✓ DRAGONS, harry potter [#1]

156. 𝗡𝗔𝗩𝗜𝗗𝗔𝗗

.ciento cincuenta y seis

Lucy había enviado una carta a sus padres diciéndoles que pasaría las navidades de ese año en Hogwarts, pero la verdad era que estaba en otro lugar y se encontraba en Nueva York, junto a una Zoë que acababa de salir de un probador con ropa "normal" o "no salvaje".

—Se ve ridículo, ¿qué se supone que es esto? —apretó con sus manos el abrigo que tenía sobre su remera.

—Ropa —se encogió de hombros Lucy, antes de girar y caminar hacia la salida, despidiéndose de la mujer que atendía la tienda, en realidad era una bruja, reconoció a Lucy y la ayudó con su misión de que Zoë pase a ser una muggle más.

—¿Y por qué debo hacerte caso? Esto no me beneficia en nada.

Caminó de mala gana detrás de la pelirroja, mientras salían del local y comenzaban a mezclarse con las demás personas.

—Porque seré tu segunda líder y es mejor que vayas haciéndote la idea.

Se detuvieron frente a un carrito de helados y Lucy aprovechó a pedir uno, ignorando a Zoë.

—¿Te dijeron que eres egocéntrica?

—De naturaleza, gracias —agarró el helado de frutilla que le tendió el hombre y le pagó antes de girar hacia Zoë y enfrentarla—. Es fácil, solo debes entrar y buscar lo que te pedí.

—¿Si? Es fácil que lo digas así, pero debo pasar sobre cincuenta magos y...

Lucy hizo como si no la escuchará y metió una cucharada de helado en su boca. Zoë suspiró y asintió, antes de girar y cruzar la calle, directo hacia el gran edificio que estaba enfrente.

En cuestión de media hora, Zoë salió casi encubierta y con un bolso al hombro, Lucy la guió hacia el callejón dónde habían aparecido, escuchando como alguien llamaba a Zoë y trataban de alcanzarlas. En cuestión de minutos llegaron al traidor que estaba en el callejón y desaparecieron.

—Eso fue rápido —halagó Lucy cuando reaparecieron en las tribus de los Salvajes, en Brasil.

—Es un don —respondió Zoë, quitando el cabello que le quedó en la cara.

Los Salvajes no estaban acostumbrados a la magia y mucho menos a los trasladores, por lo que Zoë quedó en el suelo arrodillada y tomando aire.

—¿Quién es la egocéntrica ahora? —preguntó Lucy, quién tenía otro vasito más de helado, pero ahora de vainilla.

Amabas intercambiaron miradas, tan duras como las de siempre. Hasta que Lucy sonrió y le tendió el vaso del helado, agarrando el bolso de paso.

—Es por tu ayuda, se llama helado —le explicó.

Zoë dudó de agarrarlo y luego lo tomó como si fuera una orden, por lo que agarró el vaso y decidió probar el dichoso helado.

—¿Y?