La tarde había pasado entretenida, pero a sus amigos se les ocurrió la brillante idea de hacer una pijamada en su casa. No tuvo oportunidad para decir algo, cuando todos ya había planeado lo que harían y lo que comerían.
Así es como, entre risas y bromas, se despidieron para verse dentro de una hora en la casa Park. Aunque la casa de Jin quedaba de paso y solo tuvieron que esperarlo unos minutos para irse directo junto al padre de JiMin y el menor. Sin olvidar pasar por YoonGi al hospital. Aparecieron justo a las ocho de la noche, llevando snaks y muchas latas de soda, un par de botes llenos de helado.
YoonGi se había retirado por un momento diciendo que tendría unos ensayos que hacer. Su graduación estaba cerca y podría aplicar a la universidad de inmediato. Se sintió débil en cuanto llegó a la habitación, trató de ignorar el dolor y hacer lo que tenía que hacer. Pudo ser fuerte durante diez años, un par más no le vendrían mal. Sonrió ante su pensamiento, negó y prendió su laptop, abrió la tapa de su piano, y prosiguió a tocar las notas. Esas teclas volvían a recibirlo, es verdad que en veces anteriores el dolor, la tristeza y la frustración lo embargaron, sin embargo se sentía diferente.
Los chicos abajo reían, estaban entretenidos en avergonzar a JiMin, quien solo podía sonrojarse.
- Lo hubieran visto... JiMin debes de controlar tu instinto sobre protector, YoonGi solo tuvo una cita médica normal. Nada fuera de lo común- le dijo SeokJin riendo, haciendo a los demas molestar a su amigo por su ceño fruncido.
- No lo entienden, me preocupa...- puchero y todos hicieron silencio. Las melodías de un piano se hicieron presentes en medio del silencio un poco tenso. JiMin no tenía la culpa ni ninguno de sus amigos, pero no quería que Yoon notara las miradas de compasión y sintiera que le tienen lástima, en absoluto. Pasaron varios meses antes de que YoonGi pudiera decirle que era lo que estaba mal en su cuerpo, y no podría evitar llorar al saber que su novio un día no estaría junto a él.
- ¿Ese es...?- NamJoon preguntó con voz asombrada
JiMin sonrió y asintió.
- Ese es mi YoonGi...- dijo orgulloso y les hizo señas a todos para que subieran y lo vieran en vivo- No hagan ruido, y cuando termine tampoco aplaudan, tal vez este grabando...- susurró cuando ya estaban cerca de la puerta. Los chicos asintieron. Estaban emocionados, luego de que JiMin les contara que su novio era pianista y compositor, habían anhelado escucharlo, sobre todo TaeHyung y NamJoon, quienes eran amantes de la música clásica y al mismo tiempo recreaban algunas piezas con ritmos mas modernos.
JiMin abrió la puerta despacio, el piano estaba colocado casi a espaldas de la puerta. Cuando lo instalaron YoonGi pidió que desde el banquillo pudiese ver el cielo, aunque solo podría hacerlo por las noches, así es como el piano estaba practicamente en el centro de la habitación. Y en efecto, el cielo oscuro se podía ver desde la posición en la que el pálido se encontraba.
YoonGi estaba tan ensimismado con la música, que no noto la presencia de las otras personas en la habitación. Sus dedos parecían acariciar cada tecla negra o blanca, como si conocieran su lugar a la perfección, se podía saborear cada nota que surgía, los chicos comprobaron el talento del que tanto JiMin presumía. Porque esos chicos notaban el brillo en los ojos del menor cada vez que hablaba de su pareja.
La señora Park se acercó al cuarto donde estaba el piano, al notar que todo estaba en silencio y lo único que los acompañaba eran esas armonías. El señor Park sonrió. Era relajante...
JungKook sentía que podía llorar en ese momento, Jin estaba conmocionado, NamJoon y TaeHyung estaban boquiabiertos, JiMin no podía evitar sonreír.Su casa se había llenado de mas música, en las noches en las que no podía dormir, era YoonGi quien se despertaba y le abrazaba, poniendo las melodías que grababa en su celular o alguna canción que a él le gustara. YoonGi siempre buscaba su comodidad. Le parecía un acto tan tierno de parte de su novio, a pesar que YoonGi no podía estar muy cerca de las ventanas o de la puerta corrediza, trataba siempre de verse activo, a veces lo despertaba con el desayuno, en otras ocasiones era él quien preparaba la cena, a pesar que los señores Park tendían a avergonzarse por que YoonGi era quien le encantaba meterse en la cocina a preparar alguna merienda o comida para todos. Su madre estaba encantada con su yerno. Agradecían cada detalle del pálido...
Ninguno de los chicos se percató cuando la música dejó de sonar. YoonGi los miraba con los ojos abiertos, sorprendido por ver a los amigos de su novio al borde del llanto, luego observó a su pareja, quien sin darse cuenta había derramado un par de lágrimas y la señora Park detrás de ellos viendole con una sonrisa orgullosa. El señor Park le miraba de la misma manera, orgulloso de él.
- ¿Están bien?- susurró un poco intimidado, al verse rodeado de tantas personas, aunque los había visto, se sentía sofocado con tantas personas alrededor.
JiMin sonrió y fue hasta él para abrazarlo.
- Fue perfecto...- susurró y besó su frente, haciendo sonrojar a su novio.
YoonGi rodeó la cintura de su pareja ocultandose en su abdomen, evitando las miradas de los demas, tratando de dejar ir las tensiones y el malestar que le provocaba las idas al hospital.- Gracias...- dijo tímido. Usando a su novio como escudo cuando los demas aplaudieron.
- ¡Les dije que no aplaudieran!- les regaño JiMin con una sonrisa divertida. Los amigos y padres del menor rieron ante la timidez de YoonGi quien no había sacado la cabeza de su escondite.
- Esta bien... yo, corte la grabación antes...- dijo YoonGi susurrando.
- YoonGi, deja de esconderte, sonrojado te ves guapo...- dijo divertida la madre de JiMin, haciendo a todos en la habitación reír.
YoonGi negó y se aferró con mas fuerza a la cintura de su novio.
- JiMin- le llamó TaeHyung- Parece que nunca querrá soltarte...- el mencionado negó y abrazó a su novio.
- TaeHyung- dijo Nam- Él se ve muy cómodo, no creo que le importe...
Jin rompió con su singular risa, todos comenzaron a reír, incluso los señores Park.
- Dejen de molestar a mi bebé- dijo JiMin, un poco sonrojado, ahora ambos se encontraban rojos y avergonzados. YoonGi aún hundido en el abdomen del menor sonrió.