✓ DRAGONS, harry potter [#1]

79. 𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡, 𝗘𝗟 𝗣𝗘𝗥𝗥𝗢, 𝗘𝗟 𝗚𝗔𝗧𝗢 𝗬 𝗟𝗔 𝗥𝗔𝗧𝗔

.capítulo setenta y nueve

            —¿ADÓNDE IRÁ ESTE TÚNEL?—le preguntó Lucy, sin aliento.

—No sé... Está señalado en el mapa del merodeador; pero Fred y George
creían que nadie lo había utilizado nunca. Se sale del límite del mapa, pero daba la impresión de que iba a Hogsmeade...

  Avanzaban tan aprisa como podían, casi doblados por la cintura. Por
momentos podían ver la cola de Crookshanks. El pasadizo no se acababa. Rawraq se adelantaba, volando tras el gato.

  Parecía tan largo como el que iba a Honeydukes. Harry trataba de concentrarse en Ron, era lo importante en ese momento, quién sabe lo que el perro le podría estar haciendo. Pero... con lo sucedido hace unos minutos, el beso accidental y con Lucy estando tan cerca de él.

  En su mente solo pasaban imágenes de la pelirroja a su lado.

  
  Y entonces el túnel empezó a elevarse, y luego a serpentear; y
Crookshanks y Rawraq habían desaparecido. En vez de ver al gato y al dragón, Harry veía una tenue
luz que penetraba por una pequeña abertura.

  Se detuvieron jadeando, para agarrar aire. Avanzaron con cautela hasta la abertura. Levantaron las varitas para ver lo que había al otro lado.

  Había una habitación, muy desordenada y llena de polvo. El papel se despegaba de las paredes. El suelo estaba lleno de manchas. Todos los
muebles estaban rotos, como si alguien los hubiera destrozado. Las ventanas estaban todas cegadas con maderas.

  Harry miró a Lucy y Hermione, la primera parecía confundida y la segunda asustada, pero ambas asintieron con sus cabezas.

  Harry salió por la abertura mirando a su alrededor. La habitación estaba
desierta, pero a la derecha había una puerta abierta que daba a un vestíbulo en sombras.

  Hermione se agarró del brazo de Lucy. Miraba de un lado a otro con los ojos muy abiertos, observando las ventanas tapadas.

— Creo que estamos en la Casa de los Gritos —susurró Lucy, viendo a su alrededor.

  Harry miró a su alrededor. Posó la mirada en una silla de madera que
estaba cerca de ellos. Le habían arrancado varios trozos y una pata.

—Eso no lo han hecho los fantasmas —observó.

  En ese momento oyeron un crujido en lo alto. Algo se había movido en la parte de arriba. Miraron al techo.