44. 𝗔𝗥𝗔𝗡̃𝗔𝗦

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.capítulo cuarenta y cuatro

             —YA SABÍA QUE SALAZAR SLYTHERIN era un viejo chiflado y retorcido —dijo Ron a Harry, Lucy y Hermione, mientras se abrían camino por los abarrotados corredores al término de las clases, para dejar las bolsas en la habitación antes de i...

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             —YA SABÍA QUE SALAZAR SLYTHERIN era un viejo chiflado y retorcido —dijo Ron a Harry, Lucy y Hermione, mientras se abrían camino por los abarrotados corredores al
término de las clases, para dejar las bolsas en la habitación antes de ir a cenar—. Pero lo que no sabía es que hubiera sido él quien empezó todo este asunto de la limpieza de sangre. No me quedaría en su casa aunque me pagaran. Sinceramente, si el Sombrero Seleccionador hubiera querido mandarme a Slytherin, yo me habría vuelto derecho a casa en el tren.

—Por primera y última vez lo diré: tienes razón —dijo Lucy, asintiendo.

  Hermione asintió entusiasmada con la cabeza, pero Harry no dijo nada.
 
  Tenía el corazón encogido de la angustia. Harry no había dicho nunca a Lucy, Ron y Hermione que el Sombrero Seleccionador había considerado seriamente la posibilidad de enviarlo a Slytherin. Recordaba, como si hubiera ocurrido el día anterior, la vocecita que le había hablado al oído cuando, un año antes, se había puesto el Sombrero
Seleccionador.

—Ay no... —murmuró Lucy, viendo hacia el frente.

  Mientras caminaban empujados por la multitud, pasó Colin Creevey.

—¡Eh, Harry!

—¡Hola, Colin! —dijo Harry sin darse cuenta, Lucy rodó los ojos.

—Harry, Harry.., en mi clase un chico ha estado diciendo que tú eres...

  Pero Colin era demasiado pequeño para luchar contra la marea de gente que lo llevaba hacia el Gran Comedor.

  Le oyeron chillar:

—¡Hasta luego, Harry! —Y desapareció.

—Que raro —soltó Lucy, viendo por dónde se había ido el niño.

—¿Qué es lo que dice sobre ti un chico de su clase? —preguntó
Hermione.

—Que soy el heredero de Slytherin, supongo —dijo Harry, y el corazón se le encogió un poco más al recordar cómo lo había rehuido Justin Finch-
Fletchley a la hora de la comida.

—Que idiotez —bufó Lucy.

—La gente aquí es capaz de creerse cualquier cosa —dijo Ron, con
disgusto.

  La masa de alumnos se aclaró, y consiguieron subir sin dificultad al
siguiente rellano.

—¿Crees que realmente hay una Cámara de los Secretos? —preguntó
Lucy a Hermione.

—No lo sé —respondió ella, frunciendo el entrecejo—. Dumbledore no fue capaz de curar a la Señora Norris, y eso me hace sospechar que quienquiera que la atacase no debía de ser..., bueno..., humano.

  Al doblar la esquina se encontraron en un extremo del mismo corredor en que había tenido lugar la agresión. Se detuvieron y miraron. El lugar estaba tal como lo habían encontrado aquella noche, salvo que ningún gato tieso colgaba de la argolla en que se fijaba la antorcha, y que había una silla apoyada contra la pared del mensaje: «La cámara ha sido abierta.»

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora