✓ DRAGONS, harry potter [#1]

108. 𝗟𝗔𝗥𝗚𝗢, 𝗜𝗠𝗕𝗘́𝗖𝗜𝗟

.ciento ocho

      LUCY CAMINABA POR LOS pasillos de Hogwarts llevando una pila de tostadas envueltas en una servilleta. Hermione se había quedado en la biblioteca leyendo, quería distraerse de toda la situación que se había formado desde el día anterior.

  El Domingo estaba envuelto por murmurllos, los alumnos no paraban de hablar del torneo y a Lucy le estaban hartando. Casi le había dado una patada a Dennis por decir tantas bobadas como Colin. Esos dos eran de tal palo a tal astilla.

  Lucy soltó un suspiro disimulado.

  «—Lo que faltaba».

  Trató de ignorarlo, pero al parecer en los planes del azabache estaba escrito todo lo contrario.
  Will se encontraba recostado contra una de las paredes del pasillos, algunas de Slytherin cuchicheaban a unos metros sobre lo hermoso y misterioso que era el chico.

—¿Es para mí? —habló Will con una sonrisa de medio lado. Inclinó levemente su cabeza, observando los pasos decididos de la chica pelirroja.

  Pero Lucy lo ignoró y siguió de largo, pero aún así, Will no se rindió.
  Fue detrás de ella, hasta igualar sus pasos y observó por unos momentos como el cabello naranja de la chica se meneaba por la coleta. Pero dejó de admirarla cuando el gruñido de Rawraq lo hizo estremecerse.

—¿Qué mierda quieres? —gruñó Lucy entredientes, sin apartar la mirada de enfrente y sin dejar de pisar con decisión.

—¡Woah! Hemos amanecido de buen humor —rió secamente el azabache de rulos, pero su risa cesó inmediatamente en cuanto Rawraq volvió a gruñir.

  Le estaba hartando ese bicho.

—Mejor vete, porque tengo ganas de lanzarte por una de las ventanas —dijo Lucy.

—No, gracias —dijo Will, metiendo sus manos en sus bolsillos—. ¿Es para tu noviecito? ¿Irás a darle apoyo? —hizo un puchero.

  Lucy se detuvo bruscamente y se volteó a verlo.

—Lárgate, no tengo ganas de soportar tus estúpidos comentarios y mucho menos a tí —dijo tan fría que hasta un pingüino se hubiera congelado con su mirada.

  Pero Will no pareció afectarle aquello. Su rostro se puso neutral, viendo a Lucy con seriedad y detallando las facciones de la pelirroja.
  De un momento a otro, el chico había empujando a Lucy hasta que ella chocara contra la pared y él se acercó a ella agarrando sus dos muñecas con fuerza, esperando una mueca de sufrimiento por parte de la chica. Quería verla sufriendo. Pero Lucy sólo quería quitar sus manos de ella y no parecía nada dolorida.