107. 𝗘𝗦𝗧𝗔́𝗦 𝗘𝗡𝗔𝗠𝗢𝗥𝗔𝗗𝗔 𝗗𝗘 𝗘́𝗟

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.ciento siete

    LUCY SE ENCONTRABA ATURDIDA, no comprendía, no entendía

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    LUCY SE ENCONTRABA ATURDIDA, no comprendía, no entendía. ¿Harry había puesto su nombre en el Cáliz? ¿Cómo? Podía creerlo si viniera de Ron, pero de Harry... Él no pudo... ¿o sí?

  Todos en el Gran Comedor observaban a Harry, este parecía petrificado en su sitio. Se sentía aturdido, atontado. Nadie aplaudía. Un zumbido como de abejas enfurecidas comenzaba a llenar el salón. Algunos alumnos se levantaban para ver mejor a Harry, que
seguía inmóvil, sentado en su sitio.

  En la mesa de los profesores, la profesora McGonagall se levantó y se
acercó a Dumbledore, con el que cuchicheó impetuosamente. El profesor Dumbledore inclinaba hacia ella la cabeza, frunciendo un poco el entrecejo. Harry se volvió hacia Lucy, Ron y Hermione. Más allá de ellos, vio que todos los demás ocupantes de la larga mesa de Gryffindor lo miraban con la boca abierta.

  Incluso Rawraq parecía sorprendido.

—Yo no puse mi nombre —dijo Harry, totalmente confuso—. Ustedes lo
saben.

  Uno y otro le devolvieron la misma mirada de aturdimiento. En la mesa de los profesores, Dumbledore se irguió e hizo un gesto afirmativo a la profesora McGonagall.

—¡Harry Potter! —llamó—. ¡Harry! ¡Levántate y ven aquí, por favor!

—Vamos, ve —le susurró Lucy, dándole a Harry un leve empujón.

  Harry se puso en pie, se pisó el dobladillo de la túnica y se tambaleó un poco. Avanzó por el hueco que había entre las mesas de Gryffindor y
Hufflepuff. Caminó en dirrección a la mesa de los profesores, hasta que se halló delante de Dumbledore y las miradas de todos los profesores estaban puestas sobre el azabache.

—Bueno... cruza la puerta, Harry —dijo Dumbledore, sin sonreír.

  Harry pasó por la mesa de profesores. Hagrid, sentado justo en un extremo, no le guiñó un ojo, ni levantó la mano, ni hizo ninguna de sus habituales señas de saludo. Parecía completamente aturdido y, al pasar Harry, lo miró como hacían todos los demás. Harry salió del Gran Comedor y Lucy lo perdió de vista.

  Todos observaban a Dumbledore en silencio.

—El banquete ha finalizado, regresen a sus habitaciones —dijo Dumbledore, parecía muy serio, bastante.

  Sin más, salió del Gran Comedor, por el mismo camino que los campeones, seguido de el señor Crouch, Madame Maxime, el profesor Karkarov y el profesor Snape. Un bullicio de instaló en el lugar, la profesora McGonagall les ordenaba silencio.

—¡Silencio, silencio! ¡A sus habitaciones, ahora! —ordenó la profesora McGonagall.

  Uno a uno, fueron saliendo del Gran Comedor, aturdidos por la situación y muy confundidos. Sara llegó hasta Lucy, empujando a algunos de Ravenclaw y Gryffindor.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora