82. 𝗩𝗔𝗟𝗘𝗡𝗧𝗜́𝗔

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.capítulo ochenta y dos

                                        LUCY NO HABÍA FORMADO NUNCA parte de un grupo tan extraño

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                                        LUCY NO HABÍA FORMADO NUNCA parte de un grupo tan extraño. Crookshanks bajaba las escaleras en cabeza de la comitiva. Lupin, Pettigrew y Ron lo seguían, como si participaran en una carrera. Detrás iba el profesor Snape, flotando de manera fantasmal, tocando cada peldaño con los dedos de los pies y sostenido en el aire por su propia varita, con la que Sirius le apuntaba. Harry, Lucy y Hermione cerraban la marcha.

  Fue difícil volver a entrar en el túnel. Lupin, Pettigrew y Ron tuvieron que
ladearse para conseguirlo. Lupin seguía apuntando a Pettigrew con su varita. Lucy los veía avanzar de lado, poco a poco, en hilera. Crookshanks seguía en cabeza. Harry iba inmediatamente detrás de Sirius, que continuaba dirigiendo a Snape con la varita. Éste, de vez en cuando, se golpeaba la cabeza en el techo, y Harry tuvo la impresión de que Sirius no hacía nada por evitarlo.

—¿Sabes lo que significa entregar a Pettigrew? —le dijo Sirius a Harry
bruscamente, mientras avanzaban por el túnel.

—Que tú quedarás libre —respondió Harry.

—Sí... —dijo Sirius—. No sé si te lo ha dicho alguien, pero yo también soy
tu padrino.

—Sí, ya lo sabía —respondió Harry.

—Bueno, tus padres me nombraron tutor tuyo —dijo Sirius solemnemente—, por si les sucedía algo a ellos... —Harry esperó. ¿Quería decir Sirius lo que él se imaginaba?— Por supuesto —prosiguió Black—, comprendo que prefieras seguir con tus tíos. Pero... medítalo. Cuando mi nombre quede limpio... si quisieras cambiar de casa...

  A Harry se le encogió el estómago.

—¿Qué? ¿Vivir contigo? —preguntó, golpeándose accidentalmente la
cabeza contra una piedra que sobresalía del techo, Lucy casi choca contra él por eso—. ¿Abandonar a los Dursley?

—Claro, ya me imaginaba que no querrías —dijo inmediatamente Sirius—. Lo comprendo. Sólo pensaba que...

—Pero ¿qué dices? —exclamó Harry; con voz tan chirriante como la de
Sirius—. ¡Por supuesto que quiero abandonar a los Dursley! ¿Tienes casa? ¿Cuándo me puedo mudar?

  Sirius se volvió hacia él. La cabeza de Snape rascó el techo, pero a Sirius
no le importó.

—¿Quieres? ¿Lo dices en serio?

—¡Sí, muy en serio!

  En el rostro demacrado de Sirius se dibujó la primera sonrisa auténtica que Harry había visto en él. La diferencia era asombrosa, como si una persona diez años más joven se perfilase bajo la máscara del consumido. Durante un momento se pudo reconocer en él al hombre que sonreía en la boda de los padres
de Harry.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora