lucy ya estaban arrepentidos de haberse comprometido a ir a la fiesta de cumpleaños de muerte. El resto del colegio estaba preparando la fiesta de Halloween; habían decorado el Gran Comedor con los murciélagos vivos de costumbre; las enormes calabazas de Hagrid habían sido convertidas en lámparas tan grandes que tres hombres habrían podido sentarse dentro, y corrían rumores de que Dumbledore había contratado una compañía de esqueletos bailarines para el espectáculo.

-Lo prometido es deuda -recordó Hermione a Harry y Lucy en tono autoritario-. Y ustedes le prometieron ir a su fiesta de cumpleaños de muerte.

Así que a las siete en punto, Harry, Lucy, Ron y Hermione atravesaron el Gran Comedor, que estaba lleno a rebosar y donde brillaban tentadoramente los platos dorados y las velas, y dirigieron sus pasos hacia las mazmorras.

También estaba iluminado con hileras de velas el pasadizo que conducía a la fiesta de Nick Casi Decapitado, aunque el efecto que producían no era alegre en absoluto, porque eran velas largas y delgadas, de color negro azabache, con una llama azul brillante que arrojaba una luz oscura y fantasmal incluso al iluminar las caras de los vivos. La temperatura descendía a cada paso que daban. Al tiempo que se ajustaba la túnica, Lucy oyó un sonido
como si mil uñas arañasen una pizarra.

-¿A esto le llaman música? -se quejó Ron. Al doblar una esquina del
pasadizo, encontraron a Nick Casi Decapitado ante una puerta con colgaduras negras.

-Queridos amigos -dijo con profunda tristeza-, bienvenidos,
bienvenidos... Os agradezco que hayáis venido...

Hizo una floritura con su sombrero de plumas y una reverencia señalando hacia el interior.

Lo que vieron les pareció increíble. La mazmorra estaba llena de cientos
de personas transparentes, de color blanco perla. La mayoría se movían sin ánimo por una sala de baile abarrotada, bailando el vals al horrible y trémulo son de las treinta sierras de una orquesta instalada sobre un escenario vestido
de tela negra. Del techo colgaba una lámpara que daba una luz azul
medianoche. Al respirar les salía humo de la boca; aquello era como estar en un frigorífico.

-¿Damos una vuelta? -propuso Harry, con la intención de calentarse los pies.

-Cuidado no vayas a atravesar a nadie -advirtió Ron, algo nervioso,
mientras empezaban a bordear la sala de baile. Pasaron por delante de un
grupo de monjas fúnebres, de una figura harapienta que arrastraba cadenas y del Fraile Gordo, un alegre fantasma de Hufflepuff que hablaba con un caballero que tenía clavada una flecha en la frente.

Lucy no se sorprendió de que los demás fantasmas evitaran al Barón Sanguinario, un fantasma de
Slytherin, adusto, de mirada impertinente y que exhibía manchas de sangre plateadas.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora