100. 𝗧𝗘 𝗘𝗡𝗖𝗔𝗡𝗧𝗔

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.capítulo cien

       CUANDO SONÓ LA CAMPANA PARA anunciar el comienzo de las clases de la tarde, Harry, Lucy y Ron se encaminaron hacia la torre norte, en la que, al final de una estrecha escalera de caracol, una escala plateada ascendía hasta una trampilla cir...

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       CUANDO SONÓ LA CAMPANA PARA anunciar el comienzo de las clases de la tarde, Harry, Lucy y Ron se encaminaron hacia la torre norte, en la que, al final de una estrecha escalera de caracol, una escala plateada ascendía hasta una trampilla circular que había en el techo, por la que se entraba en el aula donde
vivía la profesora Trelawney.

  Al acercarse a la trampilla recibieron el impacto de un familiar perfume
dulzón que emanaba de la hoguera de la chimenea. Como siempre, todas las cortinas estaban corridas. El aula, de forma circular, se hallaba bañada en una luz tenue y rojiza que provenía de numerosas lámparas tapadas con bufandas y pañoletas. Harry, Lucy y Ron caminaron entre los sillones tapizados con tela de colores, ya ocupados, y los cojines que abarrotaban la habitación, y se sentaron a la misma mesa camilla.

—Buenos días —dijo la tenue voz de la profesora Trelawney justo a la
espalda de Harry, que dio un respingo.

  Era una mujer sumamente delgada, con unas gafas enormes que hacían
parecer sus ojos excesivamente grandes para la cara, y miraba a Harry con la misma trágica expresión que adoptaba cada vez que lo veía. La acostumbrada abundancia de abalorios, cadenas y pulseras brillaba sobre su persona a la luz de la hoguera.

—Estás preocupado, querido mío —le dijo a Harry en tono lúgubre—. Mi
ojo interior puede ver por detrás de tu valeroso rostro la atribulada alma que habita dentro. Y lamento decirte que tus preocupaciones no carecen de motivo. El amor de tu vida se encuentra en riesgo. Veo ante ti tiempos difíciles... muy difíciles... Presiento que eso que temes realmente ocurrirá... y quizá antes de lo que crees...

  La voz se convirtió en un susurro. Ron miró a Harry, y éste le devolvió la mirada muy fríamente, Lucy se removió en su asiento. La profesora Trelawney los dejó y fue a sentarse en un sillón grande de orejas ante el fuego, de cara a la clase. Lavender Brown y Parvati Patil, que admiraban intensamente a la profesora Trelawney, estaban sentadas sobre cojines muy cerca de ella.

—Queridos míos, ha llegado la hora de mirar las estrellas —dijo—: los
movimientos de los planetas y los misteriosos prodigios que revelan tan sólo a aquellos capaces de comprender los pasos de su danza celestial. El destino humano puede descifrarse en los rayos planetarios, que se entrecruzan...

  Lucy apoyó su mentón en la palma de su mano y observó a la profesora Trelawney explicar sobre los planetas y sus influencias.

—Como por ejemplo, Lucinda Winters —la profesora señaló a Lucy—, es un claro ejemplo de que nació bajo la influencia de Marte... ¿De qué signo eres, querida?

—Aries  —respondió Lucy, frunció su celo y miró a la profesora esperando algún comentario, pero luego de asentir siguió con Saturno.

—Luego está Harry Potter, un claro ejemplo de que nació bajo la torva influencia de Saturno —dijo la profesora Trelawney, todos se giraron a ver a Harry.

✓ DRAGONS, harry potter [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora